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 DIRECTORIO   Jueves, 08 de Septiembre de 1994, número 118
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FISIOLOGIA
Las ventajas de la siesta
TESSA THOMAS

Las conclusiones de una reciente investigación sobre el sueño sugieren que los
seres humanos están biológicamente programados para dormir la siesta. Al
parecer, descansar unas horas por la tarde mejora el rendimiento, aumenta la
concentración y fortalece el sistema inmune.

LOS resultados de varios estudios realizados en el Centro Biomédico de la Vida
y el Deporte de Francia resultan especialmente alentadores para aquellos a los
que les gusta dormir después de comer. Al parecer, las investigaciones sugieren
que los humanos estamos programados para dormir por la tarde y que nuestro
organismo puede resentirse si de todos modos nos empeñamos en permanecer
despiertos.
Los científicos estudiaron el comportamiento de los mecánicos del Grand Prix
(Fórmula Uno), que suelen trabajar toda la noche y necesitan permanecer en un
estado de suma alerta ante el constante peligro de un accidente mortal en la
pista. Los investigadores descubrieron que los mecánicos tenían más problemas
de concentración a media tarde, pero cuando se implantó la rutina de un
descanso de una hora -de las tres a las cuatro de la tarde- se notó una mejoría
en el rendimiento de su trabajo.
La mayoría de los accidentes de tráfico tienen lugar entre las dos y las cuatro
de la madrugada y las dos y las cuatro de la tarde. «Por lo general, se trata
de accidentes por omisión», afirma Pierre Portero, director del Centro de Sueño
francés, quien sugiere que la causa suele ser una falta de concentración del
conductor, lo cual le impide reaccionar a tiempo ante cualquier contratiempo en
la carretera.
No es sólo la capacidad de concentración lo que se pierde en las horas de la
tarde. La temperatura del cuerpo también desciende y disminuye el número de
ondas cerebrales, tal y como sucede por la noche. Algunos estudios sugieren que
después de siete horas de vigilia, hacia la media tarde para la mayoría de
nosotros, el cuerpo comienza a producir péptidos delta, una sustancia que
provoca el sueño y que viene a ser un soporífico que se encuentra en estado
natural en el organismo humano.
«El carácter multifásico del sueño, es decir, dormir un rato varias veces al
día, era el hábito de nuestros antepasados, que tenían que permanecer alerta
ante la amenaza de los animales salvajes y demás peligros. Al parecer, los
mecanismos biológicos que determinaban ese comportamiento todavía se encuentran
presentes en nuestro organismo», explica Portero.
La mayoría de los estudios sobre el sueño «multifásico» han sido realizados en
el Reino Unido y en EEUU, quizá porque en estos países la idea de dormir por la
tarde resulta tan extraña que merece la atención de los científicos. Sin
embargo, los estudios de Carl Hindmarch, fundador de la British Sleep Society
(Sociedad Británica del Sueño), sugieren que la siesta es una tendencia
biológica que traspasa las barreras culturales. «Particularmente durante las
vacaciones, la gente piensa que la somnolencia de la tarde se debe a las
comidas pesadas o al fuerte calor del mediodía. Sin embargo, los estudios
sugieren que ciertas fuerzas biológicas entran en juego», asegura Hindmarch.
Asimismo, los trabajos sugieren que sería una buena idea convertir el hábito de
la siesta, más común en vacaciones, en una costumbre para todo el año. Se cree
que durante la primera mitad del periodo de sueño nocturno entramos en un
estado de sueño profundo. Conforme avanza la noche, aumenta el llamado
«movimiento ocular rápido» (REM). «Las siestas -asegura Hindmarch- favorecen el
sueño profundo, de ondas de baja frecuencia».
Las personas que duermen cinco o seis horas por la noche y un par de horas por
la tarde se benefician por dos razones. No sólo pierden poco sueño profundo
durante la noche, sino que, incluso, obtienen más en la tarde. Durante la fase
de sueño profundo se segregan hormonas, como los muramilpéptidos, de vital
importancia para el organismo ya que renuevan los tejidos y fortalecen el
sistema inmunológico, al tiempo que eliminan los productos secundarios del
metabolismo muscular y así preparan al organismo para otro periodo de vigilia.
Durante la noche, todo esto ocurre en tan sólo cinco horas. Obviamente, no todo
el mundo tiene los mismos hábitos de sueño. Sin embargo, el cuerpo humano es
una maquinaria sumamente eficaz y se vale de cualquier tipo de descanso en
cualquier momento del día.



 
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