INTERNET
domingo 9 de Febrero de 1997


Compre Sin Salir de Casa
Alimentos, ropa... todo en las tiendas de Internet

Alberto de las Fuentes


¿Quiere cenar esta noche un jugoso filete de carne de buey? ¿O prefiere degustar una tabla completa de patés y quesos? Además, ¿le apetecería regarlo todo con un buen vino?¿Y terminar con un delicioso postre? ¿Le gustaría renovar su viejo y desfasado equipo de música? O, simplemente, ¿quiere regalar a alguien un bonito ramo de rosas? Para ello, no tiene nada más que bajar a la calle, coger su coche o un transporte público, visitar una docena de establecimientos alejados entre sí cientos o miles de metros y regresar a casa cargado con infinidad de pesadas bolsas de plástico. Usted puede hacer esto o, simplemente, encender su ordenador, navegar por Internet y acceder a un buen número de comercios 'establecidos' en la Red que le mostrarán un sinfín de productos entre los que elegir: desde alimentos hasta corbatas.

Todo, desde su propia casa, sentado tranquilamente en una butaca, eludiendo los atascos del tráfico y liberando a sus brazos de pesadas cargas. Y, además, sin que le preocupe si hoy es San José y los comercios habituales han cerrado sus puertas al público. O si es noche cerrada, o llueve o hace mal tiempo. Este tipo de comercios está en plena ebullición. Hace unos días, El Corte Inglés puso en marcha su nuevo servicio de venta por ordenador. Alcampo, por su parte, anunciaba la inminente aparición de su supermercado virtual. En sus orígenes (1969), Internet nació como una red de comunicaciones de uso militar desarrollada por el Pentágono. Luego, poco a poco, se fue convirtiendo en una herramienta de uso académico, para universidades y laboratorios. Y finalmente, ya en los años 90, las empresas empezaron a darse cuenta de las ventajas que podía suponerles Internet. Entre las muchas posibilidades que vieron entonces, una que hace frotarse los ojos a muchas empresas y al público en general es la del telecomercio, la posibilidad de encargar a través del ordenador el producto que uno desea comprar y recibirlo luego cómodamente en casa.

Ahorro.

Las ventajas de este nuevo sistema son numerosas para todas las partes implicadas. Las empresas pueden ahorrarse mucho dinero en alquileres, luz y agua, impuestos y, por suerte o por desgracia, en personal (cajeros, reponedores, vigilantes...). Aparte el sistema informático, su único gasto importante de verdad es la distribución de los productos a domicilio. A su vez, el consumidor se aprovecha de una enorme variedad en la oferta, puede comparar precios y se ahorra desplazamientos. Y una parte del ahorro que tiene la empresa debería reflejarse en nuestras facturas. Por el momento, comprar en Internet no resulta mucho más barato y hasta puede ser más caro que por el procedimiento habitual. Pero a medida que se vaya haciendo más popular la telecompra, los centros comerciales buscarán diferenciarse por sus precios. Y, siendo sus costes más bajos, podrán permitirse cobrar menos por el mismo producto. En definitiva, una jugada redonda. Para aprovecharse de todas estas ventajas no son necesarios grandes alardes. El mecanismo para realizar compras en Internet es relativamente sencillo. Si uno está conectado a la Red (si no lo está, consulte el número del 26 de enero de Su Ordenador), sólo tiene que teclear la dirección del centro comercial de su elección. Si no la sabe (abajo le proporcionamos unas cuantas), haga un barrido en alguno de los buscadores nacionales, como Olé, Ozú o el Indice Globalcom, o internacionales como Altavista o Yahoo.

Proceso.

Una vez localizado el centro comercial o tienda especializada de nuestra elección, el proceso suele ser el mismo. En algunos casos requiere registrarse o ser un usuario autorizado (por ejemplo, tener una tarjeta de El Corte Inglés), mientras que en otros no hace falta. Las páginas están dispuestas como si fueran las de un catálogo, de forma que podemos ir viendo los distintos productos y leyendo sus características. Cuando uno nos gusta, sólo hay que pinchar con el ratón del ordenador encima del mismo y automáticamente se incluye en una cesta o carrito de la compra virtual. Cuando hemos terminado, antes de hacer definitivamente nuestro pedido, visualizamos todo lo que hemos ido metiendo en la cesta y lo que nos va a costar. Si, como suele ocurrir, nos damos cuenta de que nos hemos dejado llevar por el afán 'consumista' y nos hemos pasado del presupuesto, existe un botón para deseleccionar. Y si ya estamos seguros de que lo que tenemos es lo que necesitamos, se pincha con otro botón y se envía el pedido. Es cuestión de segundos y el ordenador lo hace él solo.

Cómo pagar.

Ahora viene la parte más peliaguda: abonar todo lo que hemos adquirido. Aquí hay diversas posibilidades. La más interesante puede ser la de pagar con tarjeta de crédito, tecleando nuestros datos y número secreto, como hacemos cuando compramos en una tienda de verdad. Pero esto no siempre es posible. Aunque la Red ha mejorado mucho en seguridad y ya hay sistemas muy fiables, todavía existe cierta desconfianza a que un pirata informático robe los datos de nuestra tarjeta. Por este motivo hay quienes prefieren evitarse problemas y utilizar otros sistemas de pago basados en tarjetas propias emitidas por los mismos establecimientos para sus clientes (El Corte Inglés) o mediante compras contrarreembolso. Una vez resuelto el pago de la compra ya se puede apagar el ordenador. Ahora sólo tiene que sentarse tranquilamente a esperar a que se lo lleven todo a casa.

Entre los primeros en abrir su centro comercial en la Red está El Corte Inglés, que hace apenas dos semanas ha lanzado su nuevo servicio CorttyCompra. Junto con su 'hermana' La Tienda en Casa, supone una oferta de más de 11.000 productos que se pueden adquirir online: desde un kilo de merluza o gambas hasta un vídeo de Alfred Hitchcock, que luego se encarga de repartirle en casa el centro más próximo (ojo: no cubre todo el territorio nacional, sino sólo aquellas áreas cercanas a alguno de sus hipermercados). A3z (la empresa de La Teletienda de Antena 3) también está ya en Internet ofreciendo útiles para el hogar, productos de salud y belleza, música, videos, e incluso equipos y programas informáticos, a través de la Teknotienda, que ha desarrollado con Teknoland y Banesto.

Centros virtuales.

Alcampo, junto con Telefónica, ya ha anunciado la creación de un centro comercial virtual que debería empezar a funcionar en el segundo trimestre de este año. Esta última, a través de su filial, Telefónica Servicios Avanzados de Información (TSAI), también prepara su propio servicio de venta directa. En él alquilará espacio para que otros vendan. Aparte de los grandes monstruos de la venta al detalle, en Internet están apareciendo también cientos de pequeños comercios. Entre los que mejores resultados están obteniendo, destacan quienes comercializan objetos raros y difíciles de encontrar, como librerías especializadas o tiendas de coleccionistas.

Aunque éste es un sector que todavía está empezando a andar, ya son numerosos los establecimientos virtuales que están disponibles en Internet. Parece difícil de creer, pero ya es posible comprar un queso puro de oveja o un jamón, una corbata italiana o una navaja multiusos, juguetes para su hijo o un ramo de flores, todo a través de Internet. Y una de las características más importantes del comercio en Internet es que la oferta no es sólo española. Cualquiera puede comprar y vender en la Red. Un ejemplo: se pueden adquirir vinos, embutidos o utensilios de cocina italianos, con los gastos de transporte hasta su hogar ya incluidos (de hecho se anuncia como "Compre en Italia sin viajar"). Uno puede incluso conseguir que le manden una auténtica pizza neoyorquina por sistema de mensajería urgente, lista para calentar y comer, ¡desde Nueva York! Como lo ve.

Direcciones útiles:

¿Es seguro comprar en las tiendas de la red?


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