Número 48 / Domingo 20 de Octubre de 1996
No se Deje Engañar por Imitaciones
Guía útil para distinguir las falsificaciones en joyería, marcas de ropa u objetos de regalo
Por Pilar Roldán
Seguramente, en alguna ocasión, usted ha llegado a casa satisfecho con la compra de ese pantalón vaquero que le ha salido a precio de ganga, sobre todo teniendo en cuenta que es de marca. Convencido de la autenticidad de un perfume parisino o del bolso a la última moda con el que se retrata la 'jet' en las revistas del corazón, generalmente no descubrirá el engaño. El precio, más que razonable si se tiene en cuenta el prestigio de la firma fabricante, es suficiente para no preocuparse por nada más.
Sin embargo, es probable que usted tenga entre sus manos una falsificación y que su compra haya sido tan sólo un fraude. Algo que ocurre cada vez con mayor frecuencia en el mercado español, el octavo en el ranking de la lista de países falsificadores del mundo. Zapatillas deportivas con un nombre muy parecido al original, rótulos copiados en prendas que no se corresponden con las marcas verdaderas, polipiel por piel legítima, envases o etiquetas similares a otras de renombre internacional... La lista es interminable.
Cifras millonarias.
En España, las falsificaciones generan un volumen de ventas de unos 100.000 millones de pesetas. La Policía sólo consigue incautarse de una mínima parte de las imitaciones, por lo que crecen cada año las pérdidas ocasionadas por este motivo a los fabricantes legales.
Pero lo grave no es sólo esto. Las copias, además de confundir al consumidor y perjudicar gravemente a los empresarios, han dado lugar a un mercado ilegal que se sostiene, en un porcentaje muy elevado, gracias a la economía sumergida. Los falsificadores o imitadores son también competidores desleales: no pagan a la Seguridad Social. Con frecuencia mantienen a sus trabajadores en condiciones precarias, sin contrato, con abultada jornada laboral o salarios por debajo del sueldo mínimo interprofesional.
Lo más copiado.
Relojes Rolex de 200.000 pesetas a 10.000. Bolsos Vuitton de 40.000 pesetas por sólo 12.000. No, no son las rebajas, como se pudiera pensar ante la diferencia de precios, sino falsificaciones.
Sepa usted que le será más fácil caer en la trampa de una imitación según viva en un sitio u otro. En España las falsificaciones proliferan en aquellas zonas con industrias punteras, caso del sector textil en Cataluña, la marroquinería en Levante y Andalucía, la bisutería en Menorca o la juguetería y zapatería en Alicante.
Otros núcleos donde se asienta este mercado son las zonas industriales próximas a las grandes ciudades: el sur de Madrid (Móstoles y Fuenlabrada), Marbella, Mataró y los extrarradios de Valencia o Barcelona.
Las falsificaciones también se importan de otros países. Este es el caso de la entrada de zapatos y productos textiles por la frontera castellano-leonesa, especialmente vía Salamanca. En general, toda la frontera lusa trae de cabeza a los empresarios españoles.
Hay que tener en cuenta que el 45% de la totalidad de los productos falsos proviene de naciones en vías de desarrollo o con una notoria economía sumergida. Así, a Portugal se suman Taiwán, Italia, Tailandia, Corea del Sur, Pakistan, Hong Kong, Países Bajos, Turquía y Marruecos. El volumen total del negocio de las falsificaciones asciende, de forma global, a un 5% del comercio mundial.
El mercado de las imitaciones ya no se limita únicamente a copiar la marca, sino que de un tiempo a esta parte también trata de imitar el producto. Esto es algo que ocurre habitualmente en el sector textil. La moda en prendas deportivas, marroquinería o perfumería mueve miles de millones en el mercado de las copias falsas.
Preferencias.
Por lo general, son las marcas de lujo y las deportivas, así como la ropa vaquera, las más castigadas por esta plaga de falsificadores que copian el nombre, logotipo y diseño. La informática y los electrodomésticos no se quedan atrás. Son sectores en auge en lo que a falsificaciones se refiere.
El principal punto de venta de estas imitaciones son los mercadillos ambulantes existentes tanto en las grandes ciudades como en las poblaciones más pequeñas. Pero también podemos encontrarnos con imitaciones en las tiendas de cualquier calle o centro comercial. En algunos establecimientos se venden, incluso, falsificaciones por encima del precio del producto original.
El metro suele ser otro lugar idóneo para colocar imitaciones. En Madrid se incautaban hace tan sólo unos días nada menos que 21.000 falsificaciones por un valor total de 44 millones de pesetas. Estas imitaciones de todo tipo estaban dirigidas, sobre todo, a la venta mayorista destinada a los puestos y tenderetes del metro así como a la venta ambulante.
Marcas 'fusiladas'.
Las grandes marcas no tienen más remedio que invertir contra el fraude. Todos los años destinan cifras millonarias para evitar en lo posible las falsificaciones. No obstante, continúa siendo muy difícil evitarlas. Este es el caso de:
- 'Pepe Jeans'. Esta marca de ropa vaquera ha tenido que cambiar en cuatro ocasiones de etiqueta. Su principal imitadora, 'Pepe Pardo', caía en desgracia hace unos meses, tras ser admitida a trámite una demanda interpuesta por la marca original en su contra. Si usted ve alguna prenda vaquera con este nombre, sepa que es ilegal, ya que 'Pepe Pardo' se encuentra obligada, a consecuencia de esta demanda, a retirar cualquier prenda que en su etiqueta lleve ese nombre. 'Pepe Jeans' asegura tener más de veinte imitadores de su ropa vaquera en el mercado, aparte de la citada. Recientemente ha incorporado a sus vaqueros una etiqueta de seguridad creada por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, con características similares a las del papel moneda. Microtexto, impresión codificada o fibrillas luminiscentes visibles únicamente con luz ultravioleta y numeración son algunos de los motivos que la convierten en inimitable. Comprobar la autenticidad de una etiqueta es fundamental para el comprador que lo que desea es adquirir la calidad garantizada por la marca que busca.
- 'Chanel'. Desde 1988, esta prestigiosa firma francesa ha logrado intervenir, sólo en España,, unos 40.000 productos imitadores de la marca. Los más copiados son las piezas de bisutería, bolsos, zapatos, pañuelos, relojes y, en menor cantidad, los perfumes. En la mayoría de los casos las denuncias de la marca original se producen contra comerciantes que venden productos falsificados o que utilizan la denominación 'Chanel' (estilo, diseño...) en la presentación de sus tejidos, en los catálogos o en distintas prendas de vestir para señora, sin el correspondiente permiso de la empresa 'Chanel'.
- 'Levi's'. Desde 1990, a 'Levi Strauss' le han falsificado más de cinco millones de prendas. El 75% corresponde a pantalones tejanos y, sobre todo, al modelo 501. Un departamento de defensa de la marca dentro de la propia empresa y la persecución de las falsificaciones, intentando su retirada del mercado, son las dos armas de 'Levi's' en contra del negocio de las copias. No se olvida ésta tampoco de concienciar a la opinión pública acerca de lo negativo que es para la economía en general el mercado de las falsificaciones.
No obstante, todo se complica cuando aparecen competidores desleales que en vez de 'Levi's' insertan en su etiquetado el nombre 'Lewi', algo muy habitual en el mercado de las falsificaciones. Confundirse al no prestar demasiada atención es lo más fácil del mundo. Después, reclamar una devolución resulta bastante más complicado.
Consejos prácticos
- Las asociaciones de defensa del consumidor, incluida ANDEMA (Asociación Nacional para la Defensa de la Marca), aconsejan que, para comprobar la autenticidad de una prenda u otro producto, se reclame la garantía o se compruebe el etiquetado.
- No se fíe de las gangas. Aprenda a distinguir lo que es piel de lo que no. Así, sabrá si el bolso o la maleta, la cazadora o la bolsa de viaje de esa famosa firma son auténticas, a pesar del grado de perfección que, en lo que a diseño se refiere, puede alcanzar el objeto falsificado.
- Lea detenidamente el nombre de la marca que está buscando. Algunas imitaciones llegan a ser tan parecidas al original que saltarse una letra puede hacerle adquirir 'gato por liebre'.
- Compruebe que el envase de la marca sea el original. Nunca envases y envoltorios llegan a ser iguales, a veces ni siquiera parecidos, a los auténticos.
- Busque siempre la etiqueta. Si ésta no aparece por ningún lado, por mucho que le digan, seguramente se trata de una falsificación mejor o peor conseguida.
- Huya de lo bueno, bonito y barato en lo que a joyería se refiere. Debe distinguir entre el oro y el simple baño dorado. No obstante, tenga en cuenta que, por mucho que aparezca en la pieza esa marca con la que siempre ha soñado, el precio, muy por debajo del normal, suele indicar que algo raro ocurre. Acudir a los establecimientos autorizados es la principal regla a cumplir.
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