Panaderías hay muchas. Que hagan buen pan, apenas
existen unas cuantas. Pese a lo antiguo del oficio,
los panaderos todavía tienen por cubrir un importante
hueco en el mercado: la fabricación y venta
de un producto de alta calidad. La instalación
de una tahona puede ser un buen negocio.
Hacer y vender pan de baja calidad no es conveniente
para la vida de su negocio. Siempre habrá alguien
que tire los precios, como algunos supermercados cuya
principal actividad es la comercialización de
otros productos y que utilizan la venta del pan como
simple reclamo.
Antes de aventurarse en esta empresa, no debe olvidar
que se ganará el pan con el sudor de su frente.
Es frecuente que los hornos comiencen su trabajo sobre
las 4 de la madrugada y que el despacho cierre sus
puertas alrededor de las 20.30 horas. Aunque, como
es lógico, sus empleados tendrán turnos
de 8 horas, usted, como supervisor, tendrá que
cumplir con una larga jornada laboral.
Inversión.
El número de empleados necesario para un establecimiento
de estas características es de un mínimo
de 4 personas. Una buena producción rondará
los 500 kilos diarios; si no sobrepasa los 400, puede
no ser rentable. Vender a restaurantes es una gran
ayuda. Conviene elaborar al menos 20 tipos de panes
(integral, candeal, flama, baguette...). Es una actividad
muy estable, en la que una vez que se haga con su público,
no experimentará fuertes vaivenes que desequilibren
su cuenta de resultados.
Dónde acudir.
La Tahona de Magallanes.
Para conseguirlo, es preciso retomar las técnicas
de los más antiguos artesanos, como la de elaborar
la masa a mano. Contraviniendo los cánones del
pasado, el negocio tendrá que estar dotado de
una moderna imagen que la haga atractiva y cuidada
para el público, aunque con alguna connotación
que evoque tradición. Tampoco hay que desatender
la incorporación de la más avanzada tecnología.
La combinación resultará perfecta.
Cuanto más se esfuerce en mejorar la calidad
de su producción, menos competencia tendrá
y le será más fácil hacerse con
una clientela fija. Es importante que, en caso de que
usted no sea un experto panadero, incorpore en su
equipo de trabajo al menos a un gran profesional. Los
obradores que ofrecen mayores garantías, aunque
existen excepciones, son los que tienen más
de 15 años de experiencia profesional (conocen
las técnicas tradicionales) y, sobre todo, los
que han desarrollado su actividad en Cataluña,
donde ha habido un mayor cuidado en esta materia.
Además, hoy por hoy es uno de los pocos negocios
que puede y tiene que abrir sus puertas cada sábado
y cada domingo. Los descansos, por tanto, serán
muy escasos.
La inversión necesaria para instalar una tahona
de pan ronda los 30 millones de pesetas. Además
del acondicionamiento del local, necesitará
la adquisición de maquinaria. Son precisas:
una amasadora, una divisora, una cámara de prefermentación,
una formadora, una cámara de fermentación
y un horno. Es posible que amortice su inversión
en dos años, si selecciona con esmero todos
los aspectos del negocio. En una gran ciudad, a partir
del tercer año podrá tener unos beneficios
netos de 4 millones de pesetas. Aunque hay quien no
consigue obtener estos resultados en ese tiempo, los
más afortunados pueden incluso duplicarlos.
Es conveniente que la extensión del local no
sea inferior a 120 metros cuadrados y que esté
situado en zonas de nivel adquisitivo medio-alto, ya
que de otro modo será difícil que le
paguen el precio que usted tendrá que repercutir
en su producto; debido a la calidad de su pan, no le
será posible vender la barra de cuarto a 35
pesetas, como algunos de sus colegas.
Tendrá que pasar por el Ministerio de Industria,
el de Hacienda, por su Ayuntamiento, por su Comunidad
y, como el resto de las empresas, por la Seguridad
Social. La reglamentación técnico-sanitaria
del pan es muy estricta, ya que recoge todos los aspectos
relativos a este producto: almacenamiento, manipulación,
instalaciones, uniformes, etcétera.
Un ejemplo de buen hacer es el de la Tahona de Magallanes.
Para muchos, este obrador elabora el mejor pan de Madrid.
La fecha de fundación del negocio se remonta
a 1947. Desde entonces, el abuelo del que hoy es el
propietario se dedicó a la fabricación
exclusiva de pan de alta calidad. En su despacho se
venden más de 52 variedades de pan.
Magallanes,13. 28015 Madrid. Tf: (91) 447 41 67.