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06-11-1997



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TERAPIAS

Agujas multiuso

Las autoridades sanitarias de EEUU han convocado a decenas de científicos para sentar el valor de la acupuntura en la patología humana
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JOSE LUIS DE LA SERNA

Enviado especial a Bethesda

Hasta ahora no tenía cabida en la llamada medicina basada en la evidencia. Hace 18 meses la Administración para Fármacos y Alimentos de EEUU -la FDA- calificó la acupuntura como segura y eficaz, aunque con restricciones.

Ayer, después de leer las conclusiones de la conferencia de consenso sobre acupuntura que, patrocinada por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) se estaba clausurando en Bethesda, la milenaria técnica china ya ha encontrado un hueco definido en la práctica médica occidental.

Será un agujero un poco más discreto del que para ella hubieran soñado sus incondicionales seguidores, pero mucho más ancho de lo que siempre supusieron los escépticos del valor multiuso que se le estaba concediendo a las agujas.

La medicina tradicional occidental no es socialmente incontestable. Uno de cada tres norteamericanos requiere, al menos una vez en su vida, prácticas médicas que no están validadas por la medicina que se enseña en las universidades. El que un tercio de los habitantes del país que más gasta en sanidad en el mundo tenga que recurrir a la heterodoxia tiene muy preocupados a los NIH.

Son muchos ciudadanos demandando y muchos miles de millones de dólares gastados cada año como para hacer caso omiso a esta corriente alternativa. Por eso, en los NIH, se creó hace unos años la Oficina de Medicina Alternativa, donde se pretende aplicar a buena parte de la medicina llamada complementaria los criterios científicos que se están aplicando a la hora de evaluar, por ejemplo, la eficacia de un fármaco o una técnica nueva.

Se ha empezado por la acupuntura. Con el paso del tiempo, también se estudiarán el masaje, las hierbas, la homeopatía, la meditación y cualquier otro método fuera de los circuitos de las facultades de Medicina occidentales.

Hace miles de años que los chinos usan la acupuntura. Los adeptos de esta práctica clásica aseguran que ayuda a casi todo: en el dolor, por supuesto, pero también en las molestias gástricas, en las dificultades respiratorias, en el estrés, en la náusea y el vómito, en la depresión, en la angustia y en la recuperación de las trombosis cerebrales. De ser ciertas todas las excelencias que se atribuyen a la acupuntura, la técnica es casi una panacea para la mayoría de los males de los seres humanos.

"Sin embargo, si la acupuntura quiere tener su auténtico papel en el quehacer científico basado en la evidencia, tendrá que demostrar su valor con ensayos clínicos controlados", insistió en el transcurso de la conferencia Ted Kaptchuck, instructor de medicina del Beth Israel Medical Center de Boston.

Porque el gran escollo con el que se encuentra la acupuntura es la falta de estudios clínicos de suficiente rigor que aporten conclusiones definitivas. Probar, con la ciencia en la mano, que un medicamento sirve o no para una determinada patología es metodológicamente sencillo, aunque muy caro.

Basta con tener un número suficiente de pacientes, dividirlos aleatoriamente en dos grupos distintos, y proporcionar a uno el nuevo fármaco y a otro un producto placebo. Si además pacientes y doctores participan en estudios doble ciego (ni unos ni otros saben cuál es el medicamento que se está consumiendo), la excelencia del trabajo está garantizada.

Hacer eso mismo con la acupuntura es una misión casi siempre imposible. A pesar de que existen miles de trabajos sobre el papel que tienen las agujas en muchas patologías, el análisis de todos esos estudios no siempre permite obtener conclusiones científicas.

De eso se han quejado en Bethesda la mayoría de los expertos convocados. "Es una tarea muy ardua validar a la acupuntura porque casi no hay estudios controlados de calidad y, además, muchas veces no podemos agruparlos para sacar conclusiones, puesto que prácticamente no hay ninguna homogeneidad entre ellos", afirmó el doctor Brian Berman, un científico de la Universidad de Maryland, después de revisar toda la literatura sobre acupuntura y dolor crónico.

La acupuntura eleva los niveles de endorfinas en el cuerpo. Está científicamente comprobado que la colocación de agujas en las zonas del cuerpo que constituyen los puntos de acupuntura incrementa el valor de las cinco endorfinas que hasta ahora se conocen. La técnica también modula los niveles de serotonina y, de ahí, su posible papel beneficioso en la depresión y la melancolía.

La acción de las agujas sobre las endorfinas eleva el dintel para el dolor y provoca analgesia. Por eso, lo que siempre se ha atribuido a la acupuntura es su capacidad de mitigar el dolor crónico. Pero existen otros trastornos en los que las agujas sí han demostrado su poder terapéutico.

VALOR DEMOSTRADO

Migraña.- Disminuye significativamente el número de ataques cuando se compara con placebos. Sin embargo, cuando se la compara con un betabloqueante -un fármaco utilizado para prevenir la migraña- las diferencias no son estadísticamente significativas. Los expertos creen que, puesto que la acupuntura tiene muchos menos efectos secundarios que los fármacos, puede tener sentido clínico recurrir a ella como profilaxis de los dolores de cabeza crónicos.

Dolor en la cara.- Neuralgias del trigémino; dolor en el cuello. Hay pocos estudios bien diseñados y con suficiente número de enfermos en ellos sobre acupuntura y dolor en la cara y en el cuello, pero casi todos son muy positivos. En cualquier caso, los expertos recomiendan que, dado los buenos resultados obtenidos, sería conveniente que se lleven a cabo, cuanto antes, investigaciones mejor planificadas.

Dolores musculoesqueléticos.- A pesar de las dificultades metodológicas y de la heterogeneidad de las diversas investigaciones, existe evidencia de que la acupuntura ayuda a los pacientes con molestias crónicas producidas por problemas musculoesqueléticos. Dada la frecuencia de efectos secundarios adversos que tienen los antiinflamatorios, el uso de acupuntura en estas patologías podría hacer disminuir la necesidad de fármacos analgésicos.

Náusea y vómito.- Casi todos los trabajos controlados sobre el papel de la acupuntura en la prevención de la náusea y el vómito los han realizado en el servicio de Anestesiología del Queens University Hospital de Belfast. Allí se ha demostrado que la colocación de agujas previene las secuelas nauseosas posoperatorias. Asimismo, se probó que la acupuntura disminuye la sensación de náusea en las enfermas sometidas a quimioterapia anticancerosa.

Alteraciones gastrointestinales. Dado que buena parte de la patología gastrointestinal no tiene una base anatómica clara y es, por lo tanto, funcional, los ensayos clínicos realizados sobre acupuntura y problemas digestivos han sido alentadores. Hay datos que sugieren la utilidad de esta técnica en el colon irritable (una de los problemas más frecuentes en clínica humana) y en las molestias dispépticas en las que no existe una úlcera gastroduodenal.

Patología respiratoria: asma. De nuevo, en este apartado, los trabajos que existen tienen problemas de diseño. No obstante, el doctor Kim Jobts, del Gardiner Institute de Glasgow, después de revisar los estudios que existen sobre acupuntura y asma cree que el uso de esta técnica en el broncoespasmo ayuda a disminuir la medicación y disminuye los días de escuela perdidos.

Estrés.- Científicos de la Universidad de Shangai han demostrado en animales cómo la acupuntura disminuye el daño que el estrés provoca en la inmunidad. Los expertos observaron el comportamiento molecular del sistema inmune de ratas en condiciones extremas de estrés y comprobaron el papel protector de la acupuntura sobre los roedores que fueron tratados con esta técnica.

VALOR SIN DEMOSTRAR

La adicción.- A pesar de que la acupuntura se usa con relativa frecuencia en las drogodependencias, no hay evidencia científica que apoye su valor. Ni en la adicción a opiáceos ni en el tabaquismo.

"Las adicciones son demasiado complejas y tan sólo hay anécdotas del papel de la acupuntura en su tratamiento, no hechos científicamente probados", manifestó el doctor Alan Leshner -director del Centro Nacional de Adicción a Drogas estadounidense- en una entrevista concedida a EL MUNDO.

Dolor crónico de espalda.- A pesar de que el dolor de espalda es una patología muy frecuente que tiende a cronificarse por lo que, en teoría, podría beneficiarse de la acupuntura, los estudios que existen con esta técnica son muy pobres. El diseño de los mismos es tan malo que no se pueden sacar conclusiones válidas.

Por tanto, el uso de las agujas no ha demostrado su valor en las molestias crónicas de la espalda.


Acupuntura láser para el cerebro

En China es muy habitual. Cuando un paciente ingresa en un hospital de ese país asiático afectado de una trombosis cerebral con hemiplejia, además de los cuidados generales, se le aplica también acupuntura. Los médicos chinos recomiendan la técnica como ayuda valiosa para disminuir las secuelas de los accidentes vasculares cerebrales.

Quizá sea la revisión sobre esta cualidad de las agujas, muy poco conocida en Occidente, lo que más ha sorprendido a los asistentes a la conferencia de consenso americana. Sin embargo, los datos presentados por la doctora Margaret Naeser fueron esperanzadoress. La investigadora de la Universidad de Boston había revisado los ensayos controlados que más recientemente se habían realizado con acupuntura láser y accidentes vasculares cerebrales causados por un trombo.

En realidad, la acupuntura láser no necesita agujas. El uso de punteros de láser de una determinada onda, aplicados en las zonas tradicionales chinas, produce efectos similares a los que pueden provocar las agujas de siempre. Es una técnica que en neurología adquiere su sentido cuando la usan el enfermo o sus familiares una vez que han sido instruidos por expertos. Los trabajos que se han realizado con acupuntura en pacientes con infartos cerebrales y problemas en las manos o las piernas, derivados de la apoplejía, han demostrado que la acupuntura láser ayuda a recuperar a los enfermos. Cuanto antes se aplique esta técnica y cuanto menor sea la lesión que ha provocado el trombo, mejores son los resultados obtenidos.

Así, hasta los enfermos pueden tratarse a sí mismos en sus casas una vez que aprenden cómo usar el láser con la mano que no ha quedado afectada.

Los estudios demuestran que, además de mejorar el pronóstico de la función motora, la acupuntura láser ahorra el equivalente a tres millones de pesetas por enfermo, al disminuir los días que el paciente permanece ingresado. No obstante, el porqué la acupuntura es capaz de actuar de este modo en el cerebro no está aún determinado. La doctora Naeser cree que las agujas, o el láser, son capaces de modificar el flujo cerebral y así lo están demostrando los científicos utilizando las modernas técnicas de neuroimagen. Además de ayudar a los pacientes afectados de accidentes vasculares cerebrales, la acupuntura láser también tiene un papel en el tratamiento de los paralíticos cerebrales. Aunque no consigue curar la enfermedad, el láser ayuda disminuir la espasticidad y consigue mejor movilidad en estos pacientes.

La oficina polémica

El que exista dentro de los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU (NIH) -el más importante complejo del mundo dedicado a investigar con el máximo rigor la enfermedad y la salud- una Oficina de Medicina Alternativa (OAM) está sorprendiendo a mucha gente. La idea que surgió en los NIH, sometidos a su vez a la presión de algunos políticos americanos influyentes, fue la de crear un organismo que pudiera estudiar de una forma lo más científica posible las múltiples opciones terapéuticas que en EEUU se encuentran apartadas de las terapias científicamente validadas.

De esta forma, Peter DeFazio y Tom Harkin, congresista y senador respectivamente, impulsores a su vez de la creación de la OAM, creían cumplir con el deseo de muchos de sus conciudadanos de comprobar si la ciencia podía apuntalar algunos de los tratamientos médicos no certificados pero solicitados cada vez con más frecuencia.

La OAM tiene un presupuesto relativamente corto y una categoría dentro de los NIH un tanto limitada.


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