|
LA ÚLTIMA BURBUJA EMPRESARIAL
Nanotecnología: secretos y mentiras
MELANIE PAREJO McWEY
SANTIAGO DE COMPOSTELA.-
La capacidad para intervenir en el orden de los átomos con el fin de crear instrumentos cada vez más pequeños es la base de la nanotecnología, una ciencia que ha disparado la imaginación de unos y las ansias especulativas de otros.
Es precisamente el terreno económico, el que despierta los temores del investigador Stanley Williams. “El prefijo ‘nano’ es a los primeros años del siglo XXI lo que el sufijo ‘puntocom’ fue para finales del XX”, afirma. La sombra de la burbuja tecnológica que reventó con la crisis de Internet flota en torno al trabajo de este prestigioso científico, empeñado en devolver a la realidad a aquellos ‘visionarios’ “que solo buscan dinero”.
Promesas difíciles
Un estudio realizado por el Deutsche Bank al que ha tenido acceso Williams (los resultados se harán públicos la próxima primavera) concluye que “a finales de este año se habrán vendido productos relacionados con la nanotecnología por un valor aproximado a los 110 billones de dólares”. La mareante cifra ha provocado que muchos especuladores “se dediquen a hacer promesas para obtener ganancias, promesas que yo no puedo cumplir”, explica el investigador.
Lo peor, según Williams, es que si la gente deja de creer en el futuro de la nanotecnología por culpa de los posibles fraudes, los gobiernos y los inversores retirarán sus fondos, “todo el mundo se perderá los beneficios económicos y sociales de esta ciencia, lo que sería una verdadera tragedia”.
Tecnología 'silenciosa'
Mientras unos lanzan a los cuatro vientos sus expectativas sobre la ciencia de lo pequeño, otros prefieren mantener en secreto sus propios avances. General Motors, fabricante de automóviles, es un ejemplo de ello. “Es la empresa de nanotecnología más grande del mundo, pero no van contándolo por ahí”, explica Williams.
El gigante del motor “vende toneladas de un material llamado ‘nanocomposit’, una combinación de partículas de arcilla con plástico”, que da lugar a un material tan resistente como el metal, pero mucho más ligero. Esta aleación es, al parecer, “muy fácil de fabricar, por lo que GM no va por ahí alardeando de su nanotecnología, sino que se limita a decir que tiene coches mejor preparados”.
La cuestión es que “la nanotecnología ya forma parte de nuestras vidas y tiene la capacidad de cambiar y mejorar prácticamente cualquier producto hecho por humanos”, concluye, orgulloso, Williams.
|
|