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LITERATURA NUEVA YORK.- Más de 400.000 lectores adquirieron la primera entrega electrónica de Stephen King, Riding the bullet, en apenas 24 horas que hicieron historia en Internet. Mientras unos editores lanzaban las campanas al vuelo y proclamaban el lanzamiento de la nueva era del libro electrónico, otros se mostraron más cautos y minimizaron el éxito: nada de esto habría sido posible sin los millones de dólares invertidos en promoción y sin el tirón de una estrella como Stephen King. El propio rey de las pesadillas fue víctima de la terrible contradicción. «Por un lado, he de reconocer mi fascinación ante las posibilidades del nuevo mercado», dijo. «Pero por otro, me siento frustrado como usuario: he sido incapaz de poder leer mi propia historia con mi ordenador Apple». Miles de usuarios tuvieron los mismos problemas que el autor: la falta de software adecuado, los errores en las conexiones y los mensajes de time out agotaron la paciencia de quienes habían pagado hasta 400 pesetas por poder leer las 66 páginas de Riding the bullet -Montando en la bala- en el único formato accesible. El libro El editor Jack Romanos, presidente de Simon & Schuster y artífice del debut electrónico de Stephen King, se las prometió, sin embargo, muy felices a tenor de los resultados: «En los 30 años que llevo en este negocio no he visto nada parecido. Es increíble comprobar cuánta gente está dispuesta a aceptar la palabra escrita sin papel. Por hacer un parangón, creo que estamos ante un salto cualitativo parecido a cuando se publicaron los primeros libros de bolsillo». El nuevo soporte, según Simon & Schuster, servirá no sólo para reducir al mínimo los gastos de producción y distribución, sino para acelerar increíblemente las ventas (y para aumentar, de paso, las ganancias de los autores; King se lleva el 50% de la recaudación). En un primer día relativamente normal, un libro nuevo de Stephen King vende del orden de 50.000 a 75.000 ejemplares (suficientes para dispararle hacia el número uno en la lista de bestsellers). Con el formato electrónico, Riding the bullet, que narra las peripecias nocturnas de un autoestopista en las carreteras de Maine, ha multiplicado por seis las ventas iniciales de cualquiera de las novelas anteriores de King. Eso sí, uno de cada tres ejemplares electrónicos ha sido regalado generosamente por Amazon.com o por Barnesandnoble.com, que han aprovechado la ocasión para autopromocionarse y enganchar a compradores on line. Las peticiones Más fiable resultó la conexión con NetLibrary, que ofreció la novela corta desde el primer día a 2,5 dólares por ejemplar (poco más de 400 pesetas), con la garantía casi absoluta de «copia sin interrupción» (a un ritmo de 400 por hora). Riding the bullet ha sido también una bala en el cargador de Glassbook, que ha visto agotadas en un par de días sus existencias de software para cargar y leer libros en versión electrónica.
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