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Número 203. Jueves, 23 de Mayo de 1996

ENDOCRINOLOGIA

¿La epidemia del siglo XXI?

Expertos de todo el mundo presentaron los nuevos avances contra la obesidad

MYRIAM L. BLANCO. Enviada especial a Barcelona

Expertos en obesidad de todo el mundo se reunieron la semana pasada en Barcelona para dicutir sobre el papel de la grasa en la dieta y la acción del orlistat, un nuevo inhibidor de la lipasa pancreática.

Cada vez hay más obesos en el mundo. La incidencia se ha multiplicado en los últimos años en EEUU y en Europa (donde el 15% de los ciudadanos es obeso), y se está empezando a convertir en un problema sanitario incluso en los países en vías de desarrollo en los que la nutrición precaria siempre se ha considerado un problema endémico.
Los factores de riesgo asociados a esta patología (diabetes, enfermedad del corazón, accidentes cerebrovasculares, algunos tipos de cáncer y problemas de tipo psicológico), su elevada prevalencia, los costes, la morbilidad y la pobre calidad de vida de los pacientes (depresión, ansiedad, falta de autoestima, etc) son motivos suficientes para centrar la atención sobre esta enfermedad que, aunque no es curable por el momento, es cada vez más abordable.
La semana pasada se reunieron en Barcelona más de 1.400 especialistas de todo el mundo para discutir el tema en el VII Congreso Europeo sobre la Obesidad. He aquí algunos de los estudios que se pusieron sobre la mesa:

Tabaco.

Hay personas que se resisten a dejar de fumar porque temen ganar peso con el intento. Sin embargo, unos investigadores del Departamento de Medicina del Karolinska Institute de Suecia han demostrado que el tratamiento antitabaco basado en nicotina permite mantener el peso bajo control. Los científicos administraron la nicotina en dosis similares a las encontradas en los cigarrillos (infusiones de 0,5 mg/kg/min) a un grupo de personas sanas y comprobaron que la nicotina sistémica estimulaba la liberación de adrenalina, probablemente de las glándulas adrenales, y la activación de los receptores de la nicotina en el tejido adiposo.
Según el doctor Kurt Anderson, uno de los autores del trabajo, "este efecto de la nicotina podría explicar por qué los fumadores ganan peso cuando dejan el hábito del tabaco y puede suponer un nuevo acercamiento al desarrollo de fármacos contra la obesidad".

Cerebro y comida.

Las mujeres utilizan su lado derecho del cerebro cuando piensan en la comida. Es la conclusión de un curioso estudio realizado por la doctora Leila Karhunen y sus colaboradores de la Universidad de Kuopio en Finlandia. Pusieron comida delante de 11 mujeres obesas y el escáner detectó un flujo de sangre hacia las regiones del córtex parietal y temporal derecho que se hacía especialmente evidente cuando las mujeres tenían hambre y pensaban en la comida. "Estas imágenes del cerebro podrían ayudar a comprender la relación entre la actividad cerebral y el control del acto de comer", dice Karhunen.

Bebidas "light".

Las bebidas bajas en calorías estimulan el apetito, según un estudio en el que se analizó el efecto que tienen sobre la ingesta este tipo de bebidas artificialmente azucaradas para apagar la sed. El resultado fue que los individuos que tomaron estas bebidas comían más que los que tomaban simplemente agua o bebidas azucaradas de forma natural. Sumando la energía contenida en las bebidas y la de las comidas ingeridas después, resultó que las bebidas azucaradas artificialmente no suponían ningún beneficio comparadas con las bebidas altas en calorías, y ambas eran peores que el agua. Los autores del estudio, que se realizó en el Biopsychology Group de la Leeds University, en el Reino Unido, creen que estos resultados podrían servir para entender la relación entre la actividad física y las bebidas en el control del apetito.

Fármacos.

No siempre se resuelve todo con comer menos y hacer más ejercicio. El cerebro suele "pedir" más comida hasta que alcanza los niveles previos y empieza un círculo vicioso con el que se vuelve a ganar peso. Las nuevas terapias están ayudando a cambiar el control cerebral de la ingesta alterando el metabolismo o limitando la absorción.
Por un lado, el nuevo fármaco sibutramina, que está esperando ser aprobado en el Reino Unido y en EEUU, se ha creado para un tratamiento a largo plazo. Actúa sobre los mensajeros químicos del cerebro, disminuyendo el número de calorías consumidas y haciendo que la gente se sienta llena. Este fármaco también hace que se quemen más calorías, aumentando la tasa metabólica. Por otro lado está el orlistat, otro nuevo fármaco diseñado también para un tratamiento a largo plazo de la obesidad y que tiene como "diana" la ingesta de comida en lugar de la supresión del apetito.
En un primer estudio a largo plazo, doble ciego y placebo controlado con orlistat, se ha logrado demostrar que la absorción de la grasa de la dieta se reduce en más del 30%.

Perder kilos.

En las personas con sobrepeso, incluso una pérdida pequeña de kilos es suficiente para reducir el riesgo de las enfermedades asociadas. "Perder de cuatro a siete kilos es un gran éxito -dijo el doctor Michael Lean, un británico experto en nutrición-. Deberíamos felicitar a nuestros pacientes y ayudarles a mantener esa pérdida".
Otros expertos coinciden en que una pérdida del 5% o el 10% del peso corporal hace que estas personas se sientan mejor y tiene un efecto muy positivo sobre su salud, reduciendo el riesgo de enfermedad cardiaca y de diabetes. Estos especialistas consideran que la obesidad es una enfermedad que debería tratarse farmacológicamente.

"La cuestión está en si se deberían tratar los factores de riesgo o la obesidad en sí misma", dice el doctor Arne Astrup, experto en obesidad de Holanda.

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