PHILIP COHEN
New Scientist/El Mundo
Es posible que una región del cerebro, situada precisamente detrás
de los ojos, sea la que regule el intervalo de tiempo que ha de transcurrir
entre un orgasmo y otro en el hombre, según informes presentados
esta semana por un equipo de neurólogos. Los químicos podrán
valerse de este descubrimiento para modificar una serie de fármacos
que suelen causar disfunción sexual en los hombres.
El Prozac y ciertos antidepresivos inhiben la reabsorción de
un neurotransmisor llamado serotonina, liberado por las células
nerviosas. La acumulación de serotonina puede impedir la erección
y el orgasmo.
De aquí que la doctora Elaine Hull, de la Universidad Estatal
de Nueva York, en Buffalo, planteara la posibilidad de que la serotonina
estuviese directamente relacionada con la regulación del periodo
de latencia normal que ocurre entre un orgasmo y otro en el hombre. "Quería
saber en qué parte del cerebro la serotonina actuaba para producir
este comportamiento", dice.
El equipo de Hull introdujo pequeños catéteres en distintas
zonas del cerebro de ratas macho. A continuación, midieron la cantidad
de serotonina que se acumulaba en los catéteres en el momento en
que las ratas copulaban.
Hipotálamo lateral
En un punto del cerebro, llamado el hipotálamo lateral, el nivel
de serotonina aumentaba considerablemente tras la eyaculación, y
al cabo de varios minutos disminuía, justo cuando el animal estaba
listo para volver a copular.
Para cerciorarse de que la serotonina era el factor que controlaba el
periodo de latencia entre los orgasmos, los científicos administraron
alaproclate, fármaco que, al igual que el Prozac, inhibe la reabsorción
de serotonina, en el hipotálamo de los animales.
En estas ratas, el intervalo entre coitos tuvo una duración tres
veces mayor en comparación con los animales a los que no se les
inyectó el compuesto. En cambio, un grupo de ratones a los que les
inyectaron el alaproclate a menos de un milímetro del hipotálamo
no presentó ningún tipo de disfunción sexual.
"El hallazgo abre una nueva perspectiva en el estudio de la función
sexual masculina", ha declarado el doctor John Bancroft, del Instituto
Kinsey para la Investigación del Sexo, el Género y la Reproducción,
de Bloomington, Indiana.
Bancroft ha planteado la teoría de que ciertos tipos de impotencia
se deban a una inhibición natural de la reabsorción de serotonina
en esta parte del cerebro.
La doctora Hull intenta ahora identificar el tipo de compuestos que
inhiben la reabsorción de la serotonina en el hipotálamo
lateral. Una vez conocidos, podrían descartarse en la creación
de antidepresivos para evitar que estos medicamentos causen disfunción
sexual.