EL MUNDO / Domingo 7 de mayo de 2000 / Número 32
 

romboHECHOS & IDEAS

Jaime Velasco
Francfort y Londres cambian el mapa de la Bolsa europea

La fusión de las Bolsas de Londres y Francfort, desbloqueada esta semana tras más de dos años de tiras y aflojas, es una de esas decisiones que condicionan el futuro. Los dos mercados bursátiles que han puesto en marcha su integración son los principales del continente, y han sido hasta ahora los grandes antagonistas en el intento de capitanear un proceso de convergencia bursátil que todos los expertos daban por inevitable. La unión crea el tercer mercado bursátil del mundo, capaz de disputar a Tokio la segunda plaza, y concentrará más del cincuenta por ciento del volumen negociado en Europa. Aunque le pese a terceros en discordia, como París, la fusión creará un indiscutible centro de gravedad que, si el proceso no descarrila, se convertirá en el núcleo de la futura Eurobolsa. Previsiblemente, el proceso de integración bursátil europea comenzará a coger velocidad una vez que Londres y Francfort superen los inevitables escollos técnicos y políticos de su fusión.
Ante la unión de esos dos gigantes, la capacidad de maniobra de otras Bolsas nacionales queda bastante limitada. París reaccionó ante las conversaciones germano-británicas con la creación de Euronext, que integrará además a las Bolsas de Bruselas y Amsterdam. Todo indica que los responsables de la Bolsa parisina están intentando adquirir una posición de fuerza de cara a la inevitable negociación final para crear el gran mercado paneuropeo.
Madrid y Milán, por el contrario, han optado por una discutible estrategia de esperar a que las grandes se pusieran de acuerdo entre sí, y firmar un acuerdo de intenciones para sumarse al pacto Londres-Francfort a partir del año próximo. Es posible que, por su tamaño específico, las Bolsas española e italiana no pudieran aspirar a mucho más que a convertirse en apéndices de la macrobolsa europea. Pero, al menos en el caso de la Bolsa de Madrid, se ha echado en falta una estrategia más activa, de ambigüedad calculada, de aportación de iniciativas, de comparación entre diferentes opciones sin comprometerse de entrada con ninguna... Tal vez de esa forma podría haberse conseguido un punto de partida más sólido para situar al mercado español en mejor posición ante la futura fusión, tal como le corresponde al creciente peso de la economía española en Europa. Ahora, lo previsible es una absorción sin pena ni gloria del mercado español por parte del gigante germano-británico bautizado como iX.
Con el proceso de fusión de plazas en marcha, llega la hora de que se produzca un proceso similar de concentración en el sector de firmas de Bolsa y brokers financieros. El objetivo es reducir costes de intermediación para acercarlos a los estándares de EEUU, y en esa carrera ganarán los que realicen una apuesta clara por la tecnología y el manejo de grandes volúmenes de órdenes. Y, para los valores cotizados, cada vez será más evidente que el interés de los inversores va a estar centrado en sólo dos o tres empresas líderes de cada sector.


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