Su Dinero


Número 162 / Domingo 7 de marzo de 1999

Laboral

Cuando el Jefe es la Jefa
¿Existen diferencias entre ejecutivos y ejecutivas? Así es la jornada de Isabel Aguilera, directora general de Dell Computer en España


Francisco J. López


Tuerce el gesto cuando se le pregunta si se ha sentido discriminada alguna vez en su trabajo por ser mujer. Isabel Aguilera (Sevilla, 38 años), directora general de Dell Computer en España, siempre ha estado en contra del sistema de cuotas y sólo cree en las cualidades personales, sin distinción de sexos, para triunfar en el mundo de la empresa. En su caso, se ha servido de su capacidad de persuasión y de sus ganas de aprender para ser la única mujer española que ocupa un alto cargo de una multinacional de la informática.

Nuestra protagonista es la antítesis de la militante feminista, pero también de la ejecutiva agresiva. Nunca se ha encontrado con problemas en su trabajo por ser mujer, pero tampoco es de las que recurren a la autoridad para demostrar que es la jefa. &laqno;Se logran mejores resultados convenciendo a los demás que dando golpes encima de la mesa», comenta.

Su Dinero ha comprobado cómo es la jornada laboral de una ejecutiva española que corre tras el éxito, cómo gestiona una gran empresa informática y cómo reacciona ante sus empleados y clientes.

Isabel Aguilera, licenciada en Arquitectura, no es nueva en este oficio. Cuenta con una experiencia de 14 años en el sector de las tecnologías de la información, casi siempre desarrollada en el área de marketing o ventas. Ha pasado por empresas como Olivetti, Hewlett-Packard o Compaq antes de aterrizar en Dell, primero como responsable comercial de pymes y, desde febrero del pasado año, como directora general.

Dell Computer se ha hecho un hueco en el mercado mundial de la informática en los últimos años gracias a que ha implantado un nuevo modelo para la venta de sus productos: la relación directa con el cliente, ya sea a través del teléfono, cara a cara o Internet.

Y los resultados, de momento, avalan su estrategia: ocupa el tercer lugar del ranking mundial del sector informático y ya es la cuarta en el mercado español por unidades vendidas (y la más solicitada por las empresas de más de 500 empleados).

Una compañía admirada.

En EEUU, Dell Computer es una de las empresas más admiradas por los estadounidenses, tan sólo por detrás de General Electric, Microsoft y Coca-Cola, según la clasificación publicada en el último número de la revista Fortune.

Sin llegar a ser tan conocida como en EEUU, Dell facturó el pasado año en España más de 21.000 millones de pesetas con tan sólo 82 empleados.

Isabel Aguilera lleva poco más de un año al frente de la empresa en España, una etapa que ha coincidido con la expansión de la compañía. &laqno;El objetivo es alcanzar el liderazgo en un plazo de tres años, pero no creciendo a cualquier costa. Lo importante es obtener un crecimiento rentable».

¿El balance del primer año? &laqno;Hemos logrado un crecimiento espectacular, por encima del 60%, aunque yo creía que siendo jefa iba a vivir mejor. Y es mentira...». Aguilera rompe a reír.

Como otros ejecutivos españoles, Isabel trabaja 12 horas diarias, más obligada por las circunstancias que porque sea lo que ahora se llama una alcohólica del trabajo.

Ni ella ni el resto de empleados de Dell España tienen en su horizonte las 35 horas semanales. Se conforman con trabajar menos de diez al día.

En busca del equilibrio.

La jefa de esta empresa informática reconoce que ha llegado el momento de lograr (para todos los integrantes) un mayor equilibrio entre vida personal y profesional. &laqno;En los momentos de expansión, tienes que poner las tripas encima de la mesa. Pero, una vez que te has consolidado en el mercado, hay que echar el freno».

Que nadie se engañe. Está feliz con su cargo (basta sólo con observarla en su trabajo), si bien su ambición no parece desmedida. &laqno;Ahora elijo el restaurante y el vino», le gusta decir para remarcar que nada ha cambiado en su vida. &laqno;Y todavía sigo lamentándome el domingo por trabajar el lunes», remacha.

¿Por qué no lo intenta con el teletrabajo? Respuesta en tono de sorna. &laqno;Lo que quiero es tener un sueldo real de jefa en un trabajo virtual».

Ya en serio, la directora general reconoce que le gusta la función social de venir a trabajar, arreglarse cada mañana (casi siempre elige falda o traje de chaqueta), comunicarse con la gente e incluso chismorrear y que le cuenten los últimos chistes. &laqno;También me encanta conducir y ni siquiera me desespero si me meto en algún atasco, porque así aprovecho para escuchar las noticias o música».

Con tan buen talante, cuesta menos digerir las malas noticias. Una vez a la semana, Isabel Aguilera se reúne con su comité de dirección (cinco personas más) para analizar los resultados y compararlos con los de la competencia.

En Dell, los objetivos se marcan por cada trimestre y, en el último, ha crecido ¡sólo! un 39%, cuando se estaba en cifras superiores al 50%. La directora lo tiene claro: &laqno;Tenemos que vender más portátiles», les espeta a sus directivos.

Los clientes.

¿Qué margen de maniobra tiene un ejecutivo/a español que trabaja para una multinacional? En Dell, todos sus responsables han de atenerse a unos parámetros para lograr dos objetivos: obtener el máximo beneficio y que el cliente quede satisfecho.

Y, como en todos los negocios, hay clientes que no quedan satisfechos. En nuestra presencia, Isabel atiende por teléfono a un industrial que había comprado dos ordenadores para su empresa. Pretendía que le enviasen una nueva factura, incluido el IVA, con fecha del año pasado. La directora general le contestó que era imposible porque las cuentas del anterior ejercicio estaban cerradas, pero le ofreció una alternativa: ir a recoger los dos ordenadores y devolverle el dinero.

El cliente se negó, no sin antes arremeter contra el empleado que se había equivocado. &laqno;Hemos fallado», le reconoció Isabel Aguilera al cliente, &laqno;pero no puedo fusilar a un señor porque haya cometido un error».

La directora de Dell ha dedicado en el último año muchas horas de su trabajo a los recursos humanos. La plantilla ha aumentado un 30% y ella ha supervisado personalmente todas las entrevistas para la selección del personal.

Otra de sus responsabilidades es la evaluación que se hace a cada empleado para decidir el pellizco anual que se reparte en forma de retribución variable (un 40% en el caso de los directivos y un 20% en el resto). De su nota final depende también el premio anual que se entrega a cada empleada en forma de acciones. Y Dell es una de las compañías que más al alza cotizan en Wall Street y, además, acaba de firmar un acuerdo estratégico con IBM, otro de los gigantes de la informática.

Cuestión de sexos.

En el nuevo edificio de Dell en España, situado en la carretera de La Coruña (Madrid), no hay despachos. Tan sólo una sala para las reuniones y otra para los que quieran fumar. Dicen que, como el presidente Michael Dell odia el tabaco, ha prohibido el humo en sus oficinas.

Los fumadores lo pasan mal, pero al menos no se discrimina por razones de sexos, según su directora. &laqno;Hace dos días contratamos a una embarazada de dos meses». Y nos invita a conocerla, para que no creamos que es un farol ante la proximidad del Día Mundial de la Mujer.

Pese a todo, el número de hombres que trabaja en esta empresa informática duplica al de mujeres (24 mujeres frente a 58 hombres). Unas cifras a las que Isabel Aguilera no otorga la más mínima importancia.

¿De verdad que nunca se ha sentido discriminada? &laqno;Me he sentido más discriminada por mi rebeldía», contesta rápidamente. Está claro que la responsable de Dell no va a asistir mañana a las manifestaciones para reivindicar los derechos de las féminas.

De paso, insiste en que no está de acuerdo con las cuotas femeninas, un sistema aplicado en algunos partidos políticos.&laqno;Las cosas que más permanecen son las que se consiguen de forma espontánea». De forma natural, cuenta que le gusta que los hombres le cedan el paso al abrir una puerta. Incluso no le molesta los piropos, siempre que no sean groseros.

Arquitectura y natación.

En su carácter y en sus ideas ha influido su entorno familiar. Isabel Aguilera estudió Arquitectura en Sevilla, con apenas ocho compañeras más. Entonces ya estaba en minoría.

También son minoría en este país las mujeres que practican deporte, y todavía más las que lo practicaban con asiduidad hace 20 años. Isabel Aguilera llegó a estar federada en natación, ha saltado cinco veces en paracaídas y ahora practica squash. Quizá por su formación deportiva, ha puesto en práctica la máxima de que para que un ejecutivo no se estrelle lo mejor es aprender. Y no le va mal.


| Su Dinero | El Mundo |