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MEDICINA |
La toxina botulínica, eficaz para el sudor excesivo de las axilas |
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AINHOA IRIBERRI | ELMUNDOSALUD.COM
Uno de los venenos más potentes que existen, la toxina botulínica, ha demostrado su eficacia para el tratamiento de la hiperhidrosis (o sudoración excesiva) axilar. Aunque ya se había comprobado que la toxina era eficaz para evitar este problema en las manos, nunca se había demostrado su validez para una de las zonas donde más se suda, las axilas.
Científicos del departamento de Dermatología de la Universidad de Ludwig-Maximilians y del departamento de Neurología de la Universidad Técnica de Múnich (ambas en Alemania), han llevado a cabo un ensayo clínico aleatorio y doble ciego para averiguar si este método podía ser utilizado para luchar contra la hiperhidrosis axilar, un tipo de sudoración excesiva cuyo tratamiento no suele ser satisfactorio.
Las expectativas eran buenas, ya que suponían que la toxina botulínica A podría detener el proceso al bloquear la liberación de acetilcolina, un mediador de la neurotransmisión del nervio simpático, situado en las glándulas sudoríparas.
En el ensayo clínico, que ha sido publicado en la última edición de The New England Journal of Medicine, participaron 145 pacientes con hiperhidrosis axilar, que habían probado otros métodos para acabar con su problema, como la terapia con cloruro de aluminio tópico.
Los médicos inyectaron a cada paciente 200 U (unidad internacional) del potente veneno en una axila y un placebo en la otra, de forma aleatoria y doble ciego. Dos semanas después de comenzar el tratamiento, las tasas de sudor habían disminuido considerablemente.
Mientras que el sudor medio de la axila tratada con el veneno variaba de 24 a 27 mg por minuto, en la axila que recibió el placebo había una producción de sudor de 113 a 144 mg en el mismo espacio de tiempo. A los 15 días del inicio del estudio, los facultativos comenzaron a inyectar 100 U de toxina botulínica en vez del placebo, lo que redujo la producción de sudor en esa axila de 32 a 39 mg. por minuto.
Tras observar que no causaba efectos secundarios tóxicos, los médicos pidieron a los participantes que valoraran su grado de satisfacción con la terapia. El 98% declaró que ellos se la recomendarían a otros pacientes.
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