Lunes, 30 de noviembre de 1998

EL MUNDO

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Comienza el primer juicio contra un "disidente" cibernauta

China contra Internet

DAVID JIMENEZ

Corresponsal

HONG KONG. En el banquillo de un tribunal de Shangai se sentarán en breve dos acusados: el informático de 30 años Lin Hai e Internet, el medio de disidencia que más quebraderos de cabeza está dando al Gobierno chino.

Al primero le espera una casi segura sentencia de por vida, por enviar más de 100.000 mensajes electrónicos para "desestabilizar el país". Con el segundo, las autoridades de Beijing, simplemente, no saben qué hacer.

El primer proceso contra un disidente cibernauta se ha convertido también en un toque de atención de Beijing hacia la Red, que se ha colado por la puerta de atrás en la sociedad china. Antes de que acabe el año habrá casi un millón y medio de chinos navegando en las autopistas de la información. Sólo un año después serán más de cinco millones y, a partir de ahí, las previsiones vislumbran un crecimiento imparable.

Desbordado por la cantidad y el tipo de información que los chinos reciben a través de Internet, el Gobierno de Jiang Zemin ha iniciado una guerra para frenar su influencia y censurar su contenido. Un ejército de técnicos gubernamentales se encarga de bloquear las páginas que llevan mensajes inadecuados con las llamadas pantallas de fuego. Los populares webs de la CNN y de la revista erótica Penthouse están, por ejemplo, entre los censurados.

Abusos del Gobierno

A la vez, el gobierno chino ha decidido encargarse directamente de la gestión de los operadores que dan acceso a Internet. Una forma más de controlar a todos los usuarios, cuyos movimientos son seguidos a diario. "Su problema [el de las autoridades] es que la cantidad de información es tan grande que es imposible detener", ha asegurado Lian Shengde, uno de los responsables del grupo opositor Partido Democrático Chino, que utiliza Internet para denunciar los abusos del gobierno comunista desde su exilio en Estados Unidos.

Mientras, Lin Hai, dueño de una pequeña empresa de ordenadores, se enfrenta a un juicio al que ni siquiera su familia puede asistir. La vista fue suspendida la semana pasada, y no se ha fijado una nueva fecha para evitar que el proceso pueda ser seguido por los medios de comunicación. El joven informático está acusado de "distribuir un gran número de artículos para promover el levantamiento contra el poder del Estado y el sistema socialista".

Miembros del Partido Comunista quieren que Hai sea castigado con la máxima severidad para dejar claro que las nuevas tecnologías no van a cambiar los viejos métodos de la China Popular. Durante varios meses, Lin Hai mantuvo un estrecho contacto a través de su correo electrónico con los grupos disidentes chinos de Estados Unidos.

El juicio, por supuesto, ya ha sido bautizado en los ambientes cibernéticos: "China contra Internet". En un país donde los medios de comunicación están estrechamente controlados y el derecho de manifestación es limitado, Internet se ha convertido en la única vía de escape de los movimientos opositores y en el método más seguro.