Número 79 / Domingo 25 de Mayo de 1997
Ideas que dan dinero en verano
Negocios al sol

Escuela de verano

Los deportes náuticos son la 'estrella' del verano. Enseñar a manejar o alquilar un catamarán o una tabla de windsurf es un típico negocio estival.

Dependiendo del lugar, la duración de este trabajo se alargará más o menos entre marzo y octubre. Es preciso echar muchas horas. Pero puede ganarse el dinero suficiente para vivir el resto del año.

¿Qué se necesita para abrir una escuela de deportes náuticos? Lo primero, que usted tenga el título de monitor territorial o nacional, expedido por la Federación de Vela. La enseñanza que usted imparta debe estar homologada por la Federación y la Marina Mercante.

La mayoría de quienes empiezan lo hace de forma autónoma. La inversión inicial para una empresa media exige unos cinco millones de pesetas. El desembolso más importante es para material, puesto que cada catamarán cuesta alrededor de un millón de pesetas.

También hay que tener en cuenta el almacenaje del material (mejor ubicarse en un club náutico) y la renovación, ampliación y mantenimiento continuo de las embarcaciones.

Otro gasto importante es el de personal: un buen monitor de vela gana más de 200.000 pesetas mensuales. Y por último, los gastos administrativos habituales de cualquier negocio.

Pese a la inversión, la rentabilidad es alta, sobre todo en agosto y septiembre, meses de mayor actividad. Como cualquier negocio de verano, depende mucho de la climatología. Por ejemplo, septiembre de 1996 fue un mes revuelto y muchas escuelas tuvieron que cerrar antes.

Algunos empresarios prefieren también diversificar su negocio con actividades como la 'multiaventura' o la venta de material náutico.

Otra opción es ser monitor y trabajar para otros a cambio de entre 4.000 y 8.000 pesetas diarias. Se puede aprender el oficio en la Federación de Vela o en las escuelas autorizadas. Los precios de los cursos rondan las 40.000 pesetas.

Alquilar la playa

Vivir del alquiler de velomares (patines de agua), hamacas y sombrillas no es nada fácil. Es un auténtico negocio de sol a sol, con una fuerte inversión inicial. Requiere una concesión municipal, que habitualmente tiene vigencia superior a una temporada. Su precio depende de los elementos que se instalen en la playa y de las condiciones de ésta (si tiene bandera azul, se encuentra en una población o es de arena), así como del tipo de turismo que exista allí.

Para conseguir una concesión hay que presentar los avales correspondientes a su precio.

Un caso ejemplar es la asociación de vecinos Paguera, en Calviá (Palma de Mallorca). Esta asociación gestiona la playa de Tora, con casi mil hamacas, sombrillas y patines, para sufragar sus gastos y costear obras sociales. La inversión supera, cada verno, los 20 millones de pesetas, incluidos los 17 millones que cuesta la concesión. El beneficio anual ronda los cinco millones de pesetas.

El material es caro. Cada hamaca o sombrilla cuesta unas 12.000 pesetas; y cada patín, 100.000 pesetas. Bien cuidados, su vida se alarga hasta unos cinco años.

Un negocio más pequeño da más beneficios relativos al reducir los gastos por material, impuestos y personal. En todo caso, el negocio debe tener buena apariencia, puesto que el turista es cada vez más selectivo.

Las empresas de servicios de playa suelen contratar a 'playeros'. Es decir, personas que se encargan del mantenimiento del negocio, de limpiar la playa, las sombrillas, hamacas y velomares, así como de distribuirlas en la orilla del mar, alquilarlas y controlar su uso. Y una vez concluida la jornada, de recogerlas y de limpiar la playa.

Suele exigirse el título de socorrista. Los sueldos pueden alcanzar las 140.000 ó 150.000 pesetas. Pero no hay días libres. Otra opción es ayudar en las horas de máxima afluencia de bañistas y cobrar por ello entre 80.000 y 90.000 pesetas al mes.

Aquí no hay playa

Las empresas de tiempo libre organizan campamentos de verano con senderismo, mountain bike, alpinismo, barranquismo o rafting. Y, en ocasiones, se añaden cursos de idiomas.

El turismo de secano es una salida profesional muy atractiva. Para crear un negocio de actividades al aire libre hay que ser un amante de la naturaleza y estar en posesión de algún título oficial del Ministerio de Educación o de las comunidades autónomas.

Campo Base es una asociación madrileña que programa actividades de verano. Los gastos son mínimos: un teléfono móvil, folletos publicitarios y una agenda con colegios, ayuntamientos, comunidades autónomas, etcétera.

La asociación está constituida por 12 personas. Pero, cuando aumenta la demanda, se hace necesario contratar a varios monitores de tiempo libre. Trabajan con empresas con una infraestructura de invierno, que en verano se quedan sin actividad.

Se trata de un negocio muy rentable, teniendo en cuenta que apenas acarrea gastos. Los mayores beneficios se alcanzan con grupos grandes, mientras que para grupos reducidos se suele cubrir el sueldo del monitor (7.000 u 8.000 pesetas por día) y los gastos de material. Eso sí, el monitor que organiza un campamento trabaja 24 horas al día.

Ala delta y parapente

Aprender a volar en ala delta y parapente es una de las actividades al aire libre más en boga. Montar una escuela de parapente y ala delta es complicado. Se necesitan dos instructores titulados por la Federación de Deportes Aéreos, y que el material de vuelo esté homologado por una instancia europea.

Lleva un mes conseguir la licencia. Puede empezar por adquirir el material, que le costará unos tres millones de pesetas.

El secreto y la ventaja de este negocio es que tenga continuidad en invierno. Las escuelas suelen incluir en sus actividades la venta de material de vuelo.

Canguros de perros

Las empresas de servicios a domicilio atraviesan por un buen momento.

Eso es lo que pensaron tres veterinarios y un peluquero canino de Madrid al terminar sus estudios universitarios. Hace dos años, empezaron a pasar consultas a domicilio gracias al apoyo de una clínica veterinaria. Cuando algunos clientes les pidieron que cuidasen de sus animales durante el verano, surgió este negocio. Hoy están desbordados por la demanda.

Aunque trabajan todo el año las 24 horas del día como clínica veterinaria y peluquería a domicilio, el servicio de residencia en casa se realiza durante las vacaciones. Ellos se encargan de la supervisión diaria del animal de compañía: alimentar, sacar a pasear y visitar a las mascotas las veces que haga falta.

Es beneficioso asociarse con una clínica veterinaria, tanto para conseguir los primeros contactos, como para tener acceso al material quirúrgico.

Cantar y cantar

Para vivir de la música hace falta mucho trabajo, y para poder preparar las maquetas hace falta dinero. Por eso muchos músicos aprovechan el tirón de la costa en verano. Los meses estivales son una fuente de ganancias que les permite acumular ahorros para sus proyectos.

Eso hace Juan Fran Serrano, del grupo Noviembre, que este fin de semana saca al mercado su nuevo disco, Sin fin ni límite. Juan Fran aprovecha el verano para tocar por toda la costa de Alicante.

Si le interesa actuar con su propia banda, debe saber que un trío acústico se reparte unas 25.000 pesetas por actuación. Si toca en una banda eléctrica con más de cuatro o cinco personas, la cifra sube hasta 30.000 ó 35.000 pesetas. Normalmente se planifican dos actuaciones por día. Pero si tiene muchas ganas de tocar, puede hacer doblete.

Lo más difícil es conseguir la primera actuación y conviene buscarla en invierno: hay que contactar con las salas que ofrecen música en directo e incluso hacer alguna sesión para comprobar cómo suena su música. Lo normal es que le contraten para días sueltos, no para toda la temporada.

Por último, no olvide que el Estado se lleva el 55% de sus ganancias. Por eso, en muchas ocasiones, se trata de una actividad 'sumergida', que escapa a cualquier control fiscal.

De hecho, parece que es un secreto a voces, ya que tanto el Instituto Nacional de Empleo (Inem) como los sindicatos admiten que el verano registra un alto índice de negocios 'sumergidos' de todo tipo.