Un suplemento de EL MUNDO  Un servicio de 
 DIRECTORIO   Jueves, 13 de Marzo de 1997, número 238
Portada
Números Anteriores
 OTROS SUPLEMENTOS
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Ariadna
La Luna
Aula
Campus
 OTROS MUNDOS
elmundo.es
elmundodinero
elmundolibro
elmundoviajes
elmundodeporte
elmundosalud
elmundovino
medscape
elmundomotor
Emisión Digital
Metrópoli
Expansión&Empleo
Navegante
mundofree
elmundo personal
juegos: level51
elmundomóvil
 
ALERGIA Y POLEN Primavera peligrosa


Los especialistas coinciden en que este año se producen las condiciones
climatológicas para que los pólenes causen serios síntomas a los que padecen
rinitis alérgica. Sin embargo, hay también una buena noticia: los tratamientos
que existen contra esta patología son muy eficaces
.
JOSE LUIS DE LA SERNA
Ha llovido mucho. El agua ha sido la constante de la mayor parte del otoño
pasado y el invierno no se ha quedado atrás a la hora de hablar de nieve y
lluvia. Además, llevamos tres semanas en las que se están alcanzando
temperaturas veraniegas en casi toda España. Y, si siguen así las cosas, habrá
una floración muy importante. Son noticias excelentes para los agricultores,
pero son también preocupantes para muchas personas, porque las concentraciones
de polen se van a disparar y eso va repercutir seriamente en la calidad de vida
de casi dos millones de españoles.
La rinitis alérgica estacional es una de las enfermedades crónicas más
frecuentes del planeta. Es una patología que afecta en más o menos grado al 20%
de la población de muchos países del mundo y que produce síntomas molestos al
5% de los españoles cuando menos, por poner un ejemplo. De acuerdo con los
especialistas en alergia, este año va a ser un año duro para las personas
sensibles a los pólenes.
No obstante, no todo lo que se refiere a rinitis alérgica estacional serán
malas noticias, a pesar de las cifras elevadas de polen que pueda haber en un
momento dado. Los expertos insisten en que los síntomas de esta patología se
pueden controlar muy fácilmente y que no hay razones objetivas para que los
alérgicos tengan que pasar penalidades. Basta con saber cómo evitar en lo
posible el polen y cómo usar adecuadamente ciertas medicaciones simples, pero
muy eficaces.
En muchos libros de texto todavía se continúa llamando a la rinitis alérgica
fiebre del heno. La enfermedad fue descrita en 1819 por el médico inglés John
Bostock que padecía una afección de los ojos y de la nariz solamente en verano.
Bostock llamó a su problema fiebre del heno porque en aquella época a cualquier
afectación se la llamaba fiebre y porque el británico estaba convencido de que
la causa de sus padecimientos había que buscarla precisamente en el heno.
Tuvo que pasar más de un siglo para que se descubriera qué es lo que en
realidad pasaba con esta patología. Dos científicos japoneses que trabajaban en
EEUU describieron en 1966 la existencia en la sangre de unos anticuerpos
especiales, que denominaron IgE, que estaban dirigidos contra los antígenos que
contenían los microscópicos granos de polen. Las personas inmunogenéticamente
más condicionadas, aquéllas que son capaces de producir niveles elevados de
IgE, son precisamente a los que el polen provoca mayor sintomatología.
.
Combinación
.
La combinación entre la IgE y los antígenos del polen es lo que activa a los
mastocitos (unas células del sistema inmune presentes en la mucosa de la nariz)
y lo que hace que aquéllos liberen las sustancias -sobre todo histamina- que
causan tanto síntoma.
Pero antes de continuar con esta patología conviene detenerse unos instantes
para responder a unas preguntas claves que con seguridad se hacen muchos
alérgicos.
.
¿Qué es exactamente el polen?
Son minúsculos granos que contienen en su interior células espermáticas. Son,
por tanto, productos del aparato reproductor masculino de las flores y su
función es la de transportar las células germinales másculinas al aparato
femenino de las plantas. No hay que confundir el polen con las pelusas blancas
que se ven con abundancia en mayo. Estas pelusas son semillas de chopos y otras
plantas que no tienen nada que ver con el alérgico.
.
¿Cuáles son los pólenes que producen alergia?
Tanto en España como en casi todo el mundo el polen de las gramíneas es el más
alergénico. Además de las hierbas comunes, el polen del olivo es también
importante en el centro, el sur y el levante español. El polen del plátano de
sombra, que es frecuente en ciudades como Madrid y Barcelona, puede producir
también síntomas precisamente en esta época del año, cuando se inicia la
floración de esta especie.
.
¿Quiénes son las personas propensas a padecer rinitis estacional?
Como casi todo en medicina, la rinitis alérgica también depende de los genes.
La mezcla de una predisposición inmunogenética (que hace que se produzcan
cantidades elevadas de IgE ante la presencia del alérgeno del polen) junto con
las cantidades elevadas de polen en el aire favorecen la aparición de síntomas.
El 72% de los hijos de padres polínicos son propensos a padecer alergia. La
enfermedad suele afectar desde la infancia y año tras año invariablemente hasta
que se llega a la cuarta década de la vida. Entonces, por regla general, los
pacientes inician una lenta remisión que los libera poco a poco de la tortura
de cada primavera.
.
¿A partir de qué concentración de pólenes se pueden tener síntomas típicos de
rinitis?
Existe una correlación directa entre el recuento de pólenes alergénicos y
síntomas de rinitis alérgica, aunque también hay personas en las que a veces no
se cumple esta correlación. Además, la ciudad es diferente al campo. A pesar de
que exista mucho más polen en el medio rural, hay proporcionalmente muchos más
enfermos en las ciudades que en el campo. Esto se debe a que la contaminación y
el calor de las ciudades elevan las concentraciones de polen en el aire, sobre
todo al atardecer, lo que coloca a los polínicos de las capitales en una
situación desventajosa con respecto a los que viven en directo contacto con la
naturaleza.
Por esta razón hay que agradecer la idea que ha tenido la Sociedad Española de
Alergia e Imnunología Clínica de dar información constante sobre los niveles de
polen de cada ciudad y en cada momento.
De hecho, la prensa, la radio y la televisión ya informan con periodicidad
sobre los pólenes. Los pacientes con experiencia en polinosis saben los
beneficios que se consiguen si se conocen en todo momento cuáles son los
niveles de alérgenos en el aire. Los médicos insisten en que frente a la
sintomatología producida por el polen lo mejor es anticiparse a éste. Por eso
es importante consultar con frecuencia las concentraciones de polen en el aire.
Así se pueden evitar las situaciones que provocan los síntomas y se puede
planear el tratamiento médico de una forma coherente.
Porque desde hace varios años existe en las farmacias productos eficaces que
controlan la rinitis alérgica. En una revisión sobre el tratamiento de esta
patología, publicada en el New England Journal of Medicine hace pocos años, se
insistió en que el 90% de los enfermos a los que el polen solía amargar la
primavera pueden llevar hoy en día una calidad de vida razonable.
Sólo hace falta que sus médicos receten solos o combinados dos productos: los
nuevos antihistamínicos y los corticoides que se administran tópicamente sobre
la mucosa de la nariz.
La medicación antihistamínica ha sido el pilar fundamental en el que se ha
basado el tratamiento durante muchos años. Es una medicación eficaz a la hora
de frenar los estornudos y el excesivo lagrimeo. Sin embargo, estos fármacos
provocaban casi siempre somnolencia y no eran en general bien aceptados. No
obstante, los antihistamínicos de la nueva generación tienen dificultad para
atravesar la barrera hematoencefálica y alcanzan concentraciones bajas en el al
cerebro con lo que duermen mucho menos que sus primitivos homólogos.
Por eso, la mayoría de los polínicos, sobre todo aquéllos con síntomas
discretos, ya pueden tratar muy bien sus síntomas con estos fármacos.
.
Precauciones
.
Sin embargo, desde hace unas semanas uno de estos antihistamínicos, la
terfenadina, ha sido colocado en la picota por la FDA estadounidense. Los
expertos de la famosa agencia, que controla en EEUU fármacos y alimentos, creen
que la tefernadina debería retirarse del mercado. El producto se aprobó en 1985
y fue el primer antihistamínico que no producía somnolencia marcada.
La drástica decisión de la FDA se ha tomado después de analizar los casos de
arritmias cardiacas graves al parecer provocadas por la combinación de la
terfenadina con otro tipo de medicamentos. El uso combinado de este
antihistamínico con ciertos antibióticos y con los antifúngicos, algo que puede
ser frecuente, está asociado con problemas cardiacos importantes. La FDA ha
considerado que la retirada de este medicamento del mercado es la única forma
de garantizar el que no haya problemas.
Por eso, los nuevos antihistamínicos deberían suministrarse con receta después
de que el enfermo haya consultado con el especialista.
Con una planificación adecuada, es posible controlar la alergia al polen. El no
hacerlo conlleva en ocasiones tener que recurrir a los corticoides en pastillas
o en forma de inyectables. Una solución casi siempre innecesaria que puede
acarrear efectos secundarios.
Un remedio al que se recurre con frecuencia es a la inyección de una sola dosis
de corticosteroides que se van liberando lentamente y que suele dar muy buenos
resultados. Pero suele también provocar problemas secundarios al inhibir la
función de algunas glándulas.
En cualquier caso, existen alternativas eficaces a los antihistamínicos orales.
Son los corticoides por vía tópica. Cuando una medicación de estas
características se administra directamente en la nariz, en la mucosa, ocurren
dos fenómenos. Uno de ellos es que los corticoides tópicos controlan muy bien
la sintomatología. Otra es que por esta vía los corticosteroides no tienen
apenas efectos secundarios. En todos los ensayos controlados que se han
realizado en los últimos años, los corticosteroides por vía tópica han batido a
los antihistamínicos.
La única consideración que hay que realizar con estos fármacos es que no son
resolutivos en la fase más aguda. Es mucho mejor administrarlos de forma
profiláctica en cuanto se conozca que la concentración de polen en el aire
empieza a alcanzar valores preocupantes para los más alérgicos.
Existen, además de los corticoides nasales, otros productos como el
cromoglicato que administrados también de forma tópica suelen obtener muy
buenos resultados. Este medicamento apenas tiene efectos secundarios y puede
ser de ayuda a los que sufren un lagrimeo intenso.
.



 
  © Mundinteractivos, S.A. - Política de privacidad
 
  C/ Pradillo, 42. 28002 Madrid. ESPAÑA
Tfno.: (34) 915864800 Fax: (34) 915864848
E-mail: salud@elmundo.es