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jueves, 13 de Febrero de 1997
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NUTRICION

Instruir y prevenir
Asociación Española de Padres de Niños con Alergia a Alimentos (AEPNAA)

La alergia a alimentos afecta casi a un 8% de los niños con edades comprendidas entre uno y seis años
La asociación pretende informar de las características de la enfermedad
Algunas víctimas pueden llegar a sufrir "shock anafiláctico"
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ALEJANDRA RODRIGUEZ

La iniciativa ciudadana ha sido, una vez más, la que ha tomado medidas para atajar un importante problema médico que la sanidad española aún no termina de asumir: las alergias a los alimentos. El pasado abril, un grupo de padres de niños con alergias alimentarias se unió para crear la Asociación Española de Padres y Niños con Alergias a Alimentos (AEPNAA) con el fin de mejorar la calidad de vida de los afectados.


JAIME VILLANUEVA

La presidenta de la AEPNAA acompañada por sus hijas.
Su proyecto va encaminado en una triple dirección. Por una parte se pretende informar a los familiares y enfermos de las características de la enfermedad a la que se enfrentan. Por otro, se pretende concienciar al sector sanitario del alcance de la alergia a alimentos y, sobre todo, se quiere conseguir que los fabricantes especifiquen correctamente en sus etiquetas los componentes de sus productos para evitar accidentes que pueden ser muy serios. La alergia a alimentos afecta casi a un 8% de los niños con edades comprendidas entre uno y seis años y, aunque la mayoría suele presentar manifestaciones clínicas leves tales como urticaria, vómitos o dermatitis atópica, algunos llegan a padecer angioedema, asma e incluso shock anafiláctico, un proceso alérgico que dificulta la respiración y que puede conducir al niño a la muerte. La mayoría de los alimentos alergénicos son básicos para la alimentación de un niño: leche, huevo, pescado, y en menor medida, carnes, legumbres, frutas y frutos secos. Lo único posible frente a este problema es su total eliminación de la dieta, ya sea en su forma natural o como ingrediente, aditivo o componente de un producto elaborado. Como es lógico, la supresión de estos elementos conlleva importantes deficiencias nutricionales que hay que evitar con la sustitución por otros alimentos no alergénicos pero con los mismos nutrientes.

Objetivos

Por ello uno de las principales objetivos de la AEPNAA es instruir adecuadamente a los familiares de los alérgicos para que conozcan los alimentos y componentes que deben evitar y los posibles sustitutivos en la dieta del paciente. En cualquier caso éste no es el principal problema de la asociación, pues tal y como afirma su presidenta , Ana Isabel Sánchez, «no es un problema tan grave si se lleva bien». El verdadero caballo de batalla lo tienen con los fabricantes de alimentos y fármacos. Según la ley de etiquetado, reglamentada desde la UE, hay muchos componentes que no están obligados a declarar o detallar, por lo que se pueden enmascarar productos alergénicos bajo denominaciones que no aclaran su verdadera naturaleza, con el consiguiente riesgo para el alérgico. Según Ana Isabel Sánchez, ésto no debería preocupar solo a su asociación, «todos deberíamos exigir una ley de etiquetado más clara, pues bajo denominaciones muy comunes como grasas animales o aromas se suelen esconder bloques de ingredientes causantes de alergias». Dentro del sector sanitario, este problema sigue sin ser muy tenido en cuenta y el desconocimiento es grande; incluso son los propios padres los que tienen que aportar listas de componentes alergénicos a médicos y hospitales.

De esta manera, el diagnóstico precoz es otro de los retos asumidos por esta asociación, ya que los pediatras tardan mucho en derivar los casos de alergias alimentarias a los especialistas, con lo que la planificación de la dieta adecuada tarda mucho en hacerse y la salud del niño se resiente. Según Ana Isabel Sánchez, se corre un riesgo innecesario, «pues las pruebas son muy sencillas y se pueden practicar a niños muy pequeños». Una prueba más de la abulia con que se mira este tema por parte de las autoridades sanitarias es el hecho de que en España aun no se comercializa un tratamiento de emergencia para los casos de shock anafiláctico. Se trata de una inyección de adrenalina en forma de bolígrafo exactamente igual que el que utilizan los diabéticos para tratarse con insulina. La Asociación de Padres y Niños con Alergias a Alimentos ha escrito una carta al Ministerio de Sanidad y Consumo así como a la Dirección de Farmacia para informarse acerca de lo que habría que hacer para que este medicamento se vendiese en farmacias (tal y como se hace en Andorra) y se administrase sin problemas bajo prescripción médica en los casos de verdadera urgencia. «De momento sólo sabemos que lo fabrica un laboratorio americano, pero no hemos recibido contestación por ninguna de las partes. No nos ayuda nadie».

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