EL MUNDO / Domingo 22 de septiembre de 2002 / Número 141
 

rombo

 

ESE OSCURO OBJETO DE DESEO CANARIO
Las prospecciones petrolíferas en aguas cercanas a canarias parecen pesar más en la tensión diplomática hispano-marroquí que Ceuta y Melilla

JESÚS NAVARES

  

Marruecos y España mantienen una guerra sorda en el Atlántico y el Mediterráneo por la existencia de yacimientos de crudo y gas cuya propiedad legítima aún no se ha planteado en los foros internacionales. La lucha por el oro negro es lo que frena cualquier intento de mejorar el clima de ruptura diplomática que existe de hecho entre ambos países.

Sólo existen estudios muy antiguos –de los años 60– sobre la posible existencia de gas y petróleo en el mar de Alborán, situado al sur de Almería, y en las aguas que separan las Islas Canarias de las costas del Sáhara.

La creciente necesidad de recursos energéticos ha espoleado a los todos los gobiernos, incluido el marroquí y el español, para reducir su actual dependencia de las importaciones de crudo.

El actual clima prebélico en torno a Irak incrementa esta inseguridad del precio de los suministros de cara al futuro, más cuando la OPEP ha decidido mantener hasta su reunión de diciembre el actual nivel de producción, con el consiguiente aumento de la especulación sobre el barril de petróleo.

Desde principios de 2000, diversas petroleras, como la estadounidense Conoco, han conseguido licencias de exploración sísmica en aguas del mar de Alborán. Sin cometer ninguna ilegalidad, pero a través de actos unilaterales, tanto el Gobierno español como el marroquí han tejido mediante estas licencias redes de intereses que están a punto de entrar en colisión.

Es el caso de las exploraciones que realiza la española Repsol YPF, a partir de 32 kilómetros y hasta unos 80 de la costa canaria (al este de Fuerteventura), y que concluirán entre 2002 y 2003, según datos facilitados por la compañía.

Las obligaciones contractuales de este contrato establecen que Repsol deberá contar con dos pozos exploratorios en aguas de Canarias entre el tercer y sexto año a partir de 2002. La inversión está estimada en 30 millones de euros (casi 5.000 millones de pesetas).

En cuanto al estudio que realiza Conoco en el Mediterráneo –con permiso de ambos gobiernos– se sitúa a ambos lados del paralelo 36, que delimita, aproximadamente, la frontera marítima entre las ciudades del norte de Marruecos y la costa española de Fuengirola y Marbella. Los permisos españoles tienen una vigencia de seis años y tendrán un coste para la petrolera estadounidense de 17,5 millones de euros entre estudios sísmicos, geológicos y las perforaciones de comprobación.

PERMISOS. El conflicto en este área, conocida como el mar de Alborán, ya está anunciado, puesto que Marruecos ha incluido en su zona –descrita en el gráfico como ‘W’– las aguas que circundan Ceuta, Melilla, el Peñón de Alhucemas y la Isla de Alborán, situada a 29 millas al norte de Melilla y 65 millas al sur de Almería.

Las Zonas de Exclusión Económica (ZEE) de ambos países chocan sin remedio y no sólo por el tráfico de drogas o de seres humanos. “El 23 de marzo de 2001, Conoco obtuvo la ampliación de este permiso [en la zona ‘W’] por un año, que le obliga a obtener datos sísmicos de la zona (…) y realizar estudios geológicos para determinar el potencial petrolero, así como los lugares más favorables para la perforación”, asegura Iñigo Moré, presidente de la consultora Mercados Emergentes, en un trabajo reciente realizado para el Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos.

España concedió en octubre de 2001, también a Conoco (zona ‘Z’ en el gráfico) cuatro permisos de investigación en la parte española del mar de Alborán.

Algo más lejos de allí, en el Atlántico y frente a las islas de Lanzarote y Fuerteventura, Marruecos y España se enfrentan en un ring delimitado por la plataforma continental del Sáhara y la ZEE de las Islas Canarias.

En las exploraciones que se realizan en este lugar no hay ciudades como Ceuta y Melilla en peligro. Pero sí existe un mayor conflicto de intereses, por la nacionalidad de las petroleras que intervienen y porque están implicados, además de la ONU, los gobiernos de Marruecos, España y del pueblo saharaui.

ÉXITO EN MAURITANIA. Entre Fuerteventura y la costa sahariana no existe una Conoco que, al poseer licencias a ambos lados de la frontera marítima, pueda ejercer el papel de mediador, aunque sea muy interesado, entre los gobiernos de Rabat y Madrid.

La española Repsol, la australiana Fusion Oil, la francesa Total Fina Elf, la angloholandesa Shell y la estadounidense Kerr Macgee, junto a alguna surafricana y otras petroleras que puedan sumarse al olor del éxito de las perforaciones en Mauritania, son los jugadores actuales de esta partida de ajedrez en la que se ha obviado hasta ahora un consenso fronterizo.

El pasado 23 de enero, Repsol YPF obtuvo del Gobierno español el permiso para la exploración sísmica de 3.000 kilómetros cuadrados al este de la isla de Fuerteventura. La petrolera española sólo ha matizado que: “Este área está calificada como de alto riesgo exploratorio, lo que significa que no existen pruebas sobre la existencia de hidrocarburos, aunque los resultados de los estudios realizados en 1978 y 1983 por las antiguas compañías estatales Eniepsa e Hispanoil permiten mantener expectativas positivas”.

Repsol, que ha facilitado esta respuesta al citar su estudio sobre el impacto ambiental nulo de la exploración, no entra en el espinoso asunto del posible conflicto entre las aguas territoriales de Canarias y las de la costa saharaui. La embajada de Marruecos en Madrid ha declinado la posibilidad de hacer algún comentario sobre el asunto.

Fuentes diplomáticas españolas han explicado que, puesto que no existe un convenio bilateral que fije los límites entre Canarias y la costa Saharaui –territorio administrado por Marruecos–, se ha optado por establecer “una línea media equidistante, posibilidad contemplada tanto en la legislación marroquí como en la española”.

“Lo ideal sería llegar a un acuerdo bilateral. Mientras, España defiende que las ZEE no puedan rebasar esa divisoria equidistante. Marruecos prefiere aplicar el criterio de equidad, ya que así establece el peso de su plataforma continental frente a la del archipiélago. Es necesario que firmemos un convenio que contemple tanto las actividades en las aguas como en el substrato”, aseguran las fuentes diplomáticas citadas.


Riqueza en las profundidades

Los costes de Repsol en exploración en todo el mundo ascenderán a 1.513 millones de euros (251.742 millones de pesetas) en el periodo 2001-2005. En España, en las Islas Canarias, posee 10 bloques y otros dos en el Mediterráneo; en Cuba, seis bloques; en Venezuela, el bloque Quiriquire; en Brasil, nueve bloques; en Argentina un bloque; en Libia, el bloque NC-190 y negocia otros, al igual que en Irán.



 El sueño del oro negro en las costas saharianas, canarias y del Estrecho



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