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 DIRECTORIO   Jueves, 24 de Abril de 1997, número 244
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DROGADICCION Crear un error en el cerebro Se descubren los mecanismos íntimos de la acción de la cocaína A partir de ahora habrá nuevos avances en la terapia médica de las dependencias


Dos estudios que publica hoy la revista «Nature» han servido para
desvelar por primera vez en seres humanos que la clave de la adicción a la
cocaína está en la transmisión anormal de la dopamina.
.
PABLO JAUREGUI


Qué ocurre en el cerebro cuando una persona esnifa una rayita de coca? ¿Qué
mecanismos fisiológicos desencadenan la sensación de euforia y el mono que
experimentan los cocainómanos? Un equipo de investigadores estadounidenses
acaba de encontrar nuevas respuestas a estas complicadas preguntas, y por lo
tanto ha conseguido dar un importantísimo paso adelante en la lucha científica
contra esta drogodependencia.
En dos estudios que publica hoy Nature, la doctora Nora Volkow y sus colegas
del Brookhaven National Laboratory, en Nueva York, han comprobado que la clave
de la adicción a la cocaína está en la transmisión anormal de dopamina (una
sustancia cerebral que controla estados de ánimo como la motivación y el
placer).
Esto es algo que ya se había demostrado con animales, pero nunca con pacientes
humanos. Por lo tanto, según estos científicos, quizás esta drogodependencia se
podría combatir con un fármaco que regularizara la transmisión de dopamina en
el cerebro.
En el primero de sus dos estudios, Volkow y sus colegas comprobaron que la
cocaína es capaz de bloquear una enzima denominada DAT cuya función normal es
absorber la dopamina que descargan las neuronas. Como consecuencia de este
bloqueo, la cocaína provoca un incremento generalizado de dopamina en el
cerebro, y esto es lo que desencadena la sensación de euforia que experimentan
los consumidores de esta droga.
Los científicos utilizaron la tomografía por emisión de positrones (PET) para
poder visualizar el cerebro de 17 drogadictos, después de que cada uno de ellos
recibiera dosis altas de cocaína por vía intravenosa. Los 17 drogadictos, que
ofrecieron su colaboración a los científicos voluntariamente, describieron sus
sensaciones (euforia, inquietud, deseos irreprimibles de recibir más droga,
etcétera), mientras los investigadores analizaban sus cerebros con la técnica
del PET.
De esta manera, el equipo de Volkow descubrió una correlación evidente entre la
sensación de euforia experimentada por los drogradictos, y el incremento de su
dopamina cerebral. Según las observaciones de estos científicos, las dosis de
cocaína bloquearon entre un 60 y un 70% de las enzimas DAT encargadas de
absorber la dopamina. «Los resultados confirman que el bloqueo de esta enzima
es un mecanismo crucial para comprender las propiedades de la cocaína en seres
humanos», han concluido los investigadores.
.
Desbloquear a DAT
.
Por lo tanto, parece estar claro que para combatir una adicción a la cocaína
sería necesario desarrollar un fármaco que fuese capaz de desbloquear las
enzimas DAT y evitar un incremento de dopamina cerebral. Los investigadores
señalan que este medicamento tendría que ser capaz de desbloquear prácticamente
todas estas enzimas, ya que una dosis normal de cocaína puede afectar a la
mayor parte de ellas.
En el segundo de los estudios publicados en Nature, Volkow y sus colegas
compararon los efectos cerebrales de una droga similar a la cocaína, el
metilfenidato, en cocainómanos y también en un grupo de control. Una vez más,
utilizando la técnica del PET, los investigadores visualizaron los cerebros de
todos los participantes tras inyectarles esta droga, que incrementa los niveles
de dopamina de la misma manera que la cocaína.
En este experimento, los adictos sintieron una sensación de euforia inferior a
las personas en el grupo de control, que jamás habían tomado cocaína. Sin
embargo, en el cerebro de los cocainómanos, el metilfenidato provocó una
reacción más intensa en la región del tálamo, que está relacionada con el mono
de esta droga.
Los autores del estudio han concluido que las personas que ya son adictas a la
cocaína sienten menos euforia que las que toman esta droga por primera vez. Al
mismo tiempo, un incremento de dopamina en el tálamo parece ser el factor clave
relacionado con las ganas irreprimibles de tomar más droga que experimentan los
adictos. Por lo tanto, quizás lo ideal para combatir el mono sería desarrollar
un fármaco que actuara sobre esta región cerebral.
Es evidente que todavía se deberá investigar mucho más para comprender todos
los mecanismos fisiológicos relacionados con la adicción a la cocaína. Sin
embargo, no cabe duda de que estos últimos descubrimientos constituyen un
avance fundamental en la guerra contra esta drogodependencia.
No es la primera vez que se relaciona la dopamina con la adicción a sustancias
estimulantes. De hecho, cada vez más estudios están demostrando que esta
sustancia cerebral es un factor clave en la adicción a otras drogas como el
tabaco o la heroína.
Hace ya más de un año, un equipo de investigadores del mismo centro en el que
trabajan Voklow y sus colegas descubrió que la reducción de una enzima que
regula la transmisión de dopamina es uno de los mecanismos básicos que causa la
adicción al tabaco.
Tras analizar la materia gris de ocho fumadores y otros tantos no fumadores, la
doctora Joanna Fowler y sus colaboradores del Brookhaven National Laboratory
demostraron que el cerebro de un adicto al tabaco contiene un 40% menos de esta
enzima, denominada MAO-B, que el de un persona normal.
Esta reducción provoca un incremento anormal de dopamina cerebral en el cerebro
de un fumador, y por consiguiente su adicción a los cigarrillos. Parece estar
claro, por lo tanto, que el caso del tabaco es muy parecido al de la cocaína.
En ambos casos, el factor fundamental es el bloqueo de la transmisión de
dopamina cerebral.



 
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