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06-11-1997



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Frankenstein

MYRIAM LOPEZ BLANCO
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Víctor Frankenstein fue un científico loco que creo un monstruo inteligente que podía pensar y sentir y que, harto de buscar compañía humana, se volvió contra la Humanidad después de ver cómo le repudiaban todos, incluso quien le dio la vida. Muchos especialistas de la historia de la medicina creen que, para crear este grotesco personaje, Mary Shelley se basó en prácticas científicas de finales del siglo XVIII y principios del XIX, en nacimientos raros y en informes que, en aquella época, sólo eran accesibles para unos pocos.

El tema del mito de Frankenstein y cómo ha influido este personaje en la cultura popular de estos dos últimos siglos es el tema de una exposición que se inauguró la semana pasada en la Biblioteca Nacional de Medicina de Bethesda, EEUU. La gran ventaja de nuestro tiempo, a diferencia del de Shelley, es que hoy tanto los medios de comunicación como Internet ofrecen un acceso casi ilimitado a todo tipo información. Y gracias a ese cambio no hace falta desplazarse hasta Bethesda para echarle un vistazo a la muestra. Basta con entrar en la red.


Para los historiadores, el monstruo de Frankenstein sigue siendo una manera de expresar las preocupaciones por el poder de la ciencia médica a las puertas del siglo XXI. "En una era en la que los científicos están indagando en el genoma humano, experimentan con trasplantes de órganos entre distintas especies animales, clonan ovejas y descubren el virus del Ebola y otros microbios mortíferos nuevos, el mito de Frankenstein es una catálisis para explorar algunas de las preguntas fundamentales de todos los tiempos", dice Donald A.B. Lindberg, director de la Biblioteca Nacional de Medicina de Bethesda. "¿Por qué a la gente siempre le ha dado miedo la ciencia? ¿Puede que los nuevos sistemas de comunicación hayan hecho que el público se sienta más capaz de tomar decisiones en lo que respecta a la política científica? ¿Si es así, quiere esto decir que ha disminuido su temor?", se pregunta Lindberg.

Para Susan E. Lederer, profesora de Humanidades de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania, ahora el reto es saber cómo navegar en el océano de información sobre los avances en biomedicina para poder tomar decisiones responsables. "Aunque la ciencia logre que vivamos más de 100 años o que utilicemos animales para reemplazar partes del cuerpo, lo cierto es que los investigadores exageran a veces el conocimiento", dice Lederer. "Y hay veces en las que la gente se muestra reacia a los descubrimientos. Frankenstein nos permite pensar en cuáles son las fronteras de la ciencia aceptable, en cómo reacciona el público ante ella y nos enseña a apoyar los nuevos hallazgos".

Mary Shelley escribió:

El conocimiento debe utilizarse como un arma para combatir lo malo, para llevar a los seres humanos más allá del estado en el que son inocentes gracias a la ignorancia, allí donde son virtuosos gracias a la sabiduría.


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