EL MUNDO / Domingo 17 de octubre de 1999 / Número 3


 

MERCADOS / BOLSAS INTERNACIONALES

Wall Street teme una corrección

FRANCISCO J. LOPEZ

En Wall Street vuelve a extenderse el temor a una fuerte corrección, que lleva meses anunciándose pero que aún no se ha producido. Las recientes declaraciones del director del Fondo Monetario Internacional, Michel Camdessus, advirtiendo de que la economía estadounidense no debería sufrir mucho si se produce una corrección de un 25% en el Dow Jones, no son precisamente la mejor manera de tranquilizar a los inversores. Tampoco ayudan en nada las declaraciones de Greenspan, augurando próximos recortes.

Esta semana no se puede hablar de corrección, pero sí de importantes descensos. El Dow Jones vuelve a merodear la frontera de los 10.000 puntos y, roto ese soporte, el descenso puede ser imparable.

Existen muchos motivos para la preocupación. Las grandes compañías tecnológicas de EEUU, que son los valores que más se han revalorizado en los últimos tiempos, han ganado menos de lo previsto en el último trimestre; el mal dato de los precios al por mayor de septiembre augura una próxima subida de tipos de la Fed y, finalmente, el inversor está preocupado ante la proximidad del efecto 2000.

El 25 de agosto el Dow Jones cerró en su máximo histórico (11.326 puntos). Desde entonces ha perdido más de un 10%, que es un fuerte descenso pero no una gran corrección. Durante la crisis de octubre del año pasado, el índice neoyorquino cayó más de un 20% y luego se recuperó en un par de meses.

A las espera de mejores noticias, los inversores han dirigido su mirada al yen, que por fin ha frenado su escalada.

Mientras en Europa y EEUU siguen preocupados por los tipos, Tokio se mantiene al alza, acumulando casi un 30% de rentabilidad anual.

La ola de fusiones que vive Japón es una muestra más del vigor de su economía. Si la semana pasada anunciaron su integración los bancos comerciales Asahi y Tokai, ésta le ha tocado el turno a Sumitomo y Sakura, que han creado la segunda mayor entidad del mundo.

En Europa, en cambio, la deuda se lleva todo el protagonismo. Su rentabilidad sigue por las nubes, lo que aumenta la presión para que el BCE suba este año los tipos de interés. El euro también reflejó las expectativas sobre un aumento del precio del dinero, situándose por encima de los 1,07 dólares.

El último informe mensual del BCE muestra su preocupación por la tendencia al alza de la masa monetaria en circulación y por el elevado ritmo de expansión del crédito.

 


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