Un equipo de científicos acaba de publicar un estudio en el último
"JAMA" que sugiere que los suplementos de ácido fólico
y vitamina B6 en la comida pueden proteger la salud cardiaca de la mujer.
PABLO JAUREGUI
En un futuro próximo, es muy probable que los médicos
empiecen a recomendar a las mujeres un suplemento adicional de vitamina
B6 y folato para proteger la salud del corazón. Un equipo de científicos acaba de demostrar que estas sustancias pueden disminuir
considerablemente el riesgo de padecer infartos y enfermedades coronarias.
El estudio de estos investigadores, que se ha publicado en el número
de ayer del Journal of the American
Medical Association (JAMA), comenzó en el año 1980, cuando
más de 80.000 enfermeras estadounidenses rellenaron un cuestionario
detallado sobre sus hábitos de alimentación. De esta forma,
se estableció la cantidad de vitamina B6 y folato que consumían
regularmente en sus dietas.
Posteriormente, durante 14 años, el doctor Eric Rimm y sus colegas
de la Escuela de Salud Pública
de Harvard mantuvieron a 80.082 mujeres bajo su observación.
A lo largo de este tiempo, se produjeron 658 casos de infarto sin fallecimiento,
y 281 casos de enfermedad coronaria mortal.
Sin embargo, el riesgo de padecer estos trastornos era muy inferior
en las mujeres que consumían una dieta con un contenido alto de
folato y vitamina B6. Cuanto más alto era el consumo de estos alimentos,
menor era la probabilidad de sufrir un infarto.
"Nuestros resultados sugieren que una ingestión de folato
y vitamina B6 por encima de lo que se suele recomendar habitualmente podría
ser una estrategia importante para prevenir las enfermedades coronarias
en mujeres", han concluido los autores.
El trabajo de estos científicos confirma que uno de los factores
importantes que puede provocar una obstrucción de los vasos sanguíneos
es el exceso de homocisteína (un aminoácido). La vitamina
B6 y el folato pueden reducir los niveles de homocisteína en la
sangre, al combinarse con varias enzimas, y por este motivo ofrecen una
protección importante contra las enfermedades coronarias.
Hace tres décadas, se descubrieron algunos casos de trombosis
arterial en niños, debidos a un desorden metabólico innato
que provocaba un nivel excesivo de homocisteína en la sangre. En
1968, los científicos se interesaron particularmente en el caso
de un bebé de dos meses que sufrió un ataque virulento de
aterosclerosis por este motivo.
Desde entonces, la relación entre el riesgo de enfermedad coronaria
y los niveles de este aminoácido han interesado a muchos investigadores,
especialmente si se tiene en cuenta el hecho de que ciertos alimentos pueden
ayudar a controlar este peligro.
Se ha observado, por ejemplo, la aparición de arteriosclerosis
en monos y ratones con una deficiencia de vitamina B6. Además, se
ha demostrado que los conejos y los babuinos pueden padecer obstrucciones
en sus vasos sanguíneos si se les inyectan dosis altas de hemocisteína.
Por lo tanto, al nivel de la experimenta- ción con modelos animales,
se ha confirmado en muchas ocasiones la relación que existe entre
un exceso de este aminoácido y la aparición de enfermedades
coronarias.
En el caso de los seres humanos, ya se habían realizado varios
trabajos en el pasado para investigar la posible relación entre
la cantidad de vitamina B6 y folato que contiene la dieta de una persona
y su vulnerabilidad a los trastornos coronarios.
Recientemente, un estudio que se llevó a cabo en Noruega con
587 pacientes ya sugirió una correlación aparente entre estos
alimentos y el riesgo de infarto. El estudio del doctor Rimm y sus colegas,
sin embargo, ha reafirmado esta conclusión con mucho más
peso científico, al haberse realizado con más de 80.000 mujeres
que estuvieron bajo observación durante 14 años.
En un editorial sobre el trabajo de Harvard que también se ha
publicado en el Journal of the American Medical Association, el investigador
Kilmer S. McCully señala que desde los años 60, la mortalidad
por enfermedad cardiovascular ha disminuido considerablemente en Estados
Unidos. En su opinión, esto se debe en buena medida a que la dieta
se ha enriquecido con una cantidad más alta de folato y vitamina
B6, gracias a una mayor abundancia de frutas y verduras durante el invierno.
Según McCully, el nuevo estudio "sugiere que la cantidad
de vitamina B6 y folato que se recomienda en estos momentos es demasiado
baja para proteger adecuadamente a la población".
Por lo tanto, en su opinión, esta cantidad debería revisarse
para ofrecer una protección más eficaz.
Los datos del estudio sugieren que la ingestión diaria de folato
debería ser de 400 microgramos, y la de vitamina B6 no debería
ser inferior a 3 miligramos, para que se pueda minimizar el riesgo de mortalidad
cardiovascular. Según los científicos, "cualquier incremento
será positivo", pero para una protección óptima,
se necesitarán al menos esas cantidades.
"El estudio sugiere que un fortalecimiento de vitamina B6 y folato
en la dieta con suplementos adicionales permitiría un mayor descenso
de enfermedad y mortalidad del que ya se ha conseguido en las últimas
décadas", opina el doctor McCully.
Otro dato interesante de este trabajo es que el consumo moderado de
alcohol ofrecía una protección adicional a las mujeres que
ingerían una cantidad alta de folato.
Este fenómeno sugiere que los conocidos efectos beneficiosos
de la copa diaria de vino podrían estar relacionados con el consumo
de este alimento.
80.000 enfermeras
El mundo llegará algún día a estar agradecido al
esfuerzo de todo un colectivo sanitario: las enfermeras de EEUU y Canadá.
Hace ya 15 años que se está realizando el mayor estudio de
cohorte que se ha llevado a cabo hasta la fecha.
Ya está dando sus frutos el seguimiento de todos los detalles
de salud de 80.000 mujeres que se comprometieron en su día a formar
la mayor base de datos epidemiológica que jamás se hubiera
planteado.
La Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard -que
es la responsable del proyecto- está publicando cada vez con más
frecuencia en las mejores revistas médicas del mundo, resultados
parciales de lo que está pasando con la salud de todas estas féminas.
Los datos se refieren unas veces al uso de vitaminas y a la existencia
de problemas coronarios y otras, al consumo de grasa y su asociación
con el cáncer de mama. A medida que vaya pasando el tiempo, lo que
den de sí los datos sanitarios de estas 80.000 personas llegará
a ser conocido por casi todo el mundo.