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 DIRECTORIO   Domingo, 24 de Enero de 1999, número 327
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ALCOHOLISMO Los deportistas beben más que los que no hacen ejercicio habitualmenteA pesar de que el alcohol está contraindicado en los atletas, un trabajo estadounidense ha revelado que los universitarios que practican algun deportes consumen cantidades de alcohol mucho mayores que el resto de los alumnos


Ignacio Romo
.
El pasado mes de diciembre, los futbolistas del Real Madrid abandonaban el
último entrenamiento del año con una recomendación de los Servicios Médicos del
club que sorprendió a muchos. La prescripción era tajante: debían evitar de
forma absoluta el consumo de cerveza durante las fiestas navideñas. Se trataba
en realidad de un consejo médico lleno de sentido común, aunque poco habitual.
El elevado índice de calorías que proporciona el alcohol (siete por cada gramo)
unido a que es una pésima fuente de energía para el organismo desaconsejan su
ingestión en deportistas de elite. Además, desgraciadamente cada vez son más
frecuentes las noticias escandalosas de deportistas que atraviesan serios
problemas de alcoholismo.
Precisamente la Universidad de Southern, Illinois, ha hecho público un estudio
que pone de relieve el elevado consumo de alcohol existente entre los alumnos
universitarios que practican deporte. El dato que más ha sorprendido en este
trabajo (publicado en la revista Journal of American College Health) ha sido la
constatación de que el consumo de alcohol es bastante más elevado en los
deportistas que entre los que no practican ningún deporte.
EL ENSAYO.- La investigación se llevó a cabo en el estado de Illinois y abarcó
un periodo de 19 meses en el que se realizaron varias entrevistas, con
cuestionario, a un total de 51.500 estudiantes pertenecientes a 125 centros
universitarios del estado.
Tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, los resultados
indicaron que los deportistas consumían bastante más alcohol (generalmente en
las fiestas estudiantiles) que los que no practicaban ningún deporte de forma
habitual.
Otra de las conclusiones del estudio reflejaba que los capitanes de los equipos
(también en ambos sexos, aunque de forma más acusada entre los varones)
consumen de promedio cantidades muy superiores de bebidas alcohólicas al resto
de los componentes de los equipos.
En Europa, el mayor problema relacionado con el alcoholismo en el deporte sigue
centrado en el fútbol profesional inglés. La gran estrella del deporte
británico en la década de los noventa, el polémico Paul Gascoigne, estuvo
ingresado el pasado mes de octubre en una clínica especializada en
desintoxicación de alcohólicos y parece estar ya en la senda de la recuperación
física y psíquica. Gascoigne ha protagonizado en los últimos años numerosos
incidentes violentos, incluida una fuerte paliza a su mujer.
John Daly es otra de las víctimas del excesivo consumo de bebidas alcohólicas.
Poco después de convertirse en uno de los jugadores de golf americanos de más
éxito en los últimos tiempos, Daly se vio obligado a abandonar la práctica de
su deporte favorito a consecuencia de su gravísima adicción al alcohol. El
estadounidense, ganador del Trofeo de la PGA en 1991, unió a sus problemas con
el alcohol una afición desmedida por el juego, que le llevó a perder más de 500
millones de pesetas.
A finales del año pasado, Daly volvió a jugar al golf y todo indica que
comienza a recuperarse de su larga pesadilla con el alcohol después de tres
años de tratamiento psiquiátrico.
ABUSO.- En líneas generales, los especialistas en Medicina Deportiva afirman
que la ingesta de alcohol no es compatible con la práctica de ejercicio físico
intenso. El abuso de alcohol perjudica el rendimiento en cualquiera de sus
niveles y está totalmente contraindicado en el deporte. Sin embargo, ingerir
cantidades moderadas de bebidas alcohólicas parece no ser perjudicial. Los
expertos sitúan el límite máximo aceptable en unas tres cervezas diarias.
En los deportes más exigentes desde el punto de vista de la resistencia física,
el consumo de alcohol tiene un efecto especialmente negativo, ya que su ingesta
tiene como consecuencia una reducción en los niveles de glucosa en sangre, lo
cual disminuirá a su vez el rendimiento en un ejercicio de larga duración. El
alcohol se metaboliza muy lentamente y por ello los restos de alcohol de, por
ejemplo, una cerveza tardan más de tres horas en ser eliminados completamente
del organismo. Tras una noche de abuso de alcohol suelen permanecer restos en
el organismo durante otras 24 horas aunque el individuo se sienta ya totalmente
recuperado.
Los expertos en nutrición son tajantes a la hora de contraindicar las bebidas
alcohólicas a los deportistas cuando se acerca una competición. Una sola
cerveza bebida por la mañana puede afectar al rendimiento en una prueba
disputada por la tarde. La única excepción estaría aquí representada por el
tiro olímpico, deporte en el que pequeñas ingestiones de bebidas alcohólicas
pueden conseguir un efecto tranquilizante y mejorar la puntería en estos
deportistas. Precisamente por esto, el alcohol figura como producto prohibido
en la reglamentación antidopaje del tiro olímpico.
MITOS.- Uno de los aspectos menos conocidos de las bebidas alcohólicas es que,
al contrario de lo que mucha gente piensa, representan una elección muy mala si
se pretende utilizarlas como medio de rehidratación después de un esfuerzo de
larga duración en el que se ha sudado con profusión.
El alcohol posee, en realidad, un efecto deshidratante sobre el organismo y por
ello debe ser descartado en los momentos inmediatamente posteriores a, por
ejemplo, una carrera de maratón, aunque existen corredores que acostumbran a
beber cerveza poco después de una carrera. La mayoría de ellos lo hace,
simplemente, para estimular la micción y resolver cuanto antes el trámite del
control de dopaje.
Existen también deportistas con insomnio que recurren a las bebidas alcohólicas
como inductoras del sueño, especialmente en la noche posterior a una
competición importante. En estos casos debe recordarse que, aunque el alcohol
efectivamente induce el sueño, la mayoría de las veces promueve un sueño poco
profundo y que no proporciona una sensación de descanso pleno a la mañana
siguiente.
Recientemente se han conocido también casos de deportistas que han sido
víctimas del consumo de alcohol asociado a otras drogas, aunque de momento, se
trata de ejemplos aislados. El más reciente ha sido el del joven jugador de
hockey John Kordic, un héroe nacional en Canadá que ha caído víctima del
consumo, durante muchos años, de una peligrosa mezcla de sustancias: alcohol,
cocaína y esteroides anabolizantes. Su fallecimiento está aún muy presente en
la memoria del deporte canadiense.



 
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