EL MUNDO / Domingo 10 de octubre de 1999 / Número 2


 

HECHOS & IDEAS

ECONOLANDIA ANTONIO PULIDO
Felicianos, angustinos y el señor Busines

Cómo va la economía mundial? ¿Qué perspectivas hay para el próximo año? ¿Hay algún riesgo de crisis o estamos en una fase duradera de bonanza económica? En Econolandia estas preguntas son habituales y Juan Macro, un reputado experto del país, sabe que sus conciudadanos esperan respuestas cortas y claras. "La economía mundial está creciendo a ritmos satisfactorios del orden del 3%, se ha recuperado del bache de 1998 consecuencia de los efectos en cadena de la crisis iniciada en los países asiáticos y se espera incluso una aceleración del crecimiento para el año 2000, en particular por una sensible mejora en Latinoamérica y las economías del Este de Europa".

Pero en Econolandia todo el mundo opina sobre estas cuestiones con matices que en sus extremos se manifiestan como diagnósticos enfrentados. Un optimismo casi sin límites invade a los partidarios del partido en el poder, sea este cual fuere, a los que coloquialmente se les conoce como felicianos. "En EEUU, siete años consecutivos de expansión económica han sido compatibles con la inflación más reducida de los últimos 33 años. En la zona euro, la pequeña desaceleración esperada para este año se puede considerar ya superada con ritmos previstos para el PIB conjunto cercanos al 3% en el año 2000, inflación controlada y tipos de interés reducidos. Entre los países estrella, Irlanda y España, con ritmos vivos de crecimiento, incrementos de precios en mínimos históricos, fuerte creación de empleo y reducción del déficit público".

Frente a los felicianos, los angustinos más pesimistas, la mayoría situados en la oposición al partido gobernante, alertan sobre fallos y riesgos. "La burbuja financiera puede estallar en Wall Street y otras bolsas europeas. Los coletazos de la anterior crisis aún pueden afectar al comercio exterior de muchos países. Las expectativas de mejora en Latinoamérica o Europa del Este tienen mucho de buenos deseos. Las tensiones de precios empiezan ya a vislumbrarse en algunos países. El empleo que se crea es precario en parte. Los resultados de la bonanza económica deben permitir mayores gastos sociales. Las mejoras de productividad son reducidas para una fase de expansión económica, mostrando una debilidad estructural a medio y largo plazo".

El señor Busines es uno de los muchos empresarios que no termina de entender los grandes trazos de las respuestas de Macro y comparte parcialmente optimismos de felicianos y preocupaciones de angustinos. Para él, hay muchos más indicios de bonanza que de tempestad. Pero en economía, como en meteorología, no hay seguridad ni tiempo bueno ni malo para todos. Siempre depende de dónde te encuentres. Y conviene llevar paraguas, por si acaso.

 


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