Con la ciudad razonablemente engalanada, Madrid ensaya su mejor cara para recibir a la avanzadilla de 13 hombres y mujeres (¿sin piedad?) que tienen la responsabilidad de valorar cómo se están haciendo aquí las cosas. La Comisión de Evaluación, encargada de informar de primera mano al resto de miembros del máximo organismo olímpico, tendrá cuatro días de idas y venidas para pisar el terreno y constatar que lo señalado en el dossier de candidatura no va a quedarse en papel mojado.

Se supone, como el valor en los militares, que quienes aterrizarán en Madrid el miércoles por la noche recorrerán la ciudad con ojos de niño: en un mundo ideal pasearían por las calles de Madrid sin ideas preconcebidas ni prejuicios, y con verdaderos deseos de dejarse sorprender. En un mundo sin intereses, desde la presidenta de la comisión, la marroquí Nawal El Moutawakel, hasta el último de sus miembros, valorarían lo que esta ciudad propone con objetividad y olvidándose de escaparates. Si las cosas fueran como Dios manda, el próximo 6 de julio los miembros del CIO votarían teniendo en cuenta sólo parámetros técnicos.

Para entendernos, lo suyo es que diera exactamente igual que la delegación parisina se vista en Givenchy -como ha anunciado esta semana - y la madrileña compre sus prendas en la tienda de la esquina o en una delegación de Victorio y Lucchino. La majestuosidad escénica que exhibe la candidatura de la capital gala -por citar a la gran favorita para llevarse el gato al agua- puede ser superada con los hechos. Las formas deberían ser lo de menos y lo de más, las coordenadas de un proyecto con escasas fisuras. Si los oídos de la comisión están bien abiertos, el mensaje llegará. Por Madrid hablará un plan que se construye cada día. La Comisión de Evaluación -y la nutrida representación de prensa extranjera que le acompañará- encontrará en marcha la mayoría de las instalaciones llamadas a ser olímpicas y dichas instalaciones -tal y como solicita el CIO- se utilizarán con independencia de que la capital sea finalmente designada como sede de los Juegos de 2012.

Juan Antonio Samaranch asegura que esta visita es muy importante para las aspiraciones olímpicas de la ciudad, pero que no es definitiva. Según el presidente honorífico del CIO, no es habitual que el informe de estos 13 expertos sirva para tomar una ventaja definitiva en la carrera olímpica, pero sí puede echar por tierra el trabajo de muchos meses.

Así que ya se acabaron las palabras y los dossiers. El proyecto olímpico ha superado la fase de los planos para convertirse en cemento y ladrillo, sin prisa pero sin pausa. Es la hora del examen para las cinco ciudades candidatas. Señores del CIO, Madrid les espera. Pasen y vean.