Lunes, 28 de junio de 1999
EL
MUNDO
DIARIO
DEL NAVEGANTE
NAVEGANTE
ARIADNA
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Llega la tinta y el papel electrónico
Pantallas de un grosor de tres milímetros que se
puedan guardar en el bolsillo llegan a los mercados
OLALLA
CERNUDA
Primero fue la tinta china; luego, la
invisible. Y cuando parecía que, en cuestión de
escritura, ya estaba todo inventado, ha aparecido una nueva fórmula
que podría significar una revolución en el mundo
editorial. Se llama tinta electrónica, y junto al desarrollo
del papel electrónico promete sustituir en breve a las
estilográficas o a los carteles de la frutería
escritos con tiza blanca. Y es que ¿quién no ha
imaginado alguna vez tener un libro en blanco que se pueda "recargar"
una y mil veces con el texto que queramos?
¿Que quiero leer algo ligero en el metro? Nada mejor que
un comic o una novelita rosa.¿Que quiero impresionar a
los amigos? Estaría muy bien algo de filosofía
clásica, o quizá de pensamiento político.
¿Y si lo que quiero es algo que leer a los niños?
Pues voy, cargo unos cuantos cuentos, y listo. Las portadas de
los periódicos, los grandes carteles
publicitarios, las pizarras de los colegios... Una posibilidad
tangible gracias a la tinta y el papel electrónico.
Hace ahora diez años unos cuandos "científicos
locos" del MIT empezaron a trabajan en un futurista proyecto
: el papel electrónico. La idea no era mala : sustituir
el papel que nos acompaña desde hace siglos por unas ultramodernas
pantallas, del grosor de una cartulina, flexibles y, por supuesto,
portátiles. Se pusieron a trabajar y hoy, diez años
después, los primeros prototipos ya están en circulación,
y la versión definitiva de la primera fase del proyecto
se pondrá a la venta en todo el mundo a finales de este
año.
La pantalla, de un grosor de unos 3 milímetros. Se puede
enrollar, doblar o guardar en un bolsillo si queremos. La calidad
de la imagen es superior a la de una pantalla de cristal líquido,
aunque de momento sólo se pueden utilizar dos colores:
blanco y negro, rojo y azul o los que nosotros elijamos. En cuanto
a la capacidad de almacenamiento de información, su pequeño
grosor no impide que podamos guardar en el papel todo lo que
queramos, más información incluso que en el disco
duro de nuestro ordenador. El Quijote, las portadas de todos
los diarios nacionales, información bursátil...
el límite está en el que quepa en el disco duro
que va acoplado al pequeño módem del aparato.
Y es que en un extremo de la pantalla hay un módem extraplano
-del mismo grosor que el papel- con el que podemos conectarnos
con cualquier servidor de información en la Red. Sólo
hay que teclear la información que deseamos que aparezca
en la pantalla y...¡voilá!.
Las aplicaciones son innumerables: carteles publicitarios, periódicos,
pizarras escolares. Y es que pese a que el acceso remoto a la
información a través de un ordenador ya está
inventado, lo que todavía no se ha logrado conseguir -pese
a los intentos por hacer ordenadores cada vez más pequeños-
es la manejabilidad de las máquinas. Si queremos consultar
la prensa diaria tomando un cafe por la mañana en un bar,
hasta ahora había dos posibilidades: o leemos el periódico
de toda la vida o llevamos un portátil con el que, a través
de Internet, accedemos a las páginas de los periódicos.
La novedad del papel electrónico es que podemos acceder
a esa misma información, pero el disco duro de nuestro
ordenador es del grosor de una cartulina. Más manejable,
resistente y,
desde luego, resistente a las manchas del café. Y en cuanto
al precio no será demasiado caro: entre 50 y 200 dólares
por el pleigo del papel, dependiendo de su tamaño.
Para lograr la extrema delgadez de la pantalla, los científicos
del MIT y de E-Ink, empresa que está desarrollando el
producto, han logrado inventar una especie de tinta electromagnética.
La pantalla está formada por un montón de diminutas
bolas cargadas con tinta, la mitad de color blanco y la otra
mitad negra. Además de estar pintadas a medias, cada hemisferio
tiene diferente polaridad. Cuando pasa un haz eléctrico,
estas se colocan boca arriba o boca abajo cambian de color según
la polaridad. Es decir, pueden ser blancas o negras. Dependiendo
de la posición de los millones de estos puntitos que hay
en la página se van formando letras, palabras, párrafos...
Los primeros en hacer una experiencia real con este tipo de tinta
y papel han sido los propietarios de una cadena de centros comerciales
estadounidenses, JCPenney, que en su local de Marlborough (Massachusetts)
han instalado un enorme cartel por el que van pasado todas las
ofertas, y cambian cada pocos segundos sin que nadie borre el
mensaje y escriba otro. Sólo hace falta un cable que conecte
este novedoso cartel a un ordenador, e ir escribiendo los anuncios
nuevos. Los ejecutivos están tan contentos con esta idea
que piensan aplicarla en breve al resto de sus centros comerciales,
para potenciar y hacer una prueba "real" del invento.
Una de las primeras compañías que han sacado a
la luz pública un prototipo del futuro periódico
electrónico ha sido IBM, una de las empresas que colabora
en la financiación del proyecto en el MIT. Su idea se
ha merecido la medalla de oro de 1999 de la Sociedad de Diseño
Industrial de Estados Unidos, y aunque de momento no está
en el mercado,
esperan tener a medio plazo este tipo de pantallas a disposición
del público en diversos tamaños. Para ver el resto
de los proyectos tendremos que esperar, al menos hasta finales
de año.
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