EL MUNDO / Domingo 23 de enero de 2000 / Número 17


 

HEHOS & IDEAS

MIRANDO AL FUTURO Juan E. Iranzo
La inflación, en manos de todos

La planificación energética aplicada en nuestro país hasta hace poco tiempo ha provocado, entre otros males, que no se haya reducido significativamente la presencia del petróleo en nuestro abastecimiento energético. Se debe recordar que el PEN 91 establecía que los precios del petróleo no iban a subir a lo largo de la década y, por tanto, era innecesario hacer esfuerzos para reducir su importancia en nuestro abastecimiento. Como casi siempre, la realidad ha vuelto a desmentir a los planificadores y el petróleo, como consecuencia de una nueva cartelización del mercado, ha más que duplicado sus precios en origen durante 1999, efecto que se ha añadido al derivado del debilitamiento del euro.

Se trata de un choque asimétrico, dentro de la reciente unión monetaria; no afecta a todos los países por igual: en España, el consumo energético depende más de un 54% del petróleo, frente a la media, que se sitúa alrededor del 43%. Se puede estimar que por cada 5 dólares que suba el precio del barril, provoca en España un efecto inflacionista no evitable de 0,3 décimas. Además, la inflación ha sido impulsada por una política monetaria del BCE excesivamente expansiva, que ha perjudicado a España, con un ciclo más adelantado apoyado sobre todo en la demanda interna.

Para enfrentarse a un choque asimétrico, hay que disponer de mercados de factores, bienes y servicios flexibles y eficientes. De hecho, los sectores más sometidos a la competencia han sido los menos inflacionistas, lo que ha permitido mantener nuestra competitividad externa y que las exportaciones se incrementen, al recuperarse nuestros principales clientes. Para nuestro alivio, es probable que a lo largo del presente año se endurezca la política monetaria común ante la recuperación de Centroeuropa y se recupere ligeramente el euro, como consecuencia de una mayor coherencia de política económica en los países centrales de Europa. Será difícil que se mantenga la cartelización del mercado petrolífero debido, sobre todo, a las necesidades financieras de Venezuela, arrasada por una catástrofe natural reciente. Aunque las causas de que nuestro IPC se sitúe por encima de la media europea sean, sobre todo, externas, todos los agentes económicos tenemos la responsabilidad de contener la inflación en los primeros meses del presente año. Hay que evitar espirales inflacionistas precios-salarios, por lo que es necesario moderar los crecimientos salariales de la negociación colectiva, vinculándolos a la inflación media de Europa y a la evolución de la productividad, e introducir más competencia. Hay que establecer una política fiscal algo más restrictiva, que permita que el déficit público desaparezca el año próximo. En definitiva, la inflación nos perjudica a todos y su solución es responsabilidad, también, de todos los agentes económicos.

 


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