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09-10-1997



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NEUROLOGIA

Implantes contra el temblor

Células de testículo de cerdo alivian los síntomas del parkinson en ratas
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Un estudio acaba de demostrar que el implante de células de testículo de cerdo, aquéllas que ayudan a la producción de esperma, alivian los síntomas del parkinson en ratas de laboratorio. Además, este tipo de células no provocó ningún tipo de rechazo.

PATRICIA MATEY

Siempre se ha dicho que una de las ventajas de criar a un cerdo es que de él se aprovecha todo, pero lo que nadie se imaginó nunca es que algún día los científicos especularan con la posibilidad de tratar una de las enfermedades más dramáticas que afectan al ser humano, el parkinson, con células de testículos de estos animales.

James M. Schumacher y su equipo, del Hospital McLean de Massachusetts, fueron los primeros especialistas que se involucraron en la aventura de tratar de demostrar el potencial terapéutico de estos animales, cuando implantaron células nerviosas procedentes de fetos de cerdos en el cerebro de un paciente de parkinson de 59 años. Ahora, un equipo de la Facultad de Medicina de Tampa, de la Universidad del Sur de Florida, acaba de demostrar en un trabajo con ratas que el implante de células procedentes de testículos de cerdo alivia los síntomas del parkinson en el laboratorio.

Esta enfermedad, que sólo en España afecta a 50.000 personas, es una patología cerebral degenerativa provocada por una reducción de los niveles de dopamina (un neurotransmisor) en una parte del cerebro. Como consecuencia, la comunicación entre cerebro y cuerpo se rompe y el paciente sufre temblores involuntarios, pérdida de fuerza muscular, rigidez y dificultad en la capacidad de movimiento.

El trasplante de tejido cerebral procedente de abortos humanos ha demostrado su eficacia a la hora de reducir los síntomas que desencadena esta enfermedad crónica, pero esta opción terapéutica planteó y plantea numerosos problemas éticos.

Las células Sertoli, objeto de la investigación que publica esta semana la revista Nature Medicine, son aquéllas que colaboran en el desarrollo de esperma en el interior de los testículos.

Con el fin de demostrar su valía, los científicos inyectaron sustancia tóxica en el cerebro de las ratas. El resultado: las células cerebrales que contenían dopamina en una de las zonas del cerebro quedaron dañadas. Posteriormente, implantaron células Sertoli en algunas de estas ratas, mientras que el resto recibió un placebo. El doctor Sandberg y sus colegas comprobaron que el implante de estas células de testículos redujo significativamente el comportamiento anormal de las ratas, provocado por el daño cerebral que habían sufrido, en comparación con los roedores que recibieron el placebo.

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Ensayos con humanos

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«Las células Sertoli liberan muchas sustancias, y no está claro cuál o qué combinación de ellas ha ayudado a las ratas», aseguró el autor del trabajo. Otra de las ventajas que parecen poseer estas células es su capacidad para sobrevivir en el cerebro de las ratas sin causar rechazo alguno.

La recuperación de la función neurológica de los animales de laboratorio que fueron implantados con células Sertoli es lo que ha llevado a los científicos a pensar en la posibilidad de que este tipo de trasplante pueda servir para el tratamiento del Parkinson en humanos. De hecho, el doctor Sandberg ha asegurado que este tipo de implante podría probarse en humanos en un plazo de dos años. Pero antes de que este tipo de investigación se lleve a cabo, la ciencia va a tener la oportunidad de demostrar la eficacia de los xenotrasplantes (de cerdo a hombre) contra el Parkinson.

Científicos de Boston han obtenido la autorización para iniciar, en los próximos meses, una investigación con enfermos de Parkinson a los que se les implantarán células nerviosas de fetos de cerdo. La aventura científica es fruto de los resultados obtenidos con doce pacientes que recibieron este implante. Al parecer, de los doce enfermos que se han sometido a este tratamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, un número importante de ellos mejoró sus síntomas. Y ninguno rechazó el trasplante.


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