INFORMATICA
domingo 6 de julio de 1997	a prueba

Ignacio Rodríguez

El precio marca, sin lugar a dudas, la orientación de un sistema hacia el mercado doméstico, y en el caso del Tulip Motion Line ml-sb 5/120 se cumple esta premisa. Un coste ajustado no tiene que ser sinónimo de prestaciones igualmente recortadas y este equipo portátil lo demuestra.

Lo primero que llama la atención en el Tulip es el agradable y cuidado diseño, que invita a poner la manos sobre su teclado y comenzar a trabajar.

La gama Motion Line comprende varios modelos. Nosotros hemos analizado el que se equipa con un microprocesador Pentium de 120 MHz, al que el fabricante rodea, en la configuración básica, con 256 Kb de memoria caché de segundo nivel (L2) y una memoria RAM de 16 Mb, ampliable sin complicaciones hasta 32 Mb.

Estas características determinan, a priori, un buen nivel de rendimiento que satisfará las necesidades de cualquier usuario, incluso de aquellos que piensen darle una aplicación profesional.

En el interior se aloja una unidad de disco con capacidad para 1,3 Gb de información. Pero lo más destacado es la bahía para la unidad de disquete de 3,5 pulgadas, situada en el frontal de la máquina, de la que puede retirarse ésta para introducir un lector de CD-Rom de séxtuple velocidad (900 Kb/s).

Cristal líquido.

Para no quedarse sin unidad de disquete, incluye también un cable que permite conectarla de forma externa. Así, siempre dispondrá de la configuración completa de almacenamiento, aunque este método supone cargar con un aparato más.

La pantalla es de cristal líquido (LCD) con tecnología dual scan (DSTN) con un tamaño de 11,3 pulgadas, lo que ofrece un área de visualización más que aceptable, en la que contemplar las imágenes con una resolución máxima de 800 x 600 puntos, es decir, un formato ajustado al estándar SVGA (Super Video Graphics Adapter).

El único problema que tienen las pantallas DSTN es que la calidad de visión disminuye considerablemente cuando se trabaja con mucha luz ambiental o si están muy próximas a una fuente de luz potente.

Por lo demás, la nitidez, brillo, contraste y color son buenos. Se obtienen mejores resultados si opta por una versión del Tulip con pantalla de matriz activa (TFT), aunque supone un importante incremento en el precio a la vez que se reduce la duración de la batería.

Precisamente ésta es de tipo NiMH (Níquel Metal Hidruro) con la que utilizará el Tulip durante unas dos horas y media, sin necesidad de enchufarlo a la corriente eléctrica.

CD-Rom.

La influencia multimedia se deja ver en todos los nuevos diseños y Tulip no ha sido ajena a ello. En este modelo se incorporan elementos como el citado lector de CD-Rom y un circuito de sonido de 16 bits compatible con Sound Blaster. Para la reproducción acústica se han colocado dos pequeños altavoces camuflados en la carcasa (también un micrófono), justo en el área de reposo de las manos, delante del teclado.

Además de los interfaces serie y paralelo, encontrará una salida para utilizar un monitor externo y otra para un teclado o ratón convencional. De esta forma, en los momentos sedentarios de uso, lo convertirá, casi, en un ordenador de sobremesa. Decimos casi, porque hay otro método para conseguirlo y es usar una dockstation o base de ampliación opcional que proporciona dos ranuras de ampliación para tarjetas normales y un espacio para una unidad de almacenamiento complementaria.

Tulip Computers España.
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