Son enfermeras, secretarias, ingenieras, jueces, mineras,
taxistas... Además, también las hay empresarias,
asalariadas, jefas y subordinadas.
La edad.
Empresarias.
Mujeres con futuro.
Ingresos.
Cultura.
Esta información se ha elaborado con datos del
Instituto de la Mujer, Consejo Económico y Social,
CC.OO., Federación Española de Mujeres
Empresarias, Directivas y Profesionales, el Banco Mundial
de la Mujer, Fundación Whirlpool y M(a)Angeles
Durán, catedrática de Sociología.
Con los años, las españolas ganan terreno
en el mercado laboral. Todas ellas vivirán el
próximo viernes 8 de marzo -Día Internacional
de la Mujer- arrimando el hombro, que no al hombre.
No en vano, aún queda mucho camino por recorrer
para conseguir la igualdad real entre los sexos.
Seguramente, usted tenga conocidos en su entorno que
se encuentran en el paro. Tal vez usted mismo sea uno
de los más de 3 millones de parados que existen
en nuestro país. Pero sepa que en el caso de
ser mujer, tiene muchas más posibilidades de
hacer cola a las puertas del INEM. Las más de
6 millones de féminas que están en activo
se enfrentan a una tasa de paro del 30,4%. En cambio,
los más de 9,6 millones de varones que están
en activo soportan una tasa de paro del 17,9%.
Es a partir de los 25 años, y fundamentalmente
entre los 35 y los 39 años, donde la tasa de
actividad de la mujer es más alta. No sólo
se incorporan en mayor número al mercado de
trabajo, sino que permanecen en él incluso en
las edades en que antes lo abandonaban para dedicarse
al cuidado de los hijos.
Los datos que existen sobre la situación laboral
de la mujer resultan descorazonadores, pero quizás
el más irritante es el que se refiere al salario.
Ganan un 28% menos que los varones por realizar idéntico
trabajo.
Además, el empleo de la mujer está muy
localizado. Es en el sector servicios donde desarrollan
su trabajo en el 78,9% de los casos. En la industria
y la construcción lo hace un 13,3% y en la agricultura
y la pesca un 7,3%.
Aunque el mercado laboral se está transformando,
todavía hay profesiones y sectores particularmente
masculinizados. La cúpula bancaria es un ejemplo.
En 1993, de las aproximadamente 20.000 mujeres que
trabajaban en los 12 primeros bancos que operan en
España, sólo un 7,6% ocupaban puestos
directivos.
Un escenario más neutro es el de la justicia,
donde tienen una importante representación.
En 1993, el número de mujeres jueces era un
49%, el de fiscales un 39,6% y el de magistradas un
26,1%. Todo parece indicar que estas cifras han aumentado
en los últimos años y que en algunas
promociones de jueces, ellas son mayoría. Conviene
recordar que a esta profesión se accede sólo
por oposición.
El número de empresarias en España también
ha aumentado en los últimos años. Ahora
representan un 25,5% del total del empresariado.
Tal vez usted tenga la impresión de que la presencia
femenina en los medios de comunicaciones es masiva.
No es así. Aunque la televisión ofrezca
un imagen femenina, este sexo sólo representa
el 33% del total y sólo un 17% ocupa puestos
directivos en los medios de comunicación (según
datos de 1993). El número de directoras de periódicos
se cuenta con los dedos de una mano.
También la política continúa siendo
un terreno de hombres, aunque esta tendencia comienza
a remitir. Las mujeres que obtuvieron escaño
en las últimas elecciones al Parlamento Europeo
fueron 21, de un total de 64.
En la actualidad, las nuevas generaciones de mujeres
tienen una muy buena preparación. Son mayoría
en la universidad: representan el 52,4% del total.
Además, el número de españolas
que tiene estudios superiores es más alto que
la media europea. En España, aunque el número
de hombres y mujeres que empiezan los estudios es similar,
son ellas quienes mayoritariamente finalizan con éxito
los ciclos completos de formación.
Según los expertos, las mujeres tienen ventaja
en dos terrenos con futuro: el turismo rural y el telemarketing.
Son muchas las europeas que viven de estas dos alternativas.
Además, las féminas españolas,
igual que los varones, tienen que mirar hacia el campo
de las nuevas tecnologías y al mundo de las
finanzas.
Existen programas europeos de formación y empleo
dirigidos a la mujer española. Algunos se han
aprobado recientemente. Son los denominados NOW (New
Oportunity Women), que intentan paliar la discriminación
en el trabajo. Existen iniciativas muy específicas,
con un tratamiento especial para la mujer rural, y
otras que se refieren a la formación en las
nuevas tecnologías. Para informarse, pregunte
en su comunidad autónoma.
También las asociaciones de mujeres disponen
de servicios laborales y cursos de formación
y empleo para sus asociadas.
Las españolas cada vez se muestran más
activas. Según un estudio de la Fundación
Whirlpool, son las europeas con mayor preocupación
por trabajar fuera de casa y hacer compatible su vida
laboral con la familiar.
Curiosamente, el 59% de las féminas europeas
que trabajan aporta la mitad o más del sueldo
que entra en el hogar. En España, esta cifra
también se explica por el incremento de mujeres
solteras y por el nacimiento de las nuevas familias
monoparentales (la persona de referencia no tiene cónyuge
y sí hijos a su cargo), donde el 86,8% está
encabezada por una mujer. Además, el número
de solteras ha aumentado un 12,2% en los últimos
cinco años. La incorporación de la mujer
al trabajo y su instinto de supervivencia ha tenido
como consecuencia que los españoles tengamos
el índice de natalidad más bajo de Europa.
Y es que, en general, la mujer soporta una dilatada
jornada laboral, como consecuencia de que el reparto
de las tareas domésticas todavía no ha
calado en nuestra sociedad. <<Mi marido me ayuda
mucho en casa>>, comentan dos compañeras
de oficina. ¿Acaso las labores domésticas y
el cuidado de los hijos son patrimonio del sexo femenino?
¿Los hombres sólo están capacitados para
<<echar una mano>> en el trabajo de casa?
Los sociólogos y teóricos creen que es
responsabilidad de todos cambiar estas pautas. Sin
un reparto del trabajo no remunerado la consecución
de la igualdad laboral de los sexos es tarea imposible.
La cultura española también incide en
el trabajo. Y no hay que olvidar que la discriminación
laboral es fruto de una cultura, de la que las mujeres
han sido transmisoras.
En España, más de 6 millones de personas
realizan un trabajo no remunerado y no compartido con
otra actividad (el 96% son mujeres). Por cada hora
de trabajo remunerado, se trabajan otras dos sin incentivo
monetario. Dicho de otro modo, el trabajo pagado sólo
representa el 33% del total que se realiza. Gracias
a ese trabajo no remunerado, y a la estructura familiar,
se mantiene el nivel general de bienestar de la sociedad.
Sólo así se comprende que nuestro país
sea capaz de soportar una tasa de paro del 22%.
Preparación: estudios hasta COU. Secretariado
y conocimientos de inglés.
Preparación: Estudió Relaciones Internacionales
en Boston y en París .
Preparación: tiene conocimientos de inglés.
Cursó estudios de Derecho, aunque no los completó.
Preparación: estudió formación
profesional, la rama de peluquería y belleza.
En su profesión es necesaria la formación
continua y utiliza los fines de semana para completar
sus conocimientos del negocio.
Preparación: estudios de grado medio. Tiene intención
de seguir estudiando.
Preparación: Licenciada en Bellas Artes, estudió
fotografía en los Estudios Fotográficos
de Cataluña. Sabe inglés y catalán.
Preparación: Licenciada y doctora en geológicas.
Domina el francés.
Preparación: Licenciada en Farmacia, domina
inglés, francés y alemán. Este
último idioma lo aprendió en el colegio
alemán.
Preparación: es diplomada en enfermería,
pero su formación es continua.
Preparación: estudió Derecho y se defiende
en inglés.
Preparación: licenciada en Derecho.
Preparación: estudios básicos.