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 DIRECTORIO   Domingo 1 de junio de 2003, número 177
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MERCADOS / SU DINERO
Los inmigrantes confian más en los locutorios que en los bancos
Menos del 12% de los latinoamericanos afincados en España utilizan las entidades financieras para enviar dinero a sus países de origen. Las campañas lanzadas por la banca no acaban de ganarse el favor de dicho colectivo
EUFRASIO FERNANDEZ

Ni aquí ni allá. Si en los últimos tiempos Latinoamérica, azuzada por la crisis económica, ha dado la espalda a las cuentas de los grandes bancos españoles, los latinoamericanos residentes en nuestro país también han preferido mirar hacia otro lado.A la hora de enviar dinero a casa, los inmigrantes siguen prefiriendo los locutorios o empresas de remesas. Una opción que entidades financieras como Banco Popular, Santader Central Hispano, Banco Bilbao Vizcaya o La Caixa, tratan de ir contrarrestando poco a poco y sin realizar demasiado esfuerzo financiero.


De momento, los logros son escasos. Según un informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros Confederadas (Funcas), sólo el 11,9% de los inmigrantes latinoamericanos afincados en España utiliza las entidades financieras para enviar dinero a sus países de origen.


El hecho de que las agencias de transferencias se encuentren junto a locutorios y ofrezcan servicios adicionales al envío de dinero, como la comunicación directa con la familia receptora, son, según Funcas, algunos de los factores por los que muchos inmigrantes los prefieren a la banca tradicional. A esto se une su mayor confianza en estas compañías, que les proporcionan «mayor rapidez y seguridad» en los envíos, lo que, en palabras de la fundación, les otorga «una clara ventaja competitiva frente a las entidades financieras».


Fernando Silva, director de banca personal internacional de Santander Central Hispano, acepta la falta de agilidad de los bancos como uno de los factores que ha provocado la huida de inmigrantes.Sin embargo, Silva también reconoce que «las cosas están cambiando rápidamente y ahora ofrecemos mayor rapidez y seguridad, además, de unas comisiones considerablemente más bajas».


La cantidad total enviada cada año por los inmigrantes a sus países de origen asciende a más de 706 millones de euros, repartidos en 1,9 millones de operaciones. De ellos, más de 615 millones las gestionan las empresas de remesas, con más de 1,68 millones de euros en envíos, mientras que los bancos y cajas sólo mueven 91 millones de euros anuales en 220.000 giros.


A pesar de todo, esta diferencia no preocupa excesivamente a las entidades financieras españolas. Según Francisco Sancha, director de banca comercial internacional del Banco Popular, «estas agencias no pueden competir con los bancos, porque no ofrecen productos complementarios, como hipotecas o créditos.Productos que comienzan a ser cada vez más demandados por este colectivo».


En España hay 51 empresas autorizadas para enviar remesas. Western Union, Universal Envíos, RD Money Transfer o Money Gram son sólo algunos ejemplos de agencias que hacen su agosto a costa de la necesidad de los inmigrantes de enviar dinero a sus familiares.Un negocio que crece conforme aumenta la población inmigrante, y del que quieren participar los bancos y las cajas.



Oportunidad para los bancos

Así, a mediados de este mes, el Banco Popular, que lleva varios años trabajando con el colectivo de inmigrantes, presentó su nueva campaña de envío de remesas con la que pretende captar, en apenas seis meses, 10.000 nuevos clientes. Bajo el eslogan «Su familia, mucho más cerca de Usted», el banco ofrece, en caso de fallecimiento, un seguro de repatriación a todos los clientes que realicen un mínimo de cinco transferencias con su servicio Trabex. «La remesa no es el negocio. Es la excusa para captar nuevos clientes y vincularlos a los ya existentes, creando así mayores lazos entre ellos y el banco», explica Sancha. La entidad ofrece créditos e hipotecas adaptados a las necesidades especiales de este colectivo.


El Santander ha optado por una política similar, aunque inicialmente no pretende integrar a los inmigrantes en su red de oficinas.En 2001, el banco presidido por Emilio Botín puso en marcha International Express, una oficina exclusiva para ciudadanos extracomunitarios.«Nuestro negocio no son las transferencias. El objetivo es crecer con ellos y atenderlos correctamente para convertirlos a largo plazo en clientes del banco, con las mismos derechos que el resto de usuarios del Santander», señala Silva.


Pero el SCH no se olvida de las transferencias y cuenta con la tarjeta Maestro International Express, un servicio exclusivo para estos clientes, que facilitará la transferencia de dinero a sus familias.


Mientras la estrategia seguida por el Banco Popular busca integrar a los inmigrantes como un colectivo más de la entidad y el Santander desarrolla un trabajo más lento también con vistas a convertir, aunque a más largo plazo, a los inmigrantes en clientes habituales, el objetivo del BBVA o de La Caixa se centra en conquistar una importante cuota en el mercado de las transferencias, con menor esfuerzo financiero y al margen de su negocio tradicional.


Aprovechando la red de pagos Bancomer Transfer Services, el BBVA puso en marcha a finales de 2002 Dinero Express, una red de oficinas especializadas en envíos de dinero al otro lado del Atlántico.El objetivo de la entidad es hacerse en los dos próximos años con el 20% del mercado y obtener entre cuatro o cinco millones de euros de beneficio.


Desde La Caixa se reconoce que «los residentes extranjeros no suelen utilizar los canales propios del sistema bancario tradicional».Por ello, la caja catalana ha adoptado la operativa de giros de dinero mediante el apoyo de dos call centers, uno en España y otro en el país de destino. Con este sistema, el ordenante puede conocer desde España y de forma gratuita la culminación de la operación. Además, La Caixa ofrece a los inmigrantes la tarjeta International Transfer, que permite realizar transferencias internacionales a través de los más de 6.800 cajeros automáticos de la entidad financiera.


Sin embargo, hasta el momento, todas estas iniciativas se han mostrado, al menos, insuficientes. Los esfuerzos no han dado los resultados esperados y en las altas esferas de los bancos buscan la fórmula para ganarse la confianza de más de un millón y medio de inmigrantes con tarjeta de residente y otro tanto por regularizar.


 LOS LATINOAMERICANOS PREFIEREN LOS LOCUTORIOS


 
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