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Miércoles, 15
de abril
de 1998

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Tecnorrealismo: una visión crítica del ciberespacio

Un grupo de intelectuales elabora un manifiesto que busca desmitificar la tecnología

JUAN GONZALO

Uno de los adjetivos más utilizados cuando se habla sobre Internet es virtual. Según el Diccionario de la Real Academia, es "lo que tiene virtud para producir un efecto, aunque no lo produce de presente", o también "lo que tiene existencia aparente y no real".

Pues bien, hartos de tanta virtualidad, un grupo de intelectuales ha elaborado un manifiesto denominado Tecnorrealismo, con el que pretenden estimular el pensamiento crítico y desmitificar la tecnología.

Entre los promotores de esta iniciativa se encuentran periodistas y escritores relacionados con los nuevos medios, como David Shenk (Data Smog), Andrew Shapiro (The Nation), Paulina Borsook (Cyberselfish), los colaboradores de Wired Steve Silberman y Brooke Shelby Biggs (San Francisco Bay Guardian) y muchos otros autores e investigadores académicos.

El manifiesto reconoce que los cambios que se producen a diario en las comunicaciones y en la informática suelen producir temor y desorientación en los ciudadanos, y se pregunta si estos cambios son buenos o malos.

Su respuesta es: las dos cosas. "Por un lado -afirma-, la tecnología hace que la vida sea más cómoda y más agradable, y permite un mayor grado de salud, riqueza y conocimientos. Pero también está afectando al trabajo, a la familia y a la economía en modos aún impredecibles, y supone nuevas amenazas a la cohesión de nuestras comunidades físicas".

Una reflexión crítica

El texto de los tecnorrealistas pide una reflexión crítica sobre el papel que juegan las herramientas y los programas (interfaces) en la evolución humana y en la vida diaria, al hilo de la reflexión que ha generado a lo largo de los años las sucesivas olas de innovación tecnoógica.

En el documento se postula la adopción de un término medio entre "la utopía tecnológica" y el llamado "neoludismo", que abraza la técnica como el nuevo modo de organizar el tiempo libre. Su objetivo, según los impulsores del manifiesto, no es "abanderar ni despreciar la tecnología, sino comprenderla y aplicarla de una manera que esté más en consonancia con los valores humanos básicos.".

En todo el manifiesto subyace la convicción de que la tecnología no es neutral, y que "cada nueva herramienta predispone a un determinado modo de percibir la realidad y de interactuar con los semejantes".

El desarrollo imparable de las economías basadas en la información lleva a los tecnorrealistas a advertir que "la proliferación de datos requiere un mayor grado de escepticismo", ya que "no se debe confundir el vértigo de la transmisión a grandes velocidades de información con la ardua tarea de convertir esos datos en conocimiento y sabiduría".

El manifiesto tecnorrealista postula que, por muy avanzados que lleguen a ser los ordenadores, los ciudadanos "no deberíamos emplearlos como un sustituto de nuestras habilidades cognitivas básicas, como la percepción, el reconocimiento, el razonamiento y la valoración".

El manifiesto ha sido traducido al francés y ha dado lugar a un foro de discusión en la revista Feed.

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