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 DIRECTORIO   15 de febrero de 2003, número 514
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TABAQUISMO
La primera línea telefónica para dejar de fumar recibe 900 llamadas diarias
MARÍA VALERIO

Aunque aún es pronto para hacer un primer balance —la línea se inauguró el pasado martes—, Leopoldo Sánchez Agudo, jefe del Servicio de Neumología del hospital Carlos III, se muestra encantado con la acogida que ha tenido la iniciativa, promovida por el Comité de Expertos para una Vida sin Tabaco. Sus primeras estimaciones sobre el perfil de sus comunicantes indican que el 75% de ellos demanda información sobre centros asistenciales donde les puedan ayudar a dejar de fumar. En contra de las previsiones iniciales, sólo el 15% responde al perfil de «fumador en fase de dejarlo», personas que llaman preguntando por los síntomas y los problemas propios de estos primeros días sin cigarrillos.

El resto de las llamadas procede de zonas rurales y áreas en las que el acceso a unidades de tabaquismo es más complicado. En estos casos, quienes atienden el teléfono (un neumólogo, una psicóloga y una enfermera) recogen sus datos para poder darles una atención personalizada en los próximos meses, una vez pasada la avalancha inicial.

Sánchez Agudo y Mónica Quesada, la psicóloga que atiende este 901, admiten que los fumadores tendrán que tener paciencia estos primeros días y esperar a que su llamada pueda entrar. Sin embargo, se muestran muy satisfechos y confían en que la demanda se estabilice en poco tiempo, una vez que pase el interés que ha provocado la presentación en sociedad de este servicio.

En este sentido, Sánchez Agudo señala que se están estudiando las fórmulas para incrementar los recursos. El primero de ellos, el contestador que recoge las llamadas a partir de las dos de la tarde, «que tiene una capacidad insuficiente»; después vendrán los horarios —por el momento el servicio sólo funciona de 9 a 14 horas, de lunes a viernes «aunque siguen entrando llamadas por la tarde»—–, el personal, el espacio...

Este teléfono, de cobertura nacional, se convierte así en el primer servicio de estas características en toda España. El propósito con el que nace es que todas las intervenciones tengan lugar por teléfono, para evitar todos los obstáculos de horarios y desplazamientos que, de otra manera, dificultan llegar a buen puerto en la difícil tarea de dejar de fumar.

Aunque a partir de marzo se ofrecerá la posibilidad de concertar una primera cita cara a cara, esta entrevista se sustituirá para quienes llamen desde fuera de Madrid por un cuestionario dirigido a trazar el perfil y las necesidades de cada paciente.

Mónica Quesada admite no obstante que el trato por teléfono nunca podrá ser igual que el directo. Sin embargo, uno de los objetivos es ofrecer un servicio fundamental a personas que no pueden acceder al centro físicamente. «Esto es mejor que nada», dice la psicóloga.
Otra de las características del servicio es que los responsables de la línea llamarán a los pacientes cuyo caso atiendan personalmente transcurridas las primeras 24 y 48 horas de haber dejado de fumar y, posteriormente, pasadas una y dos semanas, un mes y, finalmente, a los seis meses.

En este sentido, José Mª Carreras, responsable de la Unidad de Prevención del Tabaquismo del citado centro, asegura que las experiencias llevadas a cabo en otros países han demostrado que esta forma proactiva de tratamiento es más eficaz que dejar que sea el propio paciente el que se tenga que poner en contacto con el servicio. Este tipo de experiencias están avaladas por la investigación científica. El pasado mes de octubre la revista 'The New England Journal of Medicine' publicó un estudio realizado por un grupo canadiense que evaluó los resultados obtenidos con más de 2.000 fumadores y llegó a la conclusión de que este tipo de consejo telefónico permitía duplicar la tasa de abstinencia con respecto a otras técnicas para dejar el hábito tabáquico.

En el caso español, las opciones para el fumador irán más allá de las meras recomendaciones y oscilarán desde el tratamiento psicológico individual hasta la terapia de grupo, todo ello por línea telefónica, pasando por los fármacos (sin receta) en aquellos casos en los que el grado de adicción lo requiera. Después, se llevará a cabo un seguimiento a distancia y personalizado para evaluar la evolución de la deshabituación.

Otro de los objetivos con el que nace este 901 es favorecer al máximo la coordinación con los médicos de atención primaria para que sus consultas puedan convertirse en pequeñas unidades de tabaquismo más próximas al fumador, permitiendo así aligerar las listas de espera que por el momento soportan las de los hospitales. Sólo la del Carlos III atiende cada año a 600 nuevos pacientes —y van ya casi 6.000 desde su creación en el año 1983—, a los que ahora tendrá que sumar todos los que llamen por el teléfono.

¿La panacea? No. Carreras asegura que la ayuda médica es fundamental para dejar de fumar, «a más intensidad del tratamiento, mayor eficacia». De hecho, un tercio de los fumadores intenta dejarlo en alguna ocasión sin soporte profesional y sólo un porcentaje muy pequeño lo consigue. Por ello, se muestra esperanzado en que esta cifra de «éxitos» aumente gracias al seguimiento que ofrece el teléfono y permita reducir el número de víctimas provocadas por el tabaco: 50.000 al año sólo en España.



 
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