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Número 203. Jueves, 23 de Mayo de 1996

HIPERTENSION

La sal no es un gran enemigo

Ponen en duda que este condimento afecte a la tensión arterial en personas sanas

EL MUNDO

Ha sido uno de los "mandamientos" de la Medicina durante años: los hipertensos deben restringir el consumo de sal en su dieta para controlar su tensión arterial. Sin embargo, y tal y como publica esta semana la revista JAMA, este condimento no es tan perjudicial.

Julian Paul Midgley, Alexander Gordon y sus colegas, de la División de Nefrología del Departamento de Medicina de la Universidad de Toronto (Canadá), acaban de echar por tierra una de las normas terapéuticas más extendidas en el mundo de la Medicina.

Este grupo de investigadores ha analizado los estudios realizados sobre cómo la disminución de la sal en la dieta incidía en la tensión arterial de los pacientes hipertensos y de las personas con una presión normal.

Para ello, investigaron los resultados obtenidos en 56 estudios clínicos (28 trabajos con 1.131 personas hipertensas y 28 con 2.374 personas con la presión arterial normal) en los que se midió la restricción de la sal en varios grupos, en los que además se monitorizó la excreción del sodio en la orina.

Como conclusión, el estudio -financiado por la compañía Campbell- establece que la disminución de la presión arterial fue mayor en los ensayos con personas hipertensas de más edad y menor e insignificante en los ensayos con personas de presión normal. Ante estos resultados, los autores del trabajo se muestran partidarios de no restringir el consumo de sal en las personas sanas. Tan sólo creen que esta disminución debe ser tenida en cuenta por las personas mayores que son hipertensas. Los datos aportados por el equipo de Toronto contradicen los publicados el pasado sábado por la revista British Medical Journal.

Conclusiones opuestas

Un artículo, elaborado por un grupo internacional de investigadores, afirma que cuanto mayor sea el consumo de sal, más se eleva la tensión arterial y, en consecuencia, mayores son los riesgos para la salud, independientemente de que se posea una tensión alta o baja.

El Instituto de la Sal de EEUU, que representa a los productores de sal estadounidenses, aseguró que el estudio del British no muestra una relación significativa entre excreción de sodio y aumento de la tensión arterial.

La polémica está servida. Como tantas veces ocurre en Medicina, dos estudios publicados en la misma semana, y los dos en revistas médicas de nombrado prestigio, obtienen resultados contrapuestos. Sin embargo, tanto el artículo publicado en el British Medical Journal como el del JAMA creen que las personas mayores hipertensas deben restringir su consumo de sal en la dieta.

La hipertensión afecta a un 30% de la población y es la razón del 10% de las muertes que se producen en los países industrializados.

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