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jueves, 13 de Febrero de 1997
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MEDICINA PREVENTIVA

Si hablas no conduzcas
Se demuestra una relación entre el uso de teléfonos móviles y un aumento en el riesgo de sufrir accidentes de circulación.

Un estudio que publica hoy el «New England Journal of Medicine» muestra que el riesgo de conducir y hablar por teléfono móvil al mismo tiempo multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente. Es la primera vez que se demuestra una asociación de estas características.
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JOSE LUIS DE LA SERNA

Tiene usted teléfono en el coche? Si es así, continúe llevándolo, puede serle muy útil en un momento dado pero mientras conduzca úselo lo menos posible. Esa es la conclusión a la que se puede llegar después de analizar el estudio que publica hoy el New England Journal of Medicine, el primero que demuestra una asociación significativa entre los accidentes de automóviles y los teléfonos móviles.


MARINA DEL MAR

Los accidentes de circulación son mucho más numerosos cuando se hace uso del teléfono móvil.
Se sabe, mediante la utilización de simuladores, que el uso del teléfono disminuye la atención de los conductores. No obstante, las encuestas patrocinadas por la industria relacionada con esta telefonía no habían encontrado ninguna asociación entre el teléfono y los accidentes de tráfico. Investigadores de los departamentos de medicina preventiva y estadística de la Universidad de Toronto, en Canadá, informan este jueves en la mejor revista médica del mundo de que hablar por teléfono y conducir (sobre todo por autopistas y a cierta velocidad) son actividades muy poco compatibles. De hecho, el hacer las dos cosas a la vez eleva el riesgo de sufrir un accidente de circulación más de un 400%.

Para llegar a esta conclusión Donald Redelmeier y Robert Tibshirani, los autores del trabajo, llevaron a cabo un complejo estudio epidemiológico que sólo puede ser entendido en profundidad por los ya iniciados en técnicas estadísticas. Los expertos contaron con la ayuda de 742 personas que tenían teléfono en el coche y que habían tenido un accidente de circulación, bien mientras hablaban por teléfono o muy poco tiempo después de haberlo utilizado. Los propios accidentados formaron el grupo control, de forma que el estudio se convierte en un trabajo conocido en términos técnicos como caso entrecruzado. Así, se analizaron los datos informáticos de la telefonía móvil de los accidentados, tanto en los momentos que precedieron al accidente como las que existían a la misma hora del día anterior. Conducir y hablar por teléfono cuadruplica el riesgo de sufrir un accidente durante la conversación o en los quince minutos siguientes, sobre todo si se está conduciendo por carretera y a más de 80 kilómetros por hora. Este riesgo es similar al que se tiene cuando el nivel de alcohol en sangre se acerca a los límites permitidos por la ley. Sin embargo, Malcon Maclure y Murray Mittleman especialistas de la Universidad de Harvard creen, y así lo hacen constar en el editorial que acompaña al estudio, que hay que hay que matizar los datos. «No sabemos si los teléfonos con manos libres son tan inseguros como los convencionales, quizá no. En cualquier caso no está de más recomendar a los conductores que disminuyan la velocidad si hablan por teléfono y que procuren que el tiempo de conversación sea el imprescindible», afirman.

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