EL MUNDO / Domingo 7 de mayo de 2000 / Número 32
 

romboHECHOS & IDEAS

EL CURIOSO IMPERTINENTE Tom Burns Marañón
Los nuevos ‘Silicon Barrios’

Nuevos negocios en la Red se presentan en este país, al igual que en cualquier otro del entorno español, un día sí y otro también. El debut que más me ha llamado la atención recientemente corrió a cargo de un norteamericano veinteañero que había abandonado Shanghai, adonde le había desplazado una importante multinacional, para poner en marcha su start-up en Barcelona con el apoyo de una incubadora de nuevas empresas de Internet radicada en Madrid. Habló, como es natural, de su portal, que se dedica al comercio electrónico de discos y fotos, pero a mi me interesaba el porqué de su aterrizaje en España. “¿Why Spain?” le pregunté a Greg, nacido en Boston y criado en San Francisco.
Greg empezó diciendo que el negocio estaba maduro en Estados Unidos y que donde había que estar era en Europa, puesto que el Viejo Continente, según sus cálculos, alcanzaría el nivel del mercado internauta norteamericano dentro de cuatro años. Luego explicó que España, además de contar con fuentes de financiación muy competitivas, tenía la ventaja adicional de ser la plataforma para el mundo de habla hispana. El discurso de los 500 millones, tan hábilmente puesto en circulación por Terra Networks, se lo conocía al dedillo y lo desarrolló, por cierto, en un perfecto español. Remató su contestación con una loa a Barcelona que hubiera hecho las delicias de Anna Birulés, la flamante ministra que estrena la cosa de Ciencia y Tecnología.
“Para trabajar intensamente, que es lo que hacemos, es fundamental hacerlo en un lugar muy agradable, en el que, cuando toca, también podamos divertirnos mucho. Barcelona es, en este doble sentido, el lugar ideal para echar a andar”. Recordé estas palabras cuando leí, hace pocos días, un reportaje que publicó el diario británico Financial Times sobre la estampida de jóvenes empresas latinoamericanas dedicadas a la nueva economía para instalarse en lo que se ha dado en llamar el Silicon Barrio de Miami. Según decía con algo de guasa la directora de un portal argentino recién instalado en el South Beach de esta ciudad, había que estar a dos manzanas de una playa “porque pagamos a nuestros empleados con el sol”.
A este lado del Atlántico, lo mismo se podrá decir de potenciales Silicon Barrios en Málaga, Palma, Valencia y Barcelona. El hecho es que Greg y varios más que trabajan con él, suecos, alemanes y franceses, además de españoles, se habían conocido en la Ciudad Condal estudiando en IESE. A un paso de las Ramblas, Greg elaboró el business plan de su proyecto de portal que ganó un concurso, organizado por el INSEAD, entre las escuelas de negocios europeas. Luego le fichó una multinacional, pero desde Shanghai soñaba con reunir a sus amigos de IESE en un start-up a orillas del Mediterráneo.


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