EL MUNDO / Domingo 10 de diciembre de 2000 / Número 58
 

romboMERCADOS

Habló Greenspan y los mercados vieron la luz
Las Bolsas reciben con ganancias la posibilidad de un recorte de los tipos en EEUU. Las mejores perspectivas en Latinoamérica permiten la recuperación de los grandes bancos españoles

FRANCISCO J. LÓPEZ

La consigna es muy sencilla: que hable Greenspan. Los inversores echaban tanto de menos las indicaciones del presidente de la Reserva Federal, que su primera comparecencia pública tras el larguísimo proceso electoral en EEUU fue recibida con alborozo. El Nasdaq cerró el martes con la mayor subida de su historia (un 10% en una sola jornada) y la Bolsa española logró el mayor ascenso de los dos últimos años.
Greenspan habló para tranquilizar a unos inversores que, desde hace unos días, veían acercarse el fantasma de la recesión. La máxima autoridad monetaria en EEUU reconoció que existe una “desaceleración apreciable” en el ritmo de crecimiento, que permitirá un aterrizaje suave de la primera economía mundial. Los mercados interpretaron inmediatamente que se acerca una nueva etapa, caracterizada por la relajación de la política monetaria, que puede venir muy bien a las empresas, y principalmente a las tecnológicas, que tienen grandes necesidades de financiación.

¿Ralentización o recesión?
El optimismo de los mercados no ha logrado silenciar del todo las voces que ven signos preocupantes en la economía de EEUU. Los analistas siguen divididos a la hora de calificar cómo esta siendo el aterrizaje económico. El último informe de Merrill Lynch sobre las perspectivas para el 2001, dado a conocer el pasado jueves, prevé sólo una ralentización, que no recesión, en el crecimiento económico mundial. En esta línea, los estrategas de esta firma bursátil auguran una política monetaria menos restrictiva, que podría permitir un recorte de 50 puntos básicos, hasta el 6%, en los Fed Funds.
En cuanto a la renta variable, los expertos de Merrill Lynch no esperan grandes revalorizaciones, y en el caso de Europa, recomiendan algunos sectores defensivos, como el petróleo o el financiero.
Estas son las expectativas futuras, que son las que descuentan los mercados. A corto plazo, la situación ha mejorado notablemente para la renta variable. A las palabras de Greenspan, hay que sumar el descenso del precio del petróleo (que está ahora un 15% más barato que hace una semana) y la recuperación del euro, que ha rozado los 0,90 dólares.
La divisa europea continúa con su particular remontada, iniciada hace un par de semanas tras conocerse los primeros datos sobre la desaceleración en EEUU. La posibilidad de que el aterrizaje sea más brusco del esperado está provocando que muchos inversores cambien sus depósitos de dólares a euros. Los operadores tan sólo temen que la moneda única pueda sufrir un parón por las desavenencias surgidas entre Alemania y Francia sobre el peso que debe tener cada uno en el Consejo comunitario.
La relajación de la política monetaria en EEUU también beneficia a las economías latinoamericanas, que padecen la presión del dólar. En Argentina, además, el Gobierno y la oposición han llegado a un principio de acuerdo sobre la línea presupuestaria que servirá para hacer frente a los créditos de emergencia. Todo ello se ha visto reflejado en la revalorización de los dos grandes bancos españoles, que tienen importantes intereses en la zona. En sólo tres sesiones, el BSCH y el BBVA suman una revalorización superior a los 585.000 millones de pesetas.

Pérdidas generalizadas
Pese a todo, las ganancias de los últimos días apenas han tenido efecto en el mal año de la Bolsa española. El Ibex pierde todavía un 18%, y dos de cada tres empresas del mercado continuo (un 65%) cotizan por debajo de principios del año.
Las empresas tecnológicas, arrastradas por el desplome de Nasdaq, son las más perjudicadas: Terra, Sogecable, TPI y Amadeus encabezan los descensos.
A tres semanas para el cierre del año, sólo un milagro puede salvar a la Bolsa española de cerrar el ejercicio con pérdidas. Mientras tanto, los inversores siguen esperando el rally de fin de año.


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