EL MUNDO / Domingo 9 de enero de 2000 / Número 15


 

EMPRESAS

Telecomunicaciones / Las 'telecos' siguen copando la primera plana empresarial. Javier Revuelta, vicepresidente de Telefónica, ha salido de la compañía y da pie a una nueva reordenación de la cúpula y de las filiales. En Airtel, Vodafone y BT se resignan a cohabitar y podrían repartirse el paquete del BSCH

Aguas revueltas en Telefónica y Airtel
Telefónica se plantea una reordenación de sus filiales y el BSCH ultima su salida del operador móvil

BALTASAR MONTAÑO

Es, sin lugar a dudas, el sector económico de moda. Las operadoras de telecomunicaciones y las empresas de nuevas tecnologías están en el primer plano de la actualidad, no sólo porque han liderado las subidas de las bolsas europeas en el sprint final del año pasado (subidas que han sufrido las primeras correcciones esta semana) sino por la lucha abierta que están protagonizando las grandes compañías del sector por hacerse con los mejores aliados.

El caso de más reciente actualidad es el del gigante británico de la telefonía móvil Vodafone Airtouch, que tiene dos importantes frentes abiertos: el primero de ellos, y más importante, es la Oferta Pública de Adquisición (OPA) lanzada sobre el emporio industrial y de telecomunicaciones germano Mannesmann, compañía por la que la británica ofrece cerca de 21 billones de pesetas. La pelota está ahora en el tejado de Mannesmann, cuyos accionistas han de decidir si aceptan la mayor oferta de compra jamás lanzada en la historia empresarial.

El segundo frente lo tiene en Airtel, uno de los segundos operadores móviles de más éxito en toda Europa. Vodafone controla un 21,7% de la compañía que preside Juan Abelló. La intención del BSCH, principal accionista de la empresa, con un 30,45%, de deshacerse de su paquete despertó la voracidad de Chris Gent, máximo ejecutivo de Vodafone, que vio la oportunidad idónea para hacerse con el control total de Airtel y dejar en la estacada a sus socios en el grupo de control: British Telecom (BT), Torreal (Juan Abelló), Corporación Alba y Acciona.

Pero el otro gigante británico, BT, no iba a poner las cosas fáciles a su competidor, aunque también aliado en otros mercados europeos. El último trimestre del pasado año, tanto Vodafone como BT negociaron por separado con el BSCH, que había puesto precio a su paquete, 1,2 billones de pesetas, lo que suponía valorar el cien por cien de Airtel en 3,94 billones.

Negociaciones muy avanzadas

Tras muchas idas y venidas por los pasillos de la sede del BSCH, la realidad ha superado a las ilusiones de ambas compañías por hacerse con el control exclusivo del operador. Y es que el grupo que controla la gestión de Airtel selló, en la primavera de 1999, un pacto draconiano que establecía fuertes penalizaciones a aquellos socios que decidieran romperlo.

Así que, según fuentes cercanas a las negociaciones, Vodafone y BT han empezado a ir de la mano a negociar con el BSCH. Ambos accionistas parecen estar de acuerdo en que el control de la compañía no puede quedar en manos exclusivas, y por ello están dispuestos a que haya un reparto del 30,45% del BSCH, y que las dos compañías británicas aumenten sus participaciones en igual medida.

Mientras Vodafone y BT se resignan a compartir tan suculento paquete, el propietario de éste espera sentado. Y es que el BSCH no tiene prisas ni necesidad de contabilizar las jugosas plusvalías que generaría la venta de su participación, que ya vale el doble de lo que valía en la pasada primavera, cuando el banco se hizo con los paquetes de Endesa y Fenosa, que apostaron por el grupo de Retevisión y Amena.

Fuentes del banco han asegurado que el BSCH dispone de fondos más que suficientes para afrontar su agresiva estrategia de alianzas y adquisiciones en Francia, Italia, Alemania, Portugal y el Reino Unido, con lo que no necesita la inyección financiera procedente de la venta de su paquete en Airtel. Precisamente por ello, el banco, que tiene muy claro que quiere seguir estando presente en el sector de las telecomunicaciones, prefiere intercambiar su paquete por una participación de alrededor del 5% en Vodafone o BT, lo que representaría una posición muy significativa en uno de los grandes operadores europeos y contar con una cartera industrial europea. Pero los pretendientes del 30,45% del BSCH no sólo están en casa. La primera operadora europea, Deutsche Telekom, y una compañía americana del sector también han mantenido contactos con el BSCH para entrar en Airtel.

Con el comienzo del nuevo año, las aguas siguen revueltas en el operador móvil, aunque el desenlace podría producirse en el corto plazo. Sea cual sea el nuevo status accionarial de Airtel cuando salga el BSCH, el primer punto que habrá de analizar su consejo de administración será la recuperación del proyecto de salida a bolsa de la compañía, una operación que sería muy bien acogida por los mercados bursátiles, sedientos de valores relacionados con la telefonía móvil e Internet, dos negocios que representan el nuevo eldorado de las telecomunicaciones.

Cambios en Telefónica

Pero las aguas no sólo están revueltas en el seno de Airtel. Un analista ha señalado, con cierta sorna, que "en el mundo de las nuevas tecnologías y las telecomunicaciones, la rutina y la estabilidad no tienen cabida". Aires de cambio se respiran también en Gran Vía 28, la sede madrileña de Telefónica, pese a la cierta relajación que cada año trae la Navidad. Y ha sido en estas fechas cuando la compañía de telecomunicaciones ha anunciado la marcha de Javier Revuelta, que ocupaba el cargo de vicepresidente de la compañía y era, hasta ahora, la mano derecha de Juan Villalonga, presidente de Telefónica.

La salida de Revuelta ha sido el detonante de una nueva reordenación directiva y de la estructura empresarial de la primera compañía del país, algo a lo que su presidente, convencido de las bondades de la política de rotación de ejecutivos, tiene ya acostumbrados a los pesos pesados de la empresa.

Así que en el primer consejo de administración del nuevo año, que probablemente se celebrará este próximo miércoles, entre los temas a tratar esté la desaparición definitiva del cargo de vicepresidente y consejero delegado, así como el nombramiento de los nuevos representantes del núcleo duro (BBVA y La Caixa).

Areas de negocio

Pero también podría tratarse el borrador de un plan para la reorganización por áreas de la compañía, que actualmente está estructurada con siete filiales que cuelgan de la matriz (ver gráfico). Juan Villalonga ha afirmado en varias ocasiones que es absurdo que las actividades móviles de la empresa en todo el mundo no estén unificadas bajo una misma compañía. En España, dependen de Telefónica Móviles; en Latinoamérica, de Telefónica Internacional; y en Marruecos, de Telefónica Intercontinental.

Esta hipótesis de trabajo tendría carta de realidad con la creación de una gran área de móviles, que podría estar dirigida por el gran experto de la casa en este negocio, Luis Lada. Asimismo, algunas fuentes señalan que esta decisión daría pie a la creación de otras dos grandes áreas: telefonía fija e infraestructuras y nuevas tecnologías y medios de comunicación. Por un lado, esta reforma estructural se justifica por las diversas formas de gestionar, así como las diferentes rentabilidades y riesgos, de negocios tan dispares como la telefonía fija y las actividades en Internet.

Sin embargo, Villalonga ha venido defendiendo la segregación de las actividades en filiales como una buena forma de "crear más valor a la compañía", una idea que se ha demostrado acertada tras los importantes éxitos que han cosechado en bolsa TPI-Páginas Amarillas y Terra, ambos valores ya inscritos en el índice sectorial de Nuevas Tecnologías en la bolsa de Madrid. Esta idea se vería difuminada por una reconcentración en tres macroáreas.

Fuentes cercanas a la compañía de telecomunicaciones señalan que sólo se maneja la hipótesis de trabajo de la integración de las actividades móviles, porque "no parece probable que, con la prevista salida a bolsa de Telefónica Media para el primer semestre de este año, la compañía ponga en marcha una reestructuración de las filiales. Lo razonable apunta por una cierta estabilidad".

Esta estabilidad se hace más necesaria ahora que llegan las elecciones y el Gobierno no vería con buenos ojos ni cambios bruscos en la empresa ni el cobro, por parte de cien directivos, de las stock options que vencen en febrero y que tanta polémica han despertado.

 

Gráfico1 / Gráfico2

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