Su Dinero
Actualidad Número 126 / Domingo 24 de mayo de 1998



Atracción por el Riesgo
Desde 3 millones para montar una correduría de seguros

La formación y la atención al cliente son claves para consolidar su inversión


Por Mercedes Gómez

El desarrollo de productos de seguros ha alcanzado límites insospechados en los últimos años. Los tradicionales seguros de vida, hogar o automóvil conviven en el mercado con pólizas que cubren riesgos como el desempleo, aseguran piernas de actrices y deportistas o protegen frente a morosos.

Los expertos vaticinan que la explosión del mercado asegurador español está por llegar y que el potencial de negocio para las empresas del sector es enorme.

Si le atraen los riesgos, una correduría de seguros puede brindarle la oportunidad de introducirse en el terreno empresarial. Como mediador entre el cliente y las diferentes compañías que operan en el sector, puede desarrollar una actividad muy interesante y en la que puede asegurarse unos ingresos considerables.

El título, imprescindible. Si está interesado en poner en marcha una correduría, es imprescindible que como gestor o director de la empresa cuente con el título de corredor. Los licenciados en Económicas o en Derecho pueden obtener directamente el certificado a través de una convalidación de estudios. Si su titulación es otra o al menos cuenta con un nivel académico de BUP, puede convertirse en corredor cursando uno de los programas específicos que imparten diversos colegios profesionales de Mediadores de Seguros. El curso consta de 500 horas lectivas y, tras un examen, el alumno puede obtener el título.

José Manuel Marina. director general de la correduría de seguros Chelenton (Javi Martinez)

Otra de las posibilidades para obtener el certificado es presentarse a los exámenes libres que convoca cada año el Consejo General de Colegios Profesionales. La convocatoria está abierta a todos aquéllos que por su trayectoria profesional en el sector puedan probar que dan la talla para ejercer como corredores.

Con el título en la mano, tendrá que iniciar los trámites en la Dirección General de Seguros. Solicitar allí la autorización para constituirse y formalizarse como correduría. Si va a establecerse en Valencia, Andalucía, Navarra, Cataluña o Aragón (comunidades a las que ya se han transferido las competencias en esta materia), tendrá que dirigirse al organismo correspondiente de su comunidad.

En líneas generales, le exigirán la presentación de su proyecto empresarial, el plan de formación para el equipo humano de la correduría, una memoria de actividades, la suscripción de una póliza de responsabilidad civil de 200 millones de pesetas y un aval bancario de 10 millones como garantía ante sus clientes potenciales. Calcule que tendrá que esperar entre cuatro y cinco meses para obtener la autorización.

En un principio, son suficientes dos personas para poner en marcha la correduría. Eso sí, empleándose intensamente en las labores comerciales. Posteriormente, irá incrementando su plantilla y reforzando las tareas de captación de clientes con la ayuda de colaboradores.

La inversión inicial rondará el millón de pesetas, incluyendo el alquiler y el acondicionamiento de una pequeña oficina, los gastos de constitución y el pago de las primas. Además, es conveniente que cuente con un fondo de reserva de unos dos millones de pesetas para ir cubriendo los gastos fijos hasta que el negocio genere los suficientes ingresos para ser autosuficiente. El intrusismo es uno de los grandes inconvenientes a los que tienen que hacer frente los verdaderos profesionales del seguro.

El interesado en suscribir una póliza puede hacerlo en unos grandes almacenes, en un hipermercado, en una entidad financiera o incluso con una simple llamada de teléfono. La correduría de seguros debe controlar al dedillo todos los productos que ofrecen las compañías y ofrecer a su cliente aquella póliza que mejor se ajuste a sus necesidades.

No olvide que, si quiere mantenerse en el mercado, no debe limitarse a la venta pura y dura de seguros. Una correduría, además de ofrecer asesoramiento, debe defender los intereses de sus asegurados, revisando periódicamente sus pólizas y haciendo un seguimiento del riesgo en el caso que se produzca.

Los servicios de una correduría no suponen ningún incremento de la póliza para el cliente. Como intermediarias en el sector, las corredurías reciben un porcentaje de las compañías aseguradoras por contrato realizado. El margen medio que se maneja es de un 14% sobre primas netas.

Por tanto, tendrá que comercializar un volumen de primas cercano a los 80 millones de pesetas durante el primer año para cubrir gastos e ir amortizando la inversión inicial. Si su gestión comercial resulta efectiva, en un plazo de dos años podrá amortizar la inversión inicial e incluso recoger beneficios.

Chelentan. Después de ocupar diversos puestos de responsabilidad en aseguradoras de diferentes entidades financieras, José Manuel Marina, junto con otros profesionales del sector, consiguió convertir su proyecto empresarial en una realidad en 1997. Chelentan, la correduría de seguros que dirige, nació con el objetivo de diseñar y negociar a la medida de sus clientes las pólizas de las diferentes compañías que operan en el mercado nacional.

El afán de servicio permanente, no sólo en la contratación, sino en la defensa de los intereses de los asegurados, es la única clave para asentarse rápidamente en el mercado.


Direcciones Utiles


| arriba | Actualidad | Números anteriores | Su Dinero |