Hemeroteca    Ultimo número Número 210. Jueves, 11 de Julio de 1996

SINDROME DE DOWN

Proyecto Confianza
MIGUEL LOPEZ MELERO
Profesor de Ciencias de la Educación en la Universidad de Málaga y Responsable del Proyecto Roma en España

Tras el Proyecto Roma se esconden cuatro años de investigación en torno a la autonomía de las personas con Síndrome de DownP"Es el trisómico el que al final convence a sus padres primero y luego a sus profesores de que puede aprender, de que puede ser competente y autónomo"
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CORAL GINTO

Pablo es un chico sano de 21 años. Matriculado en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga, su objetivo es terminar la carrera y dedicarse a la enseñanza. Sin embargo, la ley le ha estigmatizado como deficiente mental. Y es que Pablo nació con el Síndrome de Down.
Pablo, considerado por muchos como una excepción entre los trisómicos 21, ha conseguido superar todas las pruebas académicas hasta llegar a la universidad. Sin embargo, celoso de su intimidad, prefiere vivir en el anonimato. "Estoy un poco harto de que me pongan como ejemplo, y la verdad es que aquí el que menos importa soy yo. Lo que realmente importa es que hay niños trisómicos como yo que pueden llegar a niveles, si no como el mío, sí a cuotas superiores de las que se espera de ellos". El que así se expresa es Pablo. El joven se muestra algo cansado. No en vano, acaba de salir de un tedioso examen de lengua.

Pero, Pablo no es el único trisómico que ha logrado huir de las tinieblas mentales. Ramón tiene 17 años y estudia tercero de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en un instituto de Málaga. Valerio tiene 23 años y ha terminado peritaje. Alejandro ha cumplido 8 años y asiste con normalidad a sus clases de EGB. Todos ellos nacieron con la alteración genética que se caracteriza por tener un cromosoma 21 de más, el Síndrome de Down. "Sin embargo, poco a poco están logrando mejorar su presente y, sobre todo, están demostrando que pueden ser protagonistas autónomos y competentes de su futuro", afirma con rotundidad Miguel López Melero. El es el responsable en España del denominado Proyecto Roma, nombre bajo el que se esconden cuatro años de investigación y de trabajo en torno a la competencia cognitiva, autonomía y calidad de vida de las personas con Síndrome de Down.

Las conclusiones del proyecto, desarrollado por los doctores italianos Nicola Cuomo, Giorgio Albertini y Gianni Biondi del Hospital Bambino Ges“ de Roma y el profesor Miguel López Melero de la Universidad de Málaga, se harán públicas de forma oficial en el congreso internacional que se prepara en Málaga para el próximo mes de diciembre. No obstante, sus resultados tienen ya nombres y apellidos. Los de las 31 familias que, además de contar con un miembro trisómico, tienen en común la puesta en práctica de los métodos neuropsicopedagógicos del Proyecto Roma.
"En nuestro proyecto de investigación partimos de un principio que es que el origen de la inteligencia es social. Es decir, el desarrollo de la inteligencia está condicionado por el contexto, mejor dicho por la calidad del entorno, en principio familiar y después escolar. Por eso, es el trisómico el que, al final, convence a sus padres primero, y luego a sus profesores de que puede aprender, de que puede ser competente y autónomo", explica con entusiasmo el profesor López Melero.

El gran valor
Y, esta forma de contemplar el aprendizaje en las personas con Síndrome de Down es "el gran valor" que tiene el Proyecto Roma, añade el pedagogo, para quien "es fundamental que el aprendizaje y el desarrollo cognitivo se expliquen desde una misma teoría, la que parte de las desigualdades y no de las igualdades entre las personas".
Y es que el proyecto de investigación Roma "se podría llamar muy bien proyecto confianza", apunta el profesor López Melero ya que, según éste, lo realmente difícil no es enseñar a un trisómico 21 a ser autónomo y competente, sino convencer a sus padres y a sus profesores de que pueden conseguirlo.
"El caso de Pablo es revelador asegura López Melero pero, evidentemente, no todos los muchachos con Síndrome de Down podrán hacer como él una carrera universitaria. Pero, si se mejoran sus condiciones familiares y escolares, es muy probable que todos ellos aumenten sus niveles cognitivos y desarrollen su autonomía personal". Pablo coincide totalmente con su maestro. Tal vez, por eso manifiesta sin titubeos: "Sé muy bien que soy trisómico y creo que tengo una labor que hacer en el campo de la educación especial. Por eso me decidí por magisterio, para intentar ayudar a muchachos como yo que parten de circunstancias desfavorables".

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