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26-09-1997



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  SmithKline Beecham


MEDICINA ALTERNATIVA

¿Algo más que placebo?

Un estudio aviva la polémica sobre la eficacia de la homeopatía
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Unos científicos británicos han revisado cerca de un centenar de estudios sobre homeopatía para comprobar que los efectos de esta terapia alternativa no son iguales a los del placebo.

MYRIAM LOPEZ BLANCO

La historia de la homeopatía oscila entre el drama y la indiferencia. Y hay quien cree que es un buen tema para hacer una película. La trama central sería una lucha amarga; los contrincantes: la medicina ortodoxa y la alternativa; el desenlace final: todavía está por ver.

Muchos científicos están totalmente en contra de la homeopatía. Creen que, se analice como se analice, esta medicina alternativa no tiene en cuenta las leyes de la ciencia y que sus beneficios no pueden ser muy distintos a los del placebo (sustancia inerte).

Así y todo, y pese a la falta de pruebas científicas sólidas que la avalen, la homeopatía es una de las terapias más extendidas en el mundo.

De vez en cuando se realizan meta análisis (análisis de estudios clínicos previos) para salir de dudas. En 1991, Kleijnen y sus colegas revisaron 107 estudios clínicos sobre homeopatía y encontraron un número sorprendente de resultados positivos, incluso en aquéllos que cumplían las condiciones más estrictas: ensayos aleatorios, ciegos, con un gran número de participantes, etcétera.

Sin embargo, esta revisión está lejos de haber disuelto las dudas en torno a esta terapia.

Desde el trabajo de Kleijnen hasta hoy, se han realizado otros 50 ensayos sobre homeopatía. Un equipo de Inglaterra acaba de publicar, en el último número de la revista The Lancet, la última revisión de estos estudios.

Los autores, Klaus Linde y sus colaboradores de la Universidad de Birmingham, partieron de la base de que si los remedios homeopáticos son un placebo, como algunos piensan, entonces los estudios clínicos sobre el tratamiento homeopático serían ensayos de un placebo versus otro placebo, y no se encontraría ninguna diferencia entre ambos al compararlos.

Para salir de dudas, el equipo de Linde analizó 89 ensayos aleatorios, placebo-controlados, comparando los resultados como si se tratara de un gran y único estudio.

El resultado fue poco esperanzador para los defensores de la homeopatía, aunque no lo parezca a primera vista. Los autores encontraron que, de hecho, el efecto conseguido con ambos tratamientos era distinto, y que el homeopático tenía más del doble de la eficacia (concretamente 2,5 veces más) que el placebo.

Pero, sin embargo, cuando se estudiaron por separado, agrupando los tratamientos según la patología a la que iban destinados, no se encontraron pruebas convincentes de que la terapia fuese eficaz.

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Todas las críticas

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El estudio inglés ha acaparado la atención y las críticas de los editores de The Lancet, que le dedican dos comentarios, pero no porque se muestren a favor de esta terapia, sino, al contrario, porque no están de acuerdo con la conclusión a la que llegan los autores: «hacen falta más estudios sobre homeopatía para salir de dudas».

Los editores se muestran tajantes. Uno de los comentarios, firmado por el doctor M.J.S. Langman de la Universidad de Birmingham, sugiere que los datos publicados hasta ahora a favor de la homeopatía pueden deberse a que se hayan publicado sólo los resultados positivos y no los que demuestran que esta terapia falla.

«¿Qué se puede pensar de las conclusiones generales de los autores -es decir, que los resultados no son compatibles con la hipótesis de que los efectos clínicos de la homeopatía son debidos completamente al placebo"-? El análisis sugiere que puede que existan sesgos, pero que hay razones suficientes en el estudio para pedir que se realicen más ensayos bien controlados. Sin embargo, los científicos deberían preguntarse si estos ensayos pueden justificarse aún cuando no existe una base racional para explicar la homeopatía».

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Hacia ninguna parte

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El otro editorial, del doctor Jan P. Vanderbroucke, del departamento de Epidemiología Clínica de la Universidad de Leiden, en Holanda, no es menos ácido. El título, Ensayos de homeopatía: hacia ninguna parte, ya lo dice todo.

«El problema con la homeopatía no es que no haya una explicación razonable para su posible acción. Si no se puede explicar cómo actúa un agente determinado, se le puede ofrecer el beneficio de la duda.

El problema con la homeopatía es que las diluciones infinitas de los agentes utilizados no pueden producir ningún efecto. Un ensayo aleatorio entre un solvente y una dilución infinita es un juego de probabilidades entre dos placebos», sentencia Vanderbroucke.

Fue un científico alemán, llamado Samuel Hahnemann, el que formuló por primera vez los principios de la homeopatía a finales del siglo XVI. Estos consistían en que una sustancia que puede causar ciertos síntomas a una persona sana podía curar esos mismos síntomas en una persona enferma.

Hahnemann pasó el resto de su vida ensayando sustancias para descubrir qué efectos podían causar, y empezó a tratar enfermos cuyos síntomas coincidían con los que iba encontrando.

Hahnemann descubrió que si los remedios homeopáticos se potenciaban diluyéndolos en una mezcla de alcohol y agua, y agitándolos, los efectos secundarios disminuían. Encontró que después de potenciar las medicinas diluyéndolas mucho, todavía quedaba efecto farmacológico y los efectos se cundarios eran mínimos.

Algunas me di ci nas ho meo pá ti cas se diluyen hasta concentraciones tan bajas como 10 y 10. Y esto es precisamente lo que causa tanta desconfianza en los médicos ortodoxos.

Todas las críticas a esta terapia consisten en afirmar que estas disoluciones tan extremas no pueden tener efectos terapéuticos, porque llegan hasta el punto de no encontrar ni una sola molécula de la medicina en la solución.

Algunos científicos, no obstante, han propuesto hipótesis para explicar cómo pueden actuar las diluciones homeopáticas extremas.

Una de ellas se basa en la física cuántica y sugiere que puede que exista una energía electromagnética en las medicinas, que interacciona con el cuerpo a algún nivel.

Otra fue la famosa teoría del agua con memoria, en la cual se aseguraba que el agua de la solución se alteraba por la medicina y retenía la estructura de ésta incluso después de que la sustancia hubiese desaparecido por completo.

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En todo el mundo

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La homeopatía -palabra que deriva del griego homeo (similar) y pathos (sufrir una enfermedad)- se practica en todo el mundo, pero especialmente en Europa, América Latina y Asia. En Francia, el 32% de los médicos de familia utilizan esta terapia alternativa, mientras en Inglaterra un 42% de estos galenos remite a sus pacientes a los homeópatas. En la India, la homeopatía se practica en los servicios nacionales de salud y hay más de 100 facultades de medicina homeopática y más de 100.000 médicos homeópatas. La FDA reconoce y regula los fármacos para esta terapia que son fabricados por compañías farmacéuticas establecidas.


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