Su Ordenador INFORMATICA
domingo 7 de junio de 1998


Intel, en el Punto de Mira
El Gobierno de EEUU prepara una demanda contra el gigante fabricante de microchips

Julio A. Parrado


Las autoridades de EEUU van ahora a por Intel, el líder mundial en la fabricación de microprocesadores. Apenas dos semanas después de iniciar el proceso contra Microsoft por supuestas prácticas monopolísticas, Washington carga las baterías contra el otro peso pesado de la industria informática. Y es que, si Microsoft posee el 85% del cerebro de nuestros ordenadores personales, Intel fabrica el 90% de su corazón: el chip de memoria.

La demanda, que podría presentarse a mediados de este mes, acusa a Intel de forzar a los fabricantes de ordenadores personales y a sus rivales de la industria del chip a perder derechos de propiedad intelectual a cambio de información clave que les permite fabricar productos compatibles con Intel.

La primera de las acciones legales deriva de una demanda presentada contra Intel por una pequeña empresa competidora. Intergraph, productora de chips para gráficos compatibles con los Pentium II de Intel, asegura que Intel se negó a facilitarle una información para producir chips compatibles con los Pentium.

Estos microprocesadores para gráficos entraban en abierta competencia con los que fabrica el gigante californiano, que supuestamente se negó a entregar la patente de compatibilidad. Intel respondió a esta demanda, negándose a vender unos componentes claves para los chips, que Intergraph necesitaba para sus estaciones de trabajo.

La pequeña empresa de Alabama ganó este caso en un tribunal de primera instancia, pero la decisión esta pendiente de una apelación.

Además de Intergraph, Digital Equipment interpuso otra demanda, sin embargo fue retirada cuando Intel se hizo cargo de la división de microprocesadores de esta empresa.

Prácticas comerciales. Este caso es un claro exponente de la complejidad del proceso contra Intel. Varias preguntas van a ponerse sobre la mesa: ¿Hasta qué punto la información tecnológica de Intel y su ubicuo chip es un bien común susceptible de estar regulado por las autoridades? ¿A caso Intel no puede negarse a seleccionar sus clientes? Hasta ahora, el concepto de monopolio afectaba a las infraestructuras. La acción contra Intel, unida a la de Microsoft, cambia el concepto sobre libre competencia en la nueva era informática.

La otra línea de la investigación del caso arranca de las prácticas comerciales de Intel con los fabricantes de ordenadores personales. Al igual que Microsoft, que aprovechaba su posición de dominio para decidir sobre el contenido de software del ordenador del futuro, Intel hacía, supuestamente, lo mismo, marcando la pauta sobre el diseño interno de los ordenadores.

En este caso, Intel ha tratado de decidir por la industria dónde deben ir emplazados los chips dentro de los ordenadores. Todo comenzó cuando Intel decidió ubicar su Pentium en una posición diferente en la llamada placa madre, un dispositivo plano donde se encajan los chips. Intel optó por colacarlos en posición vertical enchufados en rendijas (slots).

Estas transformaciones forzaron a los fabricantes a modificar la placa madre, adaptándola al Pentium, y dejando fuera de juego los chips de los grandes rivales de Intel, como Adavanced Micro Devices o National Semiconductor. De esta forma, Intel no sólo vendía más chips, sino también los chipsets, donde se insertan los procesadores.

Intel se gastó hasta 1.000 millones de dólares en reembolsos para los fabricantes que sellasen un contrato de exclusividad. Según sus rivales, esto les dejaba fuera del mercado y suponía la fijación de un precio, fuera de la arbitraje de la ley de la oferta y la demanda.

En menos de cuatro años, Intel logró incrementar su cuota de mercado en el negocio de las placas base de un 8% a un 75%. Con la salida al mercado del Pentium II, Intel ha guardado en secreto la patente de los conectores entre el microchip y las placas, aumentando su ventaja sobre sus rivales.

Sin embargo, pese a las semejanzas a primera vista con el caso de Microsoft, la estrategia del Gobierno es diferente. De entrada, no existe la premura con la que se lanzó sobre la empresa de Bill Gates, ya que trataban de adelantarse a la salida del Windows 98.

El procedimiento difiere porque Intel ha estado bajo escrutinio de las autoridades desde hace 10 años. Durante este tiempo, los toques de atención han sido constantes.

A diferencia de Microsoft también, el Gobierno no ha escogido la vía penal. El hecho de que el caso no sea llevado por el Departamento de Justicia, sino por la Comisión Federal de Comercio puede suavizar las repercusiones para Intel.

Si la comisión de este organismo da el visto bueno a la demanda, ésta será llevada por un juez administrativo. El proceso puede alargarse durante bastantes meses en los que Intel podrá apelar cualquier decisión y aportar pruebas.


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