EL MUNDO / Domingo 26 de noviembre de 2000 / Número 56
 

romboEMPRESAS

Los reveses de la Bolsa no asustan a las empresas familiares
Cotizar en el mercado es un pilar fundamental para el crecimiento de compañías familiares, aunque la evolución bursátil no acompañe. La OPV de Inditex está entre las más esperadas

MERCEDES GÓMEZ

El temporal que arrecia estos últimos meses sobre el mercado bursátil no ha empañado las expectativas depositadas en el parqué por parte de las grandes empresas familiares españolas. Un sondeo elaborado por Analistas Financieros Internacionales revela que, del 55% de estas compañías que se ha planteado en alguna ocasión las ventajas e inconvenientes de cotizar, un 36% contempla en sus planes estratégicos el salto al parqué en el corto o medio plazo.
Este estudio, realizado sobre un total de 56 empresa, de las que 35 son socios del Instituto de la Empresa Familiar, pone de manifiesto que las firmas más emblemáticas de la economía española han abandonado su cultura conservadora y han descubierto en el mercado de valores la fórmula más idónea para facilitar liquidez a sus accionistas, acceder a recursos financieros prácticamente ilimitados o incrementar el prestigio de su marca. A medio plazo, valores impensables en las carteras de los inversores como Freixenet, Chupa-Chups, Leche Pascual, Codorniú o Inditex podrían codearse con los títulos más demandados.
Junto a las grandes empresas familiares que ya han tentado a la suerte de los mercados, no hay que olvidar a aquellas de pequeña y mediana dimensión, como Enaco, Paternina o Cune, que han reforzado segmentos con escasa representatividad en el parqué. “Este tipo de operaciones inducen un flujo de cambio para que el mercado bursátil español represente la verdadera estructura económica española”, explica Sergio Fernández, responsable del estudio realizado por Analistas Financieros Internacionales.
El estudio elaborado por esta casa de valores no escapa al antes y al después de la actitud de la empresa familiar ante la bolsa. Para el 80% de las empresas cotizadas en el mercado, el acceso a una fuente de recursos financieros continuada fue la razón que más peso tuvo para desembarcar en el parqué. Y esta urgencia de financiación para arropar su expansión internacional propició la salida al mercado en 1996 del grupo hotelero Sol Meliá, propiedad de la familia Escarrer. La operación, que se diseñó previa escisión de sus diferentes divisiones –Sol Meliá Gestión, Mia e Inmotel, involucró a los inversores exclusivamente en la actividad de gestión hotelera. “Fue una colocación favorable en la que no existían riesgos inmobiliarios y, además, la familia no ponía en juego su patrimonio personal”, dice María Martínez, de Link Securities.
Dos años después, la familia decidía sacar a bolsa Mia, la división que gestionaba las inversiones inmobiliarias en Latinoamérica, y tan sólo seis meses más tarde, el valor en bolsa sufrió el bache más serio en su historia bursátil. A raíz de la crisis económica latinoamericana, los propietarios cambian radicalmente su estrategia, algo que “no supo entender el mercado”, según fuentes del grupo hotelero. La compañía se reunifica y lanza una OPA sobre Mia, ofreciendo a los inversores un canje de acciones por un precio inferior al de partida. El mercado penalizó con dureza la decisión, y para lavar su imagen, los Escarrer ofrecieron de su propio bolsillo una compensación a los descontentos.
A juicio de los analistas, el mercado castigó el excesivo control de la compañía por los propietarios, dominio que se ha ido diluyendo con la política de adquisiciones desarrollada por la compañía. “La compra de Tryp y los nuevos accionistas han favorecido al valor, ya que la evolución de la compañía no depende exclusivamente de la gestión de sus antiguos propietarios”, dicen desde Link Securities.
Frente a la obtención de recursos para financiar sus planes de crecimiento, las empresas familiares que han lanzado las OPV más recientes o tienen previsto hacerlo en el corto plazo han modificado su visión sobre el mercado bursátil. Según Analistas Financieros Internacionales, la desinversión, la sucesión empresarial, el ajuste de la estructura accionarial o la internacionalización son los nuevos atractivos del parqué.
Estos son algunos de los argumentos que arroparon la salida a bolsa de compañías como Ferrovial o Adolfo Domínguez, los estrenos más recientes de negocios familiares en la bolsa. A pesar de que sus expectativas no han sido correspondidas en el mercado, la cotización bursátil ha sido trascendental para la evolución del negocio. “El reconocimiento en el panorama internacional o el valor de referencia que te otorga el mercado son aspectos muy positivos para la compañía”, apunta un portavoz de Ferrovial.
La evolución en el mercado del último gran grupo constructor que saltó al parqué, con una OPV estimada en 165.000 millones de pesetas, poco tiene que ver con los resultados de la compañía. A juicio de los analistas, que estiman que el valor está muy lejos de los fundamentales, su trayectoria ha sufrido el alto precio de salida, 22,95 euros. Este factor, unido a la inestabilidad de los mercados, ha arrastrado el valor hasta los 14 euros.
La Bolsa fue el escenario elegido por los hermanos Domínguez para dirimir sus desavenencias, hacer caja y tomar caminos separados. Si en su colocación esta OPV fue considerada histórica por su demanda, el incumplimiento de sus previsiones y de sus planes estratégicos han depreciado cerca de un 45% el valor desde su debut en 1997. Como empresa cotizada, a Adolfo Domínguez no le ha quedado más opción que frenar sus planes en el exterior y replantearse su política estratégica. “El salto al exterior no es gratis y sin riesgos. En el estado que nos encontramos, debemos pensar en el accionista”, comentan fuentes de la empresa.
Los vaivenes de las compañías familiares en el parqué no han retraído a los propietarios de Zara que, tras dos años de meditación sobre las ventajas e inconvenientes de la apertura a nuevos inversores, prepara la operación para el 2001.
Como empresa cotizada, la gallega resolverá su proyecto de futuro, el proceso de institucionalización y su continuidad. Los sucesores de Amancio Ortega no parecen interesados en involucrarse en la gestión del negocio.

Gráfico
Evolución de empresas familiares en Bolsa
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