EL MUNDO / Domingo 18 de marzo de 2001 / Número 72
 

romboSU DINERO

El Nikkei, en una crisis de “vida o muerte”
La producción industrial comienza el año con un brusco retroceso y el índice Nikkei registra la peor caída en 16 años

ARTURO ESCANDÓN. Tokio
AGUSTÍN RIVERA. Madrid

La calificación es ya oficial: Japón se encuentra en una espiral deflacionaria. Según el informe mensual de la Oficina del Gabinete, publicado el viernes y confirmado por el ministro de Finanzas, la caída continua de los precios ha causado que la economía nipona se encuentre en una deflación moderada.

Uno de los indicadores que más influyeron en la valoración fue la abrupta bajada del 4,2% de la producción industrial en enero, como consecuencia de la desaceleración de la economía estadounidense, principal mercado de las exportaciones de la segunda potencia económica del planeta.

La noticia no hizo sino agravar incluso más la sensación de crisis generalizada que se tiene en Japón. La situación financiera tanto del sector público como del privado es precaria.

El propio ministro de Finanzas, Kiichi Miyazawa, ha llegado a confesar ante el Parlamento que las finanzas públicas estaban “al borde del colapso”.

El Banco de Japón (BOJ) rebajó su previsión de crecimiento de la economía de “ralentización”, en febrero, a “estancamiento”, en marzo. Los mercados financieros esta semana hicieron lo suyo: el índice Nikkei se desplomó al registrar la peor bajada en 16 años.

El Nikkei cerró el martes por debajo de la barrera psicológica de los 12.000 puntos, sumando pérdidas que no se registraban desde enero de 1985. En cuatro sesiones consecutivas, el Nikkei perdió un promedio de un 7,1%.

Ahora parece totalmente irreal, como si se tratara de algo utópico, recordar los 38.000 puntos con los que cerró el Nikkei en aquel remoto 31 de diciembre de 1989, justo antes de que pinchara la célebre burbuja japonesa.

“Seguimos sin una dirección clara. Carecemos de un líder que tenga la capacidad de afrontar los graves problemas del país”, remarca desde Tokio a NUEVA ECONOMIA un broker de la Bolsa japonesa, quien precisa que el principal error fue la subida en un 0,25% de las tasas de interés por parte del gobernador del Banco de Japón, Masaru Hayami.

Jesper Koll, economista jefe de Merrill Lynch en Tokio, corrobora la desconfianza nipona en las páginas de la revista Far Eastern Economic Review: “Ninguna compañía y ningún individuo esperan ya nada de sus gobernantes”.

Además, la agencia de calificación británica Fitch ha descendido los ratings de 19 bancos japoneses, incluidos algunos de los mayores del mundo.

“El fuerte descenso del Nikkei parece estar detrás de esta decisión. No sólo se trata de una bajada en la liquidez de las entidades, sino de la menor calidad de los activos”, enfatiza José Luis Martínez, analista de Citicorp.

La cotización de los bancos sigue cayendo, sobre todo, por acumular créditos impagados de unos 262.300 millones de dólares.

Los inversores que apostaban por Japón huyen despavoridos y apuestan por concentrar sus ahorros en otros mercados emergentes, en espera de digerir este mal trago del crack de marzo del 2001.

Hiromu Nonaka, el político más influyente del PLD, el partido del Gobierno, considerado como el PRI nipón, lo tiene claro: “Es una crisis de vida o muerte”.


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