JOSE LUIS DE LA SERNA
Pregunta. Usted no se recata en decir que el hombre puede llegar
a vivir 120 años. ¿Cómo cree que se pueden lograr
tantos años de vida?
Respuesta. Utilizando lo que hemos bautizado como medicina regenerativa.
La columna vertebral de este tipo de medicina la componen tres elementos:
los genes, las proteínas y las células. En algunos casos
sólo con genes será suficiente, en otros bastará con
proteínas, pero en otras ocasiones habrá que utilizar la
combinación de los tres elementos.
P.- ¿Usted cree que el avance en la obtención de
biomateriales permitirá la existencia de órganos y tejidos
que reemplacen a los que estén dañados o cuya función
sea muy pobre?
R.- Estoy convencido de que habrá grandes progresos cuando
se coloquen juntos células, factores de crecimiento y genes en bioestructuras
adecuadas que permitan su crecimiento. Entonces, se conseguirá que
crezcan órganos y tejidos. Habrá posibilidad de obtener músculos,
huesos, cartílagos, tejido nervioso y hasta sistemas completos.
P.- ¿Qué es lo que le hizo abandonar Boston y trasladarse
a Washington para liderar una nueva empresa tan distinta a las que entonces
existían?
R.- Poder crear la primera compañía genómica
del mundo. Con la ayuda de la bioinformática hemos secuenciado ya
el 95% de los genes humanos y tratamos de identificar las proteínas
que estos genes expresan, sobre todo las que puedan tener propiedades terapéuticas.
Ya tenemos 400 de estas proteínas que son potenciales candidatas
a fármacos. De hecho, existen 10.000 de ellas que deberemos escudriñar
para ver cuál puede tener una función en medicina.
P.- ¿Cómo cambiará en el futuro el desarrollo
de nuevos productos farmacéuticos?
R.- Estamos claramente ante un nuevo paradigma en la forma de
descubrir productos farmacéuticos. El tiempo que se necesitará
para conseguir nuevos medicamentos no superará los cinco años,
cuando hasta ahora se han necesitado entre 10 y 12. Lo que cambia es la
duración de la investigación preclínica, que con la
aplicación de la farmacogenómica va a disminuir de una forma
muy drástica
P.- El abanico de posibilidades que se le presenta a HGS es amplísimo,
y será difícil que por sí solos puedan investigar
y desarrollar todos los fármacos que van a descubrir. ¿Han
firmado acuerdos con compañías farmacéuticas de las
consideradas clásicas?
R.- Parte de la financiación que necesitamos para continuar
investigando viene de los acuerdos firmados con las grandes empresas farmacéuticas.
Empezamos con un gran compromiso con SmithKline Beechamn, pero también
hemos firmado con Takeda de Japón, con Roche de Suiza, con la Merck
alemana, con la Synthelabo de Francia y con varias más. Ahora, todas
las grandes compañías tienen puestos sus ojos en la investigación
genómica porque ya se sabe que el futuro está precisamente
en este campo.
Hace sólo cinco años las compañías investigaban
sobre las mismas 60 dianas terapéuticas. Ahora, la mayoría
de estas empresas tiene 200 nuevos objetivos en los que profundizar.
Tenga en cuenta que debemos sacar adelante 10 proyectos que están
en fase preclínica muy avanzada y que como le he dicho hay 400 proteínas
que ya están en estadíos precoces de ensayo preclínico.
La verdad es que hemos avanzado muy rápidamente.
P.- Sin embargo, HGS es la primera compañía que,
como tal, ha realizado un ensayo clínico con un fármaco obtenido
directamente desde un gen. ¿Cómo está evolucionando
esta investigación?
R.- Hemos concluido la fase I del ensayo clínico con MPFI-1,
un factor que inhibe la mieloproliferación, es decir, la formación
de los elementos de la sangre. Se trata de una proteína que puede
proteger a los enfermos cancerosos de los efectos secundarios perniciosos
de la quimioterapia, entre los que destaca la pérdida de leucocitos
y de plaquetas. Los primeros resultados han sido muy satisfactorios y vamos
a diseñar la fase II para averiguar su verdadera eficacia en pacientes
que estén recibiendo quimioterapia anticancerosa agresiva. Si seguimos
consiguiendo buenos resultados, la capacidad de los tratamientos anticancerosos
mejorará notablemente.
P.- El MPFI-1 no es el único fármaco que HGS tiene
en fase I. Existe otro que, en principio, también parece muy interesante.
R.- En efecto, se trata de una proteína humana que estimula
la reparación rápida de las heridas en la piel, las mucosas
de la boca, el intestino y la vejiga. Estamos todavía en la fase
I, que aún no hemos concluido. Pero si los resultados también
son satisfactorios, el producto ayudará a pacientes con heridas
severas, a los quemados y a los que padezcan úlceras diabéticas
o de decúbito. También protegerá de los daños
en las mucosas secundarios a la quimioterapia cancerosa.
P.- Además de proteínas terapéuticas, HGS
también utiliza genes para mejorar patologías graves. ¿En
que situación están las investigaciones que se están
llevando a cabo en la patología aterosclerótica?
R.- Hemos creado una empresa, Vascular
Genetics, junto con el grupo del doctor Jeffrey Isner, del Saint Elizabeth
Hospital de Boston, para utilizar VEGF-2 (un gen que codifica el factor
de crecimiento vascular endotelial). Existen buenos datos preclínicos
y se está en las fases iniciales de ensayos clínicos controlados.
La ventaja de este gen es que se utiliza tanto en los problemas de riego
arterial de las piernas como en la más importante de las patologías
ateroscleróticas: la coronaria.