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EEUU | RESPUESTA CIUDADANA
Los sellos discográficos se enfrentan ahora a demandas y a un aluvión de críticas

EFE

SAN FRANCISCO.- La industria discográfica, muy criticada tras la reciente ola de demandas contra los internautas que copian música ilegalmente, afronta ahora otra demanda contra su 'programa de amnistía' para los supuestos piratas.

La asociación que agrupa a las principales discográficas (RIAA, por sus siglas en inglés), podría encontrarse con la horma de su zapato si prospera una demanda interpuesta en un juzgado del condado de Marin, al norte de California, según informa Natalia Martín Cantero, corresponsal de EFE en San Francisco (EEUU)

Esta asociación denunció en tribunales federales de todo el país a 261 individuos por copiar y distribuir ilegalmente cientos de canciones por Internet, lo que presuntamente constituye una violación de las leyes de propiedad intelectual.

Para amortiguar los efectos de esta agresiva campaña, la RIAA ofreció también un plan de 'amnistía', al que los 261 presuntos infractores no pudieron acogerse y que permitirá a los usuarios esquivar las demandas si prometen cumplir una serie de condiciones, como no volver a copiar música de la Red.

Fraudulento y engañoso

La demanda contra la RIAA, interpuesta por Eric Parke, un particular de Novato (California), denuncia que este programa de 'amnistía', apodado "Clean Slate" (pizarra limpia) es fraudulento y engañoso.

Esto es así porque, argumenta la demanda, la llamada amnistía está "diseñada para inducir al público general a incriminarse a sí mismo", ya que los usuarios estarían dando a las discográficas las pruebas del delito sin recibir a cambio la seguridad de que, efectivamente, no se les volverá a perseguir en el futuro.

De acuerdo con este razonamiento, la amnistía no impediría que, por ejemplo, una de las discográficas emprenda una acción legal por separado.

Los internautas que se acojan a este programa han de destruir las copias de ficheros "ilegales" que tengan en su ordenador y firmar un documento notarial donde prometen que nunca más volverán a intercambiar documentos de este tipo a través de la red.

Primer acuerdo, con una niña

La RIAA llegó recientemente a un acuerdo con una niña neoyorquina de 12 años que se comprometió a pagar 2.000 dólares a cambio de que las discográficas retiraran la denuncia.

Sin embargo, el grupo de compañías de intercambio de ficheros P2P United -que incluye las páginas en Internet de Grokster o Limewire, entre otras- dijo el miércoles que reembolsaría a la familia de la pequeña esa cantidad.

"No aprobamos que se infrinja la ley de propiedad intelectual. Sin embargo, alguien tiene que trazar una línea y llamar la atención sobre un sistema que permite a corporaciones multinacionales con enormes recursos políticos y financieros coaccionar a niños de doce años", dijo en un comunicado Adam Eisgrau, director de este grupo.

El caso de la niña se ha convertido en el emblema de los enemigos de la RIAA, que indican que la política de la industria contra los usuarios individuales equivale a matar moscas a cañonazos.

Unas demandas anunciadas

La RIAA, que reúne a las cinco principales discográficas -Universal, BMI, EMI, Sony y Warner- advirtió en junio pasado de sus planes para llevar a los tribunales a los usuarios individuales.

El anuncio llegó poco después de que un tribunal federal de Los Angeles obligase a los proveedores de acceso a Internet a desvelar la identidad de los presuntos piratas camuflados en seudónimos.

De momento, no está claro si esta agresiva iniciativa está teniendo los resultados deseados por la industria, ya que las estadísticas de los lugares de intercambio de canciones indican que los usuarios siguen acudiendo a ellos en similar medida.

Pero la industria discográfica ya ha logrado parte de su objetivo: lanzar una campaña de educación. O de miedo, según los críticos.

 
     
 
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