Con 18 millones de pesetas de inversión inicial
se puede montar un bar que sirva también comidas.
El beneficio anual puede estar en torno a los 8 millones
de pesetas.
Las obras.
Licencia.
Gastos previsibles.
Impuestos.
Mucho cuidado.
La elección del sitio y las dimensiones del local
son fundamentales. En cualquier caso, el establecimiento
tendrá entre 100 y 150 metros cuadrados como
mínimo. Es importante recordar que de esos metros
globales, una buena parte de ellos no son de uso público
sino que serán destinados a la cocina, el almacén
y otros servicios.
Las obras de acondicionamiento del local son costosas
debido a la normativa vigente respecto a este tipo
de actividades, que es muy estricta en cuando a medidas
de seguridad e higiene.
Así, el sistema eléctrico, el sistema
de aire acondicionado, el sistema acústico,
el sistema de extracción de humos... son tan
sólo algunos requisitos indispensables de instalación.
Y, por supuesto, no se debe olvidar el equipamiento
del bar. Este es un gasto importante del proyecto;
para un local de 100 metros cuadrados, se calcula que
la inversión inicial en mesas, sillas y maquinaria
en general está, como mínimo, alrededor
de los 5 millones de pesetas.
Veamos algunos ejemplos: un botellero frigorífico
de un metro cúbico con motor de 0,5 cv (caballos
de vapor) cuesta cerca de 85.000 pesetas y una caja
registradora con motor de 0,02 cv (caballos de vapor),
unas 15.000 pesetas.
Para poder desarrollar la actividad y abrir las puertas
del establecimiento se requiere la aprobación
de la autoridad competente, es decir, la licencia municipal.
Para conseguir la misma hay que presentar un informe
técnico que avale la viabilidad del proyecto.
Esta memoria debe ser realizada por el personal cualificado
en la materia -ingenieros industriales- y su precio
puede alcanzar las 250.000 pesetas.
Además, se debe desembolsar la tarifa de la propia
licencia de actividades e instalaciones que varía
según las dimensiones del local y la potencia
del sistema eléctrico. Para un local de más
de 100 metros cuadrados y hasta 500 metros, la cuota
es de 209.400 pesetas. Para una potencia nominal de
más de 100 kilovatios, y hasta 250Kw, la cantidad
a pagar es de 88.995 pesetas.
Si se quiere salir adelante hay que realizar una buena
planificación de los gastos y una previsión
de los ingresos. En esta primera etapa es muy difícil
ajustar el volumen de venta y de ingresos. Sin embargo,
sí se pueden anticipar gastos como personal
(el sueldo medio de un camarero está entorno
a las 125.000 pesetas netas), los derivados del alquiler
del local, etc., es decir, los gastos fijos mensuales.
Los expertos en contabilidad de bares de comidas aseguran
que el gasto mensual depende del volumen de negocio,
pero que 1/3 de la cifra de ventas se destina a sueldos;
otro 1/3 a la compra de materia prima (comida y bebida),
y un 20% a los gastos de alquiler, luz, teléfono,
etcétera. Por lo tanto, la rentabilidad se sitúa
alrededor del 20%.
El margen de beneficio con el que se trabaja en esta
actividad es muy alto: en algunas ocasiones llega al
200%. Esto quiere decir que si el precio de costo de
la materia prima es de 50 pesetas, el producto se vende
al público por encima de las 100 pesetas.
No está de más conocer de antemano la
cantidad aproximada que por el concepto de impuestos
deberá satisfacer el negocio. Así, para
un bar de comidas, de 100 metros cuadrados, con dos
máquinas recreativas y 3 empleados, la cuota
anual del Impuesto de Actividades Económicas
ascendería, más o menos, a 130.000 pesetas.
Los asesores de empresa recomiendan a los empresarios
individuales, cuyo volumen de negocio anual se sitúe
entre 50 y 100 millones de pesetas, convertirse en
sociedad limitada, ya que de esta forma el gravamen
será del 35% y no del 56% del IRPF. En lo que
se refiere al Impuesto sobre el Valor Añadido
(I.V.A.), el gasto trimestral puede llegar a las 70.000
pesetas.
Un bar de comidas es un negocio que fracasa con facilidad.
Carmela Rodríguez (ver fotografía), dueña
de la Cafetería Santander, en Madrid, señala
expresamente que <<Hoy no es fácil abrir
un bar con comidas, debido a la situación económica
que atravesamos. La persona que se decida tiene que
tener dos cualidades: capacidad de riesgo y paciencia>>.