EL MUNDO / Domingo 7 de mayo de 2000 / Número 32
 

romboCOYUNTURA

INVERSIÓN EXTERIOR/ El contencioso pesquero mantiene paralizada la ampliación del programa de conversión de deuda de Marruecos. Compañías como Urbaser, Gonvarri o Saba han concurrido a las subastas de Economía. Un mecanismo similar existe con Bulgaria para adquirir empresas privatizadas

El negocio de condonar las deudas
EMPRESAS ESPAÑOLAS FINANCIAN PARTE DE SUS INVERSIONES COMPRANDO DEUDA EXTERNA ''BONIFICADA

JUAN CARLOS ESCUDIER

La experiencia es relativamente reciente pero puede convertirse en un instrumento útil para fomentar la conquista de nuevos mercados y aliviar, simultáneamente, el endeudamiento crónico de ciertos países en vías de desarrollo. Se trata de convertir deuda externa por inversión privada, es decir, que empresas españolas compren en condiciones ventajosas deuda externa de los países en los que tienen comprometidos proyectos de inversión.
El sistema funciona de la siguiente manera: el Estado español vende deuda a un precio inferior a su valor nominal –lo que en la práctica equivale a una condonación– a una empresa que opera o está dispuesta a hacerlo en el país deudor. Éste, por su parte, recompra la deuda a la empresa a un precio ligeramente superior al que fue vendida por España. Finalmente, la empresa recibe el correspondiente importe en moneda local. Todos resultan beneficiados: el Estado, que anticipa un cobro cuando menos incierto; las compañías, que reciben un margen previamente pactado; y el deudor, que aligera su carga y evita la salida de dólares al poder realizar los pagos en su propia divisa.
En la actualidad, España tiene en vigor programas de conversión de deuda por inversión privada con Bulgaria y Jordania y ha agotado recientemente el que mantenía con Marruecos. Este último, por su elevada cuantía, tal y como reconocen fuentes de Comercio, tenía un carácter “excepcional”. La ampliación del mismo dependerá en buena medida de cómo acabe el contencioso pesquero que tiene amarrada a la flota española desde finales del pasado año. A 31 de diciembre de 1998, la deuda total que Marruecos mantenía con España era de 88.856 millones de pesetas.
Según datos oficiales de la Subdirección General de Gestión de la Deuda Externa y Evaluación de Proyectos, el Ministerio de Economía subastó deuda marroquí entre los años 1997 y 1999 por un importe nominal de 10.875 millones de pesetas. Las empresas pagaron 5.475,1 millones, por lo que el monto total de deuda condonada rozó el 50%.
Cada una de las licitantes debió recibir con carácter previo una autorización del Ministerio de Finanzas e Inversiones Exteriores de Marruecos. Los ingresos en dirhams realizados por el Tesoro marroquí a estas compañías incorporaron una tasa de redención del 10%. Es decir, el conjunto de los inversores recibió una bonificación en moneda local equivalente a casi 550 millones de pesetas.
Urbaser, filial del grupo Dragados, ha sido una de las empresas que ha concurrido a las subastas de deuda marroquí. Un portavoz de la compañía confirmó a este diario que, gracias a este mecanismo, se habían adjudicado deuda por un importe nominal de 1.100 millones, como parte del desarrollo de un macroproyecto para la distribución de electricidad, abastecimiento y gestión del agua y saneamiento de Rabat y localidades limítrofes. El contrato supera el billón de pesetas.
Se trata de una concesión de servicios urbanos por un periodo de 30 años. Además de Urbaser, el consorcio está formado por Electricidad de Portugal, Grupo Pleyado y la marroquí Alborada. Las inversiones previstas se situarán en torno a los 200.000 millones.
“La deuda que hemos comprado representa una parte muy pequeña de la inversión”, indicó el portavoz antes citado. “Somos”, añadió, “un grupo con muchos intereses fuera de España, hasta el punto de que el 25% de nuestra facturación se realiza en el exterior frente al 8% que es la media en el sector. Estamos obligados a conocer todos los mecanismos financieros que nos puedan ser de utilidad”.
A licitaciones semejantes concurrieron empresas como Gonvarri –1.250 millones de pesetas de deuda nominal– o Saba –335 millones–. La primera, para su proyecto de construcción de un centro de servicio de acero en Casablanca; la segunda, para el contrato de mantenimiento y gestión de aparcamientos públicos de Rabat, en asociación con La Caixa.
El programa suscrito con Bulgaria ha tenido una dimensión mucho más modesta. Fue diseñado para poner en valor una deuda no reconocida por el Estado búlgaro y se ha destinado a la compra de empresas privatizadas. Su montante asciende a 4.650 millones. En 1999 los 1.139 millones de pesetas de deuda subastada por Economía supusieron ingresos de 911 millones (80%). Técnicamente no hubo condonación porque Bulgaria pagó en levs (su moneda) a las empresas un importe equivalente al 100%.

Intermón y Mozambique
Un caso aparte fue el de Mozambique (ver gráfico adjunto). En 1998 el Estado adjudicó a la ONG Intermón por 35,1 millones deuda valorada en 351 millones. Sin embargo, con carácter reciente, y a consecuencia de las terribles inundaciones que han asolado el país africano, el Gobierno español decidió la condonación de su deuda bilateral.
Por lo que respecta a Jordania, se espera concretar próximamente los objetivos del programa. Fuentes de Comercio explicaron que lo más probable sea que la cuantía no supere los 10 millones de dólares.
Junto a estas primeras experiencias de conversión de deuda por inversión, durante el pasado año España ha planteado distintas iniciativas de conversión de deuda por desarrollo, a través de fondos contravalor, que se nutren de recursos que antes se destinaban al pago de la deuda. Se han suscrito cinco de estos programas con Costa Rica (Medio Ambiente), Perú (Lucha contra la Droga), El Salvador y Honduras (Reconstrucción tras el huracán Mitch) y República Dominicana (Reconstrucción tras el huracán George) por un importe total de 27,4 millones de dólares.
Todas estas operaciones constituyen, en opinión del economista Jaime Atienza, experto de Manos Unidas y responsable técnico de la campaña “Deuda externa, ¿deuda eterna?”, una de las pocas muestras de “dinamismo” que caracterizan la gestión de la Administración española para aminorar el peso de la deuda de estos países.
Atienza, autor de “La deuda externa y los pueblos del Sur. El perfil acreedor de España”, aporta el ránking de los 10 mayores deudores de España a 1 de enero de 1999. La lista está encabezada por Argelia (178.000 millones de pesetas), seguida de Rusia (136.000), Egipto (121.000), Cuba (108.000), México (104.000), China (98.000) y Perú (98.000). La deuda oficial asciende hoy a 1,86 billones.
“Es posible”, dice Atienza, “compaginar una gestión financiera eficaz con una política sostenida de reducción y conversión de la deuda que tome como motivación principal la situación social de estos países”.

Gráfico
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