Su Dinero
Actualidad Número 115 / Domingo 8 de marzo de 1998



Un Segundo Hogar para los Mayores
Desde 30 millones para montar una residencia de la tercera edad

Este negocio puede reportar interesantes beneficios a partir de los 30 clientes


Por Mercedes Gómez.

Unos 5,5 millones de españoles sobrepasan los 65 años. Buena parte de este colectivo mantiene todas su facultades en perfecto estado, pero uno de cada cuatro necesita algún tipo de ayuda para desenvolverse en sus actividades cotidianas.

Aunque casi todos los mayores prefieren ser atendidos por sus familiares antes que recurrir a servicios sociales públicos o privados, el frenético ritmo de vida actual no concede margen para prestar a los ancianos los cuidados que necesitan.

Las residencias son una alternativa para aquellas personas que no pueden llevar una vida independiente ni recibir la asistencia adecuada en su propio domicilio. Sin embargo, las estadísticas revelan que el volumen de plazas ofertadas por estos centros no es suficiente para atender de forma adecuada a la tercera edad.

Remedios Campillo, gerente de la residencia Dulce Nombre de María en la localidad madrileña de Arganda del Rey (Bernardo Diaz)

Mientras que en la mayor parte de los países europeos el número de camas está entre 5 y 6 por cada 100 habitantes, en España la tasa es de 2,5. Por tanto, nuestro país necesita incrementar entre un 40 y un 50% el número de plazas para ponerse a la altura de la UE y poder cubrir las necesidades de este segmento de la población.

Las listas de espera para ingresar en una residencia pública son interminables y tan sólo a unos pocos se les concede el privilegio de disfrutar de una plaza. Si el presupuesto familiar lo permite, la alternativa es recurrir a un centro privado.

Gerontólogos.

Para montar y poner en marcha una residencia es fundamental que el emprendedor haya tenido algún contacto profesional con la atención asistencial o con el ámbito sanitario. Un buen complemento a esta experiencia puede ser uno de los master especializados en este campo que imparten diversas universidades españolas para perfeccionar conocimientos y aprender lo necesario para una gestión óptima del centro.

La ubicación de la residencia es uno de los factores determinantes en la evolución del negocio. Conviene realizar un estudio de mercado antes de ponerse a la búsqueda del lugar donde instalará el centro: población de personas mayores, oferta de plazas tanto públicas como privadas, coste del alquiler o de la compra de un terreno,etc. Siempre que sea posible, es interesante dar con un enclave en el barrio o en zonas próximas al lugar de residencia de los futuros clientes.

Una vez que se ha elegido la zona para desarrollar la actividad, puede alquilar un edificio y acondicionarlo como residencia o instalarse con un centro de nueva construcción. Independientemente de la fórmula que escoja, tendrá que disponer de una superficie mínima de unos 700 m2 para prestar sus servicios a unas 30 personas.

Si prefiere el alquiler, tenga en cuenta que encontrar dificultades para dar con el espacio que se ajuste a los requisitos arquitectónicos impuestos por la legislación. Por ejemplo: el espacio dedicado en el dormitorio tiene que contar con un mínimo de 5,5 m2 por persona; si el cliente necesita asistencia, las dimensiones mínimas son de 7,5 m2.

Si logra dar con el edificio ideal, además del alquiler tendrá que invertir alrededor de un millón de pesetas por plaza para acondicionar y equipar la residencia tal y como establece la normativa. A modo de referencia, calcule que necesitará alrededor de 30 millones de pesetas para acondicionar un centro para 30 personas.

Trámites y 'papeleo'.

Además de los requisitos arquitectónicos, de equipamiento y de personal exigidos por la legislación, para poner en funcionamiento la residencia tendrá que obtener la licencia municipal correspondiente, inscribirse en el registro de entidades dedicadas a prestar servicios sociales, darse de alta en Hacienda y en la Seguridad Social.

Además, es preciso solicitar la autorización administrativa de la consejería de Asuntos Sociales de la comunidad autónoma. Conviene también suscribir un seguro de responsabilidad civil que le respalde ante cualquier percance que pudiera sufrir el paciente.

Si quiere que le lluevan los clientes, tendrá que poner especial empeño en prestar un servicio inmejorable. Los usuarios deben sentirse como en su propia casa, lo que depende en buena medida de la cualificación del personal que contrate. Necesitará un ATS por cada dos personas, un médico, auxiliares de clínica, así como personal de limpieza y mantenimiento, y empleados para atender los servicios de la cocina.

Además de los servicios fundamentales, puede ofrecer a sus clientes otras prestaciones como terapia ocupacional, fisioterapia, asistencia social y peluquería, para lo que tendrá que incrementar la plantilla de personal especializado.

Beneficios a los 2 años.

Los precios medios de las residencias españolas rondan entre 150.000 y 170.000 por residente en habitación doble. La disponibilidad media es de 40 camas por residencia.

Tenga en cuenta que para sacar rentabilidad a la inversión tendrá que contar con 30 plazas. Una vez puesta en marcha la actividad, el incremento de los gastos fijos por los servicios prestados a unos 30 residentes es insignificante. Si consigue cubrir estas plazas, dependiendo de la inversión realizada, comenzará a ver beneficios entre los 2 y los 4 años de la puesta en marcha de la residencia.

Otra fórmula para sacar mayor partido a la inversión es ofrecer servicios externos a la residencia, como ayuda a domicilio y teleasistencia o aprovechar las instalaciones como centro de día.


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