EL MUNDO / Domingo 7 de mayo de 2000 / Número 32
 

romboCOYUNTURA

ANÁLISIS Ángel Laborda
Desequilibrios en la economía de EEUU

Hace dos semanas comentábamos en esta columna las previsiones económicas para el 2000-01 del FMI y de la Comisión Europea, señalando las incertidumbres y riesgos que para la economía mundial representaba la actual evolución de la economía de EEUU. Los datos de la contabilidad nacional del primer trimestre de este año confirman estos riesgos.
El PIB real aumentó un 1,3% respecto al trimestre precedente, lo que supone una tasa anualizada del 5,4%. En términos interanuales, que es como solemos medir las variaciones en España, el aumento fue del 5%, cuatro décimas más que en el trimestre anterior. Para una economía desarrollada y de las dimensiones de la de EEUU, estas tasas de crecimiento son realmente elevadas y envidiables. Si a ello se une una tasa de paro del orden del 4%, frente al 10% en Europa, se comprende la gran atracción que representa ese gran país como modelo de desarrollo económico para los europeos.
Ahora bien, si es cierto que el boom económico americano tiene fundamentos sólidos, como las nuevas tecnologías de las comunicaciones y la liberalización de los mercados, no es menos cierto que el patrón de crecimiento de los últimos años, basado en gran medida en crecimientos de la demanda interna muy superiores a los recursos generados por el sistema productivo, lleva a una situación insostenible de crecientes y graves desequilibrios que tarde o temprano necesitarán ajustarse, provocando una recesión.
El hecho de que hasta ahora no hayan aparecido tensiones inflacionistas se ha interpretado por los economistas de la nueva economía como la ausencia de desequilibrios, olvidando que la inflación no es la enfermedad, sino sólo un síntoma, y que en esta ocasión ha tardado en aparecer. Lo grave es la escasez de ahorro (o el exceso de consumo), que lleva a endeudarse hasta niveles históricos a familias y empresas sobre la base de unos activos financieros e inmobiliarios sobrevalorados. La tasa de ahorro familiar ha caído hasta un ridículo 0,7% de la renta disponible y el déficit frente al exterior por cuenta corriente está alcanzando el 4% del PIB.
La situación me parece como la de un globo, que si se le sigue hinchando por encima de su capacidad, acaba por explotar.

Ángel Laborda es director de Coyuntura de Funcas.


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