PROPIEDAD INTELECTUAL
El autor de 'Matanza cofrade' será juzgado en septiembre

EFE

SEVILLA.- El juzgado penal 4 de Sevilla ha fijado para el próximo 29 de septiembre el juicio contra el informático autor del videojuego 'Matanza cofrade', acusado de ofensivo para la Semana Santa, para quien el fiscal pide un año de cárcel. Se trata de un caso polémico que comenzó con la denuncia y retirada del juego hace ya tres años.

Imagen del videojuego. (Foto: EmisionDigital)

'Matanza cofrade' consistía en un juego para disparar contra nazarenos y mujeres de mantilla transformados en zombies, sobre un fondo en el que se veía a las imágenes de las hermandades del Gran Poder, la Macarena y San Bernardo.

El juego se iba a entregar como regalo, en noviembre de 2002, junto con un disco titulado 'Penados y Rebeldes' del grupo de rock "Narco", de ahí que en las actuaciones estuviese imputado durante un tiempo un empleado de esa casa discográfica, que finalmente quedó excluido al no acusarle ninguna de las partes.

Fuentes del caso dijeron que la vista se celebrará en una solo sesión, a la que acudirán como acusaciones el fiscal y las hermandades del Gran Poder, la Macarena y San Bernardo, que ejercen la acusación particular.

El fiscal imputa a J.C.C.S., un informático residente en Utrera (Sevilla), un delito contra la propiedad intelectual —las imágenes del Gran Poder y la Esperanza Macarena se encuentran registradas como marcas—, por el que pide un año de cárcel, y otros contra los sentimientos religiosos, con diez meses de multa.

La denuncia por estos hechos fue presentada por la hermandad del Gran Poder de Sevilla al tener conocimiento de que este grupo musical de línea 'heavy metal' iba a repartir 'Matanza cofrade' con los 5.000 ejemplares de su último disco.

El principal imputado se acogió a su derecho a no declarar cuando fue citado ante el juez, pero fuentes del caso dijeron que su defensa utilizará en el juicio la sentencia de la Audiencia de Sevilla del 11 de junio de 2004, que absolvió en un caso parecido a un joven que colocó en Internet imágenes obscenas de la Virgen de la Esperanza de Triana con un órgano sexual masculino.

Dicha sentencia estableció que las imágenes denunciadas constituían una crítica "burda y poco refinada" pero "a todas luces amparada por su derecho a la libertad de expresión".